Tras un 2022 no tan bueno como esperábamos en diciembre del 2021, pero infinitamente mejor de lo que algunos vaticinaban a mediados de año, 2023 viene marcado por la incertidumbre de la guerra, la inflación y la escasez de materias primas. Una policrisis que podría convertirse en permacrisis y un mercado digital, que con mejores expectativas que la economía general, parece desacelerarse tras una década de exuberancia quizás un tanto irracional. Bajadas en bolsa y despidos en las grandes tecnológicas, abrupta caída de las criptomonedas y sensación de agotamiento. Estas son, según los expertos del Observatorio Retina, las tendencias para este año que empieza.
1. El fin de la abundancia. Millones de personas en el mundo no han conocido esa abundancia, cuyo fin ahora se anuncia. La digitalización ha demostrado una gran capacidad de generar riqueza, pero ha sido incapaz de repartirla. La desigualdad es un fantasma que recorre el mundo entero, y ahora que la exuberancia irracional parece acabarse es fundamental atajarla o surgirán esos monstruos de los que alertaba Gramsci en esos claroscuros entre el viejo orden que ya no existe y el nuevo que tarda en aparecer
2. Transición justa. La maravillosa escena final de Alcarrás o el deslumbrante monólogo de Luis Zahera en As bestas resumen en dos instantes el impacto que la transición energética puede tener en las personas, necesitamos salvar el planeta salvando a todas las personas. La sostenibilidad ha de ser ambiental, pero también social y personal sin dejar a nadie atrás.
3. Autonomía estratégica. España, como el resto de Europa, necesita ser fabricante y no sólo usuaria de tecnología. Necesitamos fortalecer nuestra industria e invertir en tecnologías habilitadoras que garantizarán nuestra capacidad de elegir lo que queremos ser. Parafraseando a Ortega y Gasset, o decimos ahora u otros lo harán por nosotros y probablemente contra nosotros.
4. El presente del trabajo. Vuelta a la oficina frente a teletrabajo, control algorítmico frente a derechos laborales, búsqueda de talento frente a despidos en las grandes tecnológicas. Tras años elucubrando sobre el futuro del trabajo, este año toca hablar de su presente inmediato.
5. Inteligencias artificiales generativas. 2022 ha supuesto la explosión definitiva de las inteligencia artificial abierta. Dall-e, MidJourney, Stable Difussion o ChatGPT son solo algunos ejemplos de un avance que ha alcanzado la velocidad de crucero y que tendrá impacto en todas las industrias en en 2023.
6. Datificación. El avance de la inteligencia artificial sería imposible sin la enorme capacidad que tenemos hoy de convertir todo en datos. La estrategia europea, los ecosistemas de compartición y la gobernanza del dato serán una prioridad económica, social y política en este 2023.
7. Aún más ciberseguridad. Con un nuevo Plan Nacional de Ciberseguridad aprobado en marzo del año pasado, inversiones públicas y privadas en alza y una redescubierta industria local, España es cada vez más consciente que en el contexto digital el que no es un lobo, es un cordero.
8. El año de la energía, la década del hidrógeno. El sector energético está en medio de una tormenta perfecta, la guerra de Ucrania y la situación geopolítica marcan lo urgente, pero la transición hacia las energías limpias sigue siendo lo importante. La apuesta de España por el hidrógeno puede marcar una década.
9. Biotecnología para la salud de las personas y el planeta. Tres años después del virus que lo cambió todo, la salud sigue siendo un sector fundamental. La biotecnología puede traer salud a las personas, pero también al planeta. Una nueva generación de empresas puede transformar la industria de nuestro país.
10. Defensa y tecnologías de doble uso. La guerra ha vuelto al viejo continente y tras años de debate político la opinión pública es cada vez más consciente de la necesaria inversión en defender lo que queremos. Reinventar la defensa desde una nueva perspectiva que anteponga la paz y el bienestar de la ciudadanía.