De villano a héroe: el plástico que se calienta contra la pobreza energética

Su uso excesivo y mal planificado lo convirtió en nuestro enemigo. Pero el proyecto de calefacción efficientHEATING de Aimplas, ganador del Premio Retina ECO 2023 en la categoría de Consumo Eficiente, podría reparar su reputación. Gracias a una novedosa formulación que lo vuelve conductor, su consumo energético es cerca del 90% inferior al de otros sistemas tradicionales y su huella de carbono es un 80% más baja.

Todo lo que sube tiene que bajar. Le pasó al aceite de palma, al azúcar y, por supuesto, al plástico. Tras décadas como niño bonito para prácticamente todo, en los últimos años vive tiempos sombríos tras haber sido acusado de infinidad de crímenes contra la naturaleza. Sin embargo, como con casi todo en la vida, la realidad nunca es blanca o negra. Es cierto que la humanidad lo ha usado por encima de sus posibilidades, pero eso no quita que no resulte ideal para algunos usos, o incluso mejor que las alternativas tradicionales.

“Es un material como otro cualquiera, con sus ventajas e inconvenientes. Es versátil y económico, el problema es que su uso se ha priorizado sin tener en cuenta su segunda vida”, resume el responsable del departamento de Construcción y Energías Renovables del Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), Arsenio Navarro. Precisamente gracias al plástico, su proyecto efficientHEATING, un nuevo sistema de calefacción más eficiente, se ha alzado con el Premio Retina ECO 2023 en la categoría de Consumo Eficiente.

A diferencia de otras innovaciones incrementales, que mejoran las cosas ligeramente, el sistema de Aimplas reduce el consumo energético entre un 86% y más del 92% frente a otros sistemas de calefacción, y su huella de carbono es alrededor de un 80% más baja. De esta forma, efficientHEATING permite reducir en hasta casi 2.500 kilogramos de CO2 equivalente por metro cuadrado de edificación calefactada a lo largo de sus 25 años de vida útil. Las cifras sorprenden, especialmente si se tiene en cuenta que el plástico no es un material habitual en sistemas de calefacción. Y es ahí donde reside la innovación de Aimplas.

Para entenderlo, primero hay que ubicarse en el terreno de los suelos radiantes, que tradicionalmente funcionan a base de tuberías de agua caliente o mediante un sistema de resistencia eléctrica a través del efecto Joule. La novedad de efficientHEATING es que logra ese mismo efecto de generar calor con corriente eléctrica, pero en una lámina plástica. Es decir, la formulación secreta desarrollada por el equipo de Navarro convierte el tradicionalmente inerte plástico en un material con conductancia eléctrica y, en consecuencia, con capacidad calefactora.

“Las láminas pueden alcanzar los 70 °C en solo cuatro o cinco minutos y mantenerse calientes durante bastante tiempo”, detalla su creador. Pero la magia de efficientHEATING no acaba aquí. Por un lado, se trata de un sistema modulable, por lo que en cada situación se puede elegir cuántas láminas calefactoras hay que poner y dónde. Además, todas ellas incluyen sensores de temperatura y se conectan de forma inteligente a una unidad central que evalúa las necesidades térmicas de cada lámina y reparte el calor entre unas y otras de forma automática, lo que aumenta la eficiencia del sistema.

A nivel de materiales, y ante lo demonizado que está el plástico, Navarro subraya que “todo el sistema es reciclable”, y detalla: “Puedes desensamblar la lámina y reutilizarla”. De hecho, frente a quienes se aferraron a usarlo sin prestar atención a qué harían con él después, el investigador afirma que la reutilización y el reciclaje de las distintas partes del sistema “forma parte del modelo de negocio”. Puede que alguna conexión rota no pueda reutilizarse, pero sí se podría reciclar”. Por último, su funcionamiento eléctrico permite conectar el sistema, por ejemplo, a una instalación de autoconsumo renovable, como una placa fotovoltaica, lo que reduciría aún más su impacto ambiental.

Además de su infinitamente menor huella de CO2, según la memoria técnica del proyecto, su mayor eficiencia no solo es una aliada en la lucha climática, también es una palanca para “reducir la pobreza energética”, dijo Navarro con su Premio Retina ECO bajo el brazo durante la ceremonia de entrega de los galardones. Por eso no es de extrañar que afirme sentirse “lleno de orgullo” al haber desarrollado “algo que puede ser muy interesante para la sociedad”.

SE BUSCA SOCIO

La historia de efficientHEATING no ha sido lo que se dice rápida. Sus orígenes se remontan a un desafío europeo que arrancó en 2015 y que buscaba “un nuevo sistema de climatización energéticamente eficiente para la optimización de la gestión del control de la temperatura interior en vehículos eléctricos”. Navarro recuerda: “Tuvimos muy buenos resultados en vehículo, así que y patentamos el proceso y el material para obtener la lámina. Cuando terminamos, pensé que, si funcionaba en un coche, ¿por qué no iba a funcionar en un habitáculo? Así fue como vimos que tenía un gran potencial para aplicarse a un esquema de suelo radiante”.

Y de ahí hasta hoy. Con todas sus ventajas, lo único que sorprende es que el sistema todavía no esté disponible a nivel comercial. Pero, claro, Aimplas es un instituto de investigación sin ánimo de lucro, no una empresa del sector. Navarro detalla: “Estamos buscando un partner que lo comercialice. Llevamos un año y medio negociando con empresas y ya tenemos contacto con una fábrica que podría producir las láminas a escala industrial”. Así que, aunque reconoce que “este tipo de proyectos de investigación tardan bastante en ver la luz”, todo apunta a que efficientHEATING a punto de llegar al final del túnel que va del laboratorio al mercado.

Atravesarlo con éxito es toda una aventura en nuestro país, donde ya deberíamos ser conscientes de lo mal que se nos da esto de la transferencia de conocimiento. Sin embargo, su caso resulta bastante excepcional. De hecho, Navarro no se olvida del importante apoyo público que ha tenido hasta llegar aquí. Además de los casi siete millones de euros a fondo perdido que Aimplas recibió de la UE para distintas investigaciones en torno al vehículo, cuando decidieron intentar trasladar su innovación calefactora a los edificios lograron otra subvención de la Agencia Valenciana de Innovación.

Ahora el reto consiste en encontrar a ese partner dispuesto a arriesgarse. El investigador lamenta: “El problema es que no se tiene en cuenta el win-win, que para desarrollar ciertas cosas hace falta esfuerzo previo, y luego hace falta más inversión para adaptarlas a los casos de uso reales. Todo eso tiene un coste, hace falta visión. Afortunadamente, aunque aún estamos lejos de Alemania o EEUU, los CEO españoles están empezando a cambiar de mentalidad”. Incluso reconoce una parte de culpa en la propia comunidad investigadora: “A nosotros nos falta esa visión de negocio, porque la transferencia de conocimiento también implica tocar muchas puertas y entender el potencial práctico de lo que has desarrollado, pero eso también está cambiando poco a poco”.

Son precisamente estos cambios, ya sea de mentalidad o de sistema de calefacción, los que nos ayudan a seguir avanzando. A veces ni siquiera se trata solo de arriesgarse a invertir o a desarrollar una tecnología totalmente nueva, a veces basta con dejar de ver como a un villano un material que podría estar llamado ser un héroe. Aunque, claro, para eso siempre hay que usarlo con cabeza, ¿o acaso no se dice eso de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad? Pues lo mismo para el plástico.

Sobre la firma

Marta del Amo

Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.

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