Retina para ENISA

Financiar el emprendimiento innovador: el motor que transforma la economía española

Cuando en 2012 Cabify todavía era una empresa casi desconocida, ENISA confió en su potencial y le otorgó uno de sus préstamos participativos diseñados para asumir los riesgos que suelen generar dudas en el mundo de la inversión. Emprendedoras Digitales, AgroTech y el sector Audiovisual y las Industrias Culturales y Creativas son las nuevas vías de financiación de la entidad que, desde hace más de 40 años, apoya el ecosistema emprendedor y a las pymes en España.

Spain is different porque, entre otras cosas, mientras el valor del emprendimiento a nivel mundial descendía un 2,1% entre 2021 y 2022, en nuestro país experimentó un aumento del 8,6%, según el último informe del Impacto socioeconómico de South Summit en Madrid. Lejos quedaron los tópicos laborales de que somos un país de funcionarios y de que, a la hora de emprender, solo sabemos montar bares o invertir en inmuebles. Como sexto país de la Unión Europea y decimosexto a nivel mundial en inversión de capital riesgo para start-ups en 2022, según DealRoom, ya no cabe duda de que la cultura del emprendimiento, que tanto triunfa al otro lado del charco, por fin se ha asentado en España.

El problema llega a la hora de separar la paja del grano y analizar en detalle dónde se concentran esas inversiones y quiénes suelen quedarse fuera del tablero de juego del emprendimiento español. Junto a los sectores más arriesgados e intensivos en capital, como la biotecnología, las start-ups lideradas por mujeres suelen recibir muchos menos fondos que las de los hombres, y el 80% de quienes emprenden se concentran en la franja de entre 25 años y 54 años, dejando claro que “en España emprendemos más tarde que en otros países”, según el último Informe GEM España 2022-2023, elaborado por el Observatorio del Emprendimiento de España, con el apoyo de la Empresa Nacional de Innovación (ENISA).

Con el objetivo de equilibrar la balanza y favorecer las oportunidades de emprender a quienes más retos encuentran por el camino, ENISA, fundada hace ya más de 40 años, dispone de seis líneas de financiación para impulsar el emprendimiento innovador y a la pequeña y mediana empresa. Sus préstamos se dirigen a todos los sectores, a excepción del inmobiliario y financiero, y en cualquier etapa de la empresa, ya sea en fase inicial o de crecimiento, porque de lo que se trata, es de que la financiación llegue a quienes contribuyen a la transformación social y económica del país. Su CEO, José Bayón, confirma: “Nuestra misión consiste en asumir un riesgo que el sector privado no asume, nos complementamos con el capital riesgo y otros instrumentos para inducir la inversión de terceros”.

Y es que, tener una buena idea no es suficiente garantía de éxito. Si quien emprende carece de una red de contactos potente, y su propuesta de valor resulta más arriesgada y se enfrenta a mayores tiempos para retornar inversión que las demás, el número de inversores interesados se reduce. Esto podría no ser un problema si los emprendimientos que finalmente se financian contribuyeran sustancialmente a la innovación y la economía españolas, pero el hecho de que España se sitúe en el puesto número 19 a nivel innovación, de entre los 39 países que componen el continente europeo, deja claro que emprender e innovar no siempre son sinónimos.

Esta es la razón por la que Bayón sentencia: “Queremos fortalecer el tejido empresarial con una apuesta clara por uno de los motores estratégicos de la economía de nuestro país: el emprendimiento innovador”. De hecho, además de su financiación, ENISA también será la entidad encargada de decidir qué es innovación y qué no bajo el nuevo paraguas de la recién estrenada Ley de Startups, que ofrece condiciones especialmente ventajosas a este tipo de empresas.

La propia Ley admite: “Las empresas emergentes presentan características específicas […]. En primer lugar, el alto riesgo derivado de su alto contenido innovador, y la incertidumbre sobre el éxito de su modelo de negocio, que dificulta la financiación en las fases iniciales, al exigir capital para poder madurar y probar sus ideas antes de que la empresa empiece a generar ingresos”. La buena noticia es que, una vez identificados sus problemas particulares, resulta más fácil diseñar soluciones para abordarlos.

Y, precisamente, uno de estos instrumentos que posibilitan el desarrollo de nuevos proyectos son los préstamos participativos que ENISA lleva más de cuatro décadas concediendo. Su responsable detalla: “Están a medio camino entre el préstamo tradicional y el capital riesgo, pues no exigen avales ni garantías, cuentan con plazos de amortización y carencia más amplios y su remuneración está vinculada a la evolución económico-financiera de la empresa. Además, permiten financiar una compañía sin la participación de terceras personas en su gestión y control, los intereses son fiscalmente deducibles y elude la necesidad de valoración de la compañía en las etapas de inversión y de desinversión”.

LOS RIESGOS QUE ENISA ASUME EN SU ADN

Vamos, que la única forma de que fueran aún más ventajosos es que, en lugar de préstamos, ENISA regalara el dinero directamente. Hasta la fecha, el organismo ha invertido más 1.260 millones de euros en forma de más de 8.280 préstamos desembolsados destinados a más de 7.220 empresas. Gracias a este apoyo inicial, algunas de las beneficiarias se han convertido en auténticos emblemas del emprendimiento español, como PLD Space, Alvalle, Holaluz, Filmin, MásMóvil, Scalpers, Glovo, Cuideo, Komvida Kombucha, Cooltra, Fractus, Idoven, Genially, Jobandtalent y Ecoalf, entre muchas otras.

A modo de ejemplo, cinco años antes de que en 2017 Cabify se convirtiera en la segunda start-up mejor financiada del país con 91 millones de euros acumulados, había recibido un préstamo de ENISA por valor de 200.000 euros. En aquel febrero de 2012 solo unas 20.000 personas habían viajado con la compañía y los servicios de VTC todavía resultaban poco habituales para la sociedad española. Una década después, a finales de 2021, se estimó que el número total de viajeros y viajeras de la compañía rozaba los 5,5 millones, lo que supone un crecimiento del 27.500% y deja clara la importancia de contar con apoyos iniciales como los que ofrece ENISA.

En concreto, sus seis líneas de financiación actuales son:

  • Jóvenes Emprendedores: pensada para quienes emprenden con hasta 40 años y cuenta con condiciones algo más flexibles, como la aportación, vía capital o a través de fondos propios de, al menos, un 50% del préstamo. Los importes de esta línea están entre los 25.000 euros y los 75.000 euros.
  • Emprendedores: para quienes emprenden sin límite de edad y con importes entre los 25.000 euros y los 300.000 euros.
  • Crecimiento: dirigida a apoyar los proyectos empresariales de compañías interesadas en expandir su negocio o lograr una mejora competitiva, con importes entre 25.000 euros y 1,5 millones de euros.
  • Emprendedoras Digitales: creada en 2021 para favorecer los proyectos empresariales promovidos por una o varias mujeres que ostenten una posición relevante de liderazgo o poder dentro de la empresa, con importes entre 25.000 euros y 1,5 millones de euros.
  • AgroInnpulso: también creada en 2021 y destinada a estimular la transformación digital de las pequeñas y medianas empresas del sector agroalimentario y con importes entre 25.000 euros y 1,5 millones de euros.
  • Audiovisual e Industrias Culturales y Creativas: la gran novedad, lanzada este mismo año para favorecer a pequeñas y medianas empresas del sector audiovisual y de los videojuegos, así como de las industrias culturales y creativas, con importes entre 25.000 euros y 1,5 millones de euros.

De todas ellas, tal vez las más llamativas sean precisamente las más recientes, pues se centran en apostar por colectivos y sectores que nunca destacan como protagonistas en los principales congresos y desafíos de emprendimiento de nuestro país. “Es importante hablar del negocio audiovisual, porque en países como España es una disciplina que tiene mucho potencial y atractivo, pero un bajo nivel de éxito, resultado de una mezcla de desconocimiento de las dinámicas empresariales, egos, poca inversión privada y una inversión pública que, aunque existe, puede ser escasa respecto a las necesidades que se plantean”, nos dijo hace poco el creativo y socio fundador del estudio de diseño Relajaelcoco, Francesco María Furno.

¿Y qué más se puede decir de los tremendos retos a los que se enfrentan las emprendedoras que no se haya denunciado ya? “Que solo el 17% de las start-ups españolas hayan sido fundadas por mujeres es absolutamente insostenible. Está demostrado que las emprendedoras son más eficientes en cuanto a retorno de capital, generamos un 20% más de ingresos con la mitad de los recursos. Aun así, las start-ups lideradas por ellas reciben un 26% menos de financiación”, denunció en diciembre la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas.

Así que, no es de extrañar que su organismo fuera precisamente el responsable de impulsar la creación de la línea de financiación para Emprendedoras Digitales de ENISA. Por su parte, Bayón señala: “Según los últimos datos recabados en el Mapa de Emprendimiento 2022, las start-ups tecnológicas fundadas por mujeres fracasan menos que las fundadas por hombres, con una tasa de fracaso del 27% frente al 59% masculino. Es necesario seguir poniendo en marcha medidas que impulsen el emprendimiento digital femenino y reduzcan la brecha entre sexos que existe en este ámbito”.

Y las cejas no dejan de arquearse cuando profundizamos en el ámbito agrícola, a pesar de la gran tradición española en todo lo relacionado con el campo. Frente al 47% de las empresas del sector biotecnológico que se dedican al área de la salud humana, la cifra dedicada a la agricultura y la producción forestal se limita a un 17%, según el último informe de AseBio. Si se tienen en cuenta los crecientes retos se seguridad alimentaria y cambio climático a los que nos enfrentamos, desarrollar una industria agrícola robusta, sostenible y eficiente se vuelve más prioritario que nunca.

De hecho, tras vivir el mes de abril más seco de la historia de España desde que hay registros, los y las profesionales del sector llevan tiempo advirtiendo de que las importantes mermas en la producción podrían terminar en un problema de abastecimiento y con unos precios mucho más caros en los alimentos disponibles. En este contexto, “la digitalización y modernización del sector agrícola español es más necesaria que nunca y debemos apoyar a todos y cada uno de los emprendedores o emprendedoras que decidan arriesgarse para conseguirlo”, añade Bayón.

El reto está un paso más cerca de resolverse desde que ENISA activó su línea AgroInpulso en 2021. Junto al resto de sus ejes de financiación, centrados en apoyar a quienes quieren conseguir fondos para poner en marcha proyectos transformadores, el futuro de España pinta más innovador, más sostenible, más feminista, más digital y, lo más importante, más justo para toda la sociedad. Y esta sí es una buena forma de sentirnos orgullosos de decir que Spain is different.

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