Urbes saludables en el siglo XXI: hacia la Ciudad Activa

El sedentarismo es un problema global y complejo que, sin embargo, halla su solución en una cuestión muy natural: el movimiento. Pero su fomento requiere esfuerzos individuales, sociales y, particularmente, del entorno. Así surge la Ciudad Activa, desde la que se impulsa la construcción de urbes más vivibles y saludables.

por Rhizomatika Lab

A las ciudades les ocurre como a las personas, en determinados momentos de su vida suelen enfrentarse a situaciones que requieren una decisión trascendental para su evolución. Llegan a una encrucijada y tienen que determinar cuál es el camino más adecuado. El frenético desarrollo urbano de las últimas décadas ha generado problemas muy variados con consecuencias perniciosas para la salud de las personas: desde la mala calidad ambiental por la contaminación del aire, hasta los diagnósticos crecientes de enfermedades relacionadas con el sedentarismo excesivo o con la falta de interacción social, que afecta muy negativamente al bienestar mental de los ciudadanos.

No obstante, la sociedad contemporánea busca la salud con determinación, incluso de manera obsesiva. Y aunque se adoptan hábitos para conservarla, también se mantienen ciertas costumbres contradictorias como fumar o beber alcohol en exceso, entre otras. Es, desde luego, una decisión individual, pero que tiene conexiones muy directas con temas comunitarios como, por ejemplo, la gestión de los sistemas sanitarios públicos y los de seguridad social.

Preocupa, sobre todo, la influencia directa de la inactividad física sobre la aparición y desarrollo de muchas enfermedades no transmisibles y trastornos crónicos tales como obesidad, diabetes, enfermedad coronaria, hipertensión, depresión y diferentes tipos de cáncer, así como en la mortalidad prematura. En el caso de España, como apunta la Fundación España Activa en su Termómetro del sedentarismo en España, 2017, “el 13,4% de todas las muertes son atribuibles a la inactividad física, lo que supone más de 52.000 muertes al año”. Esta cifra es equiparable al número de muertes por COVID-19 en el país durante el primer año de pandemia y cincuenta veces al número de fallecidos por accidentes de tráfico. Adicionalmente, en el plano económico, las repercusiones sobre la salud de la inactividad física suponen una carga anual para el país de 1.560 millones de euros.

La tendencia hacia la inactividad y el sedentarismo se ha acelerado en las últimas décadas. Además, es un problema global, pues no afecta únicamente a las sociedades desarrolladas. Las economías emergentes también parecen seguir esta dinámica, incluso de manera más acelerada. Esta aceleración y globalización del sedentarismo de las últimas décadas es el resultado perverso de los profundos cambios acaecidos en torno a las formas de producción y entretenimiento, así como a los procesos de urbanización y motorización mundial.

El fenómeno es complejo, pero, frente a esta situación, las investigaciones médicas proponen soluciones sencillas, vinculadas al movimiento de las personas y a la interacción entre ellas. Esta nueva conducta significa reconsiderar cómo se desplazan los ciudadanos, la manera en que se relacionan, las decisiones cotidianas que toman, etcétera, y la ciudad, el entorno físico, resulta determinante para ello. Así, en el siglo XXI, la salud ha entrado en juego señalando el camino: el comportamiento activo de los ciudadanos.

Muchas de las soluciones están directamente relacionadas con el entorno físico. En consecuencia, la arquitectura y la ciudad tienen una repercusión sustancial en el estado de salud de sus habitantes, hasta el punto de que puede afirmarse que el urbanismo y la salud son dos conceptos indisolublemente unidos. Esta afirmación ha generado debates intensos que han marcado la evolución de las edificaciones, las estructuras y los espacios urbanos. No obstante, no cabe duda de que las ciudades pueden ayudar a superar estos inéditos problemas de salud favoreciendo comportamientos activos en la población. Por ello, muchas ciudades, conscientes del papel que están llamadas a jugar en la mejora de la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, están promoviendo una cultura dinámica y saludable en sus espacios. Estas urbes comienzan a ser conocidas como Ciudades Activas: un nuevo modelo para conseguir entornos saludables y con calidad de vida.

15 ESTRATEGIAS PARA LA CIUDAD ACTIVA

El libro Hacia la Ciudad Activa. Estrategias urbanas para hacer las ciudades más vivibles y saludables, recientemente publicado por Dykinson y prologado por Alfonso Arroyo, profundiza en el concepto y su génesis, así como en la necesidad de su implantación. Como muestra, en el libro se presentan estrategias a seguir para dirigir las intervenciones con diversos casos de estudio internacionales que avanzan en esa dirección, teniendo en cuenta que la Ciudad Activa no es un destino, sino un work in progress permanente.

1. Intensificar. La ciudad activa es densa y compacta

La primera estrategia persigue la presencia de ciudadanos en el espacio público, y para garantizarla es importante apostar por la densidad de personas. Hay ciudades que han están favoreciendo el aumento de la concentración alrededor de los nodos de transporte colectivo, lo que se conoce con el nombre de TOD (Transit Oriented Development). Varias ciudades están desarrollando TOD, destacando Vancouver(Canadá)entre ellas, que está potenciando los entornos alrededor de los puntos de acceso al transporte público ferroviario (metro y cercanías) con incrementos de edificabilidad y la presencia de actividades variadas, tanto residenciales como económicas y dotacionales.

2. Diversificar. La ciudad activa es diversa y plural

La exigencia de diversidad reclama una mezcla de usos que multiplique las actividades en un mismo lugar, redundando en la vitalidad del espacio y la interacción social. Así, la combinación funcional en la que se integran residencias, oficinas, escuelas, comercio minorista, espacios culturales y comunitarios o instalaciones recreativas es fundamental. Londres (Reino Unido) es un caso de éxito en este tipo de mixturas, con ejemplos tan destacables como King’s Cross.

3. Distribuir. La ciudad activa está repartida equitativamente

Es esencial que el ciudadano pueda satisfacer sus necesidades cotidianas en su entorno cercano. Se aspira a que, en un radio de acción razonable, las personas puedan solucionar su operativa diaria sin necesidad de realizar desplazamientos importantes. Se busca la reestructuración funcional de la ciudad, creando entornos de proximidad en los que disponer todo lo necesario yendo a pie o en bicicleta. Como ejemplo, Melbourne (Australia) elaboró un plan dirigido por el lema “la habitabilidad de la ciudad comienza por la de sus barrios”.

4. Sistematizar. La ciudad activa integra lo natural y lo urbano

Se demanda una nueva relación con la naturaleza. Sistematizar supone conectar la ciudad con su territorio para crear un conjunto integrado. Una de las ciudades que está realizando esfuerzos en su naturalización es Madrid (España), que avanza en esa dirección a través de diversos proyectos, como el Arco Verde, que propone un gran anillo que circunvala la capital uniendo los parques regionales de su entorno; el Bosque Metropolitano, enlazando muchos espacios verdes urbanos ya existentes para formar una corona continua; o Madrid-Río, que actúa como conector radial para dar continuidad al sistema verde madrileño.

5. Aproximar. La ciudad activa es cercana

La relación entre plazas y parques y la salud es muy directa, teniendo muchas derivaciones que justifican su importancia. Es prioritario aproximar los espacios libres a los ciudadanos, distribuyéndolos equitativamente porquelas personas que viven más cerca de los parques gozan de mejor salud. Una ciudad tan consolidada como Nueva York (EE. UU.) está siendo capaz de obtener nuevos espacios estanciales donde nadie lo sospechaba. Son parques cercanos, de reducidas dimensiones, que reciben el expresivo apelativo de pocket parks o parques de bolsillo.

6. Experimentar. La ciudad activa proporciona experiencias positivas

Se aspira a proveer a los ciudadanos de atractivas y variadas actividades en sus espacios de estancia, animando a que sean frecuentados. Se pretende reforzar las propuestas de actividades en la calle, sobre todo las vinculadas con la práctica deportiva y el ejercicio físico. Copenhague (Dinamarca) muestra una imaginación sorprendente en su propuesta de actividades urbanas, como muestra la compatibilidad entre una planta de tratamiento de residuos y un centro de ocio. De esa forma, el espacio urbano se convierte en un estímulo que impulsa la actividad física de los ciudadanos.

7. Universalizar. La ciudad activa es inclusiva

Se pretende conseguir una ciudad para todos los ciudadanos, y una de las manifestaciones de ese principio primordial consiste en diseñar espacios inclusivos, accesibles y seguros, es decir, universales. El derecho a la ciudad es un principio irrenunciable, y el deporte, el ejercicio físico, permite una apropiación urbana por parte de los ciudadanos, que la hacen suya, aumentando el sentimiento de pertenencia para todo el mundo sin distinción. Una de las ciudades que más está destacando en ello es Medellín (Colombia), que está logrando sumar al objetivo principal (la vida saludable), otro de gran calado (la cohesión social) mostrando el espacio urbano como instrumento de transformación social.

8. Enlazar. La ciudad activa está conectada

La red urbana debe ser una malla que posibilite desplazamientos alternativos, que permita la creación de circuitos y que, en definitiva, ofrezca múltiples maneras de ser recorrida con opciones variadas y libres. Se trata de mirar la ciudad con ojos innovadores, como se ha hecho en Seúl (Corea del Sur) con la recuperación del río Cheong Gye Cheon, que literalmente había desaparecido bajo autopistas y ha resurgido como un parque lineal para unir los barrios centrales de la capital surcoreana, como un corredor verde y azul que estimula el paseo favoreciendo la vida saludable en esa parte de la ciudad.

9. Estimular. La ciudad activa es caminable, alentadora y sociable

Se desea que los ciudadanos vuelvan al espacio público incitándolos a andar, a pasear, en definitiva, a recorrer la ciudad a pie. Para expresar todo ello surge el concepto de caminabilildad. Caminar ofrece una notable gama de beneficios que atañen a la movilidad, a la economía, a la salud y a la interacción social. Es destacable el ejemplo de Buenos Aires (Argentina), una ciudad comprometida que está implementando diversos planes para recuperar el centro histórico como un espacio de dominancia peatonal.

10. Priorizar. La ciudad activa antepone el transporte público

La red de transporte público tiene un papel destacado en Singapur. Fuente: ‘Hacia la ciudad activa’.

Se aspira a incrementar la importancia del transporte público en la ciudad, lo que supone sostenibilidad, eficacia y economía, criterios básicos que se ven complementados con la realización de cierto ejercicio físico necesario para acceder a él. La movilidad activa trata de reducir el uso del automóvil privado y fomentar los transportes públicos y los no motorizados. Son muchas las ciudades que tienen estrategias dirigidas a conseguir este propósito, pero el caso de Singapur es especialmente relevante, integrando el transporte público en la vida urbana mediante sofisticados sistemas de gestión e información o espectaculares estaciones, intercambiadores modales y sistemas de aparcamiento.

11. Modular. La ciudad activa modula el tráfico rodado

Otro de los propósitos es graduar la intensidad del tráfico rodado, regulándolo en función de nuevos criterios, como el calmado de velocidad o estableciendo condiciones para acceder a determinadas zonas centrales. Las grandes ciudades están abordando importantes medidas en esta línea. Barcelona (España) es un caso de gran interés con la Superilla, la supermanzana urbanística del Eixample, que implica una modificación muy sustancial del funcionamiento estructural de la ciudad, obteniendo, además, la sorpresiva aparición de nuevas plazas en muchos de los clásicos cruces achaflanados de la ciudad.

12. Tonificar. La ciudad activa tonifica a sus residentes

Dos de las mejores maneras para tonificar el cuerpo son caminar y pedalear. La bicicleta está llamada (lo es ya en muchas ciudades) a convertirse en el medio privilegiado que conjuga velocidad y distancia con la práctica de ejercicio físico en mayor o menor medida, incluso en el caso de las eléctricas. Hay ciudades que se han convertido en referencia de esa movilidad alternativa en bicicleta como Ámsterdam (Países Bajos), paradigma de la nueva movilidad gracias a su apuesta por la bicicleta como medio de desplazamiento urbano, que ha llevado a ser conocida como una ciudad “bicivilizada”.

13. Hibridar. La ciudad activa imbrica el deporte en el estilo de vida deseable

El ejercicio físico debe pasar a formar parte del estilo de vida de los ciudadanos, bien como actividad específica o llenando intersticios entre otras acciones cotidianas. Para fomentarlo, conviene impulsar la hibridación de los centros deportivos con otras muchas opciones. El eje entre Liverpool y Manchester (ambas en Reino Unido) es especialmente activo en estas cuestiones, con ciudades como Warrington, que está desarrollando un ambicioso programa de mezcla de lo deportivo con lo cultural y lo asistencial, logrando un notable incremento en la realización de ejercicio físico de sus residentes.

14. Aplicarse. La ciudad activa cohesiona la comunidad desde la escuela

Los colegios públicos de París se han convertido en oasis urbanos rodeados de vías seguras. Fuente: ‘Hacia la ciudad activa’.

La vida vecinal en torno a centros que integren la interacción social, el ocio, la cultura y la práctica deportiva intergeneracional se proyecta nuclear. Para ello, se propone que las escuelas, dotadas de una gran capacidad referencial y aglutinadora, actúen como corazones vitales y emocionales de cada barrio. París (Francia) está en la vanguardia de esta estrategia de ampliar el uso de las escuelas públicas para convertirlas en “oasis” urbanos que pongan a disposición del barrio sus instalaciones con horarios amplios (“l’école capitale de nos quartiers”) y proponiendo una serie de rutas seguras (“rues aux écoles”) cuyos tramos finales, están siendo remodelados como lugares estanciales.

15. Conciliar. La ciudad activa concilia lo laboral con el ejercicio físico

Una persona pasa un tercio del día en el trabajo. Por eso, se propone la compatibilización de las actividades profesionales con la realización de ejercicio físico. Los edificios deben facilitar esta aspiración, intentando que se conviertan en lugares donde poder conciliar lo laboral y el ejercicio físico, es decir, que permitan trabajar saludablemente. En la bahía de San Francisco, en Silicon Valley (EE. UU.), existen muestras pioneras que conjugan ocio y negocio, permitiendo la conciliación o la disposición en tiempo para actividades diferentes, mezcladas con la propia actividad laboral, particularmente con lo relacionado con el ejercicio físico y el entretenimiento.

HACIA LA CIUDAD ACTIVA

El reto de transformar una ciudad en una Ciudad Activa requiere la participación de toda la comunidad. Fomentar la actividad física en la población exige esfuerzos individuales, sociales y del entorno. Desde luego, es fundamental el comportamiento de las personas, que deben adoptar las conductas activas como un nuevo estilo de vida, pero esta decisión debe verse facilitada por las características del espacio físico, porque el diseño de la ciudad determina la forma en que los ciudadanos la usan.

Como corolario final, podría definirse la Ciudad Activa como aquella que decide dar prioridad real a la salud en todas sus actuaciones, creando oportunidades en los entornos construidos y sociales para que la ciudadanía pueda ser físicamente activa en su vida cotidiana. Cualquier ciudad puede convertirse en activa. Solo tiene que comprometerse con la promoción real de los hábitos de vida sanos, dotarse de una estructura para trabajar en esa dirección y poner en marcha un proceso transversal en el diseño y la gestión de la ciudad. Es el rumbo para conseguir ciudades más habitables, saludables y sostenibles.

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