Aunque el agua es un portento de la naturaleza, suele languidecer en tierra firme, donde nuestros desmanes sobre los recursos hídricos amenazan con condenarnos a todos. Si el planeta se seca, nosotros iremos detrás. Todas las cifras de agua disponible se mueven hacia lugares cada vez más áridos, y hace solo unos meses Unicef advirtió de que “alcanzar la cobertura universal en 2030 requerirá cuadruplicar las tasas actuales de progreso en servicios de agua potable”.
La buena noticia es que no todo el mundo está de brazos cruzados esperando a que nuestros grifos se vuelvan inútiles. Es el caso de Coca-Cola Europacific Partners Iberia SLU, cuyos años de trabajo para mejorar las reservas hídricas en nuestro país le han valido el Premio Retina ECO 2023 en la categoría de Ecosistemas Sostenibles. Su directora de Sostenibilidad, Carmen Gómez-Acebo confirma: “Tenemos un compromiso histórico con el agua”.
A pesar de que es la materia prima principal de su negocio, el cual no ha parado de crecer en los últimos años, y con él, su demanda, las distintas actuaciones de la compañía están cerca de lograr que su consumo neto de agua en nuestro país sea igual a cero. Si en 2022 la compañía gastó 1,76 litros de agua por cada litro de producto que generó, lo que supuso una reducción del 4% frente a su ratio de consumo de 2021, fue capaz de devolvernos cerca del 161% del total de litros producidos. Para lograr estas cifras, las tres líneas de acción hídrica de la compañía adoptan “un enfoque holístico”, apunta Gómez-Acebo.
Entre sus distintas iniciativas premiadas por Retina destacan tanto proyectos de innovación ultratecnológica para reducir al máximo cada gota consumida por sus propios procesos y los de sus colaboradores, como actuaciones medioambientales en los entornos naturales más amenazados por la sequía de los que depende en nuestro país. Así que no sorprende que el discurso de la responsable esté dominado al mismo tiempo por términos tradicionales del ámbito del agua, como “acuíferos”, “canalizaciones” y “cuencas hidrográficas”; y por otros puramente tecnológicos, como “drones”, “IoT”, “inteligencia artificial” y “computación en la nube”.
LA TECNOLOGÍA POR BANDERA
Dentro de casa, y como prueba del poder de la tecnología para ayudar a la humanidad a enfrentar algunos de sus mayores desafíos, la compañía eligió su planta de producción de Sevilla, “la más grande de Europa”, según la responsable, para lanzar un proyecto piloto para ahorrar agua y energía mediante monitorización, análisis y predicción. Gracias a 224 contadores y a una herramienta avanzada de gestión y analítica con procesamiento en la nube, la compañía es capaz de recoger y analizar todos los datos asociados a ambos recursos en tiempo real 24/7. Gracias a ello, la planta ya se ahorra 12.800m3 de agua y 617.872 kWh de energía cada año.
“Es tremendamente eficiente. Puedes detectar la más mínima fuga en cualquier momento y repararla al instante”, afirma Gómez-Acebo. Y no solo eso, los análisis avanzados de su consumo de agua y energía también les permiten replantear sus procesos para volverlos más eficientes. Por eso, aunque el resto de sus plantas no tendrán el sistema instalado hasta dentro de entre tres y cuatro años, ya se están beneficiando de la información generada en el piloto de Sevilla. La responsable detalla: “Cada semana compartimos los resultados con el resto de las fábricas para que puedan identificar cosas como las fugas más comunes y las prácticas más eficientes, aunque todavía no hayan implantado el sistema”.
Otro de sus proyectos protagonizados por herramientas tecnológicas es el que están llevando a cabo junto a los agricultores de 14 fincas de cítricos de la misma provincia para que su actividad se vuelva lo más eficiente posible. La digitalización del campo, que podríamos llamarlo. Gómez-Acebo lo describe así: “Es un proyecto precioso a nivel tecnología porque es tremendamente innovador. Les financiamos sistemas de regadío más eficientes para que ellos los cambien dentro de sus fincas”.
Entre las herramientas que les ofrecen, destaca los drones que monitorizan los cultivos desde el aire, y añade: “Permiten conocer el estado de cada zona de la finca en cada momento. Algunas zonas reciben más sol que otras, por lo que cada una tiene unas necesidades de riego distintas. Al combinar los datos de los drones con previsiones meteorológicas a tres días, los agricultores disponen de mucha más información para regar de forma mucho más optimizada. Saben qué zona deben regar en cada momento y cuánto”.
Y para facilitar el cambio de hábitos entre los agricultores, combinan este equipamiento de alta tecnología con formaciones de buenas prácticas impartidas por su socia WWF. La ONG les enseña cosas como “cómo gestionar los fertilizantes de forma más eficiente y que el suelo absorba más agua de la lluvia y del riego esas, lo que reduce su consumo”, señala la responsable de Coca-Cola Europacific Partners Iberia.
EL PODER DE LA COLABORACIÓN
El proyecto con los agricultores de Sevilla no es el único que la compañía lleva a cabo junto a WWF. La propia ONG destaca el poder de su histórica alianza, nacida ya hace 16 años, para “garantizar la disponibilidad de agua abundante y de calidad para las comunidades, la naturaleza y los negocios de todo el mundo”, y que “incluye la colaboración en más temas críticos para la salud y el bienestar de nuestro planeta y sus habitantes, como el clima, los plásticos y la agricultura”.
Uno de los proyectos de Coca-Cola Europacific Partners Iberia liderados por la organización sin ánimo de lucro es Misión Posible: desafío Guadalquivir. Además del trabajo con los agricultores de Sevilla, esta iniciativa ha restaurado el hábitat natural del estuario mediante la recuperación de una marisma en Trebujena (Cádiz) para favorecer la biodiversidad, mejorar la calidad del río y fomentar la economía verde y el ecoturismo en la zona. “Esta es otra de las vías que utilizamos para compensar nuestra huella hídrica”, adelanta Gómez-Acebo.
Se refiere a que, además de los proyectos en los que utilizan tecnología para ahorrar agua de forma directa, su otra gran línea de acción consiste en recuperar los ecosistemas de las cuencas hidrográficas más amenazadas del país. En el caso de la marisma de Trebujena, que llegó a quedar totalmente seca, sus labores de recanalización del terreno para nutrir los acuíferos permitieron que el agua volviera a fluir y quedar almacenada en el subsuelo hasta rellenar la laguna superficial.
Además de aumentar las reservas hídricas disponibles, Gómez-Acebo señala que este tipo de iniciativas “tienen un impacto positivo en todo ecosistema, no solo medioambiental, sino también social y económico”. Por ejemplo, al recuperar la laguna, algunas especies de aves han regresado a la zona, lo que mejora la biodiversidad en general y reactiva su economía a través del turismo. Dados todos estos beneficios, no es de extrañar que la compañía presuma de otros siete proyectos similares repartidos por toda la península y con los que, solo el año pasado, consiguió devolver a la naturaleza 4.916 millones de litros de agua.
Eso sí, para poder llevarlos a cabo, la compañía necesita encontrar al mejor compañero de viaje en cada caso. Aunque lleva más de una década trabajando con WWF, también colabora con otras organizaciones medioambientales como SEO/Birdlife, ayuntamientos y universidades. Gómez-Acebo detalla: “Ellos son los que de verdad conocen las principales necesidades que hay en cada zona y la mejor forma de darles respuesta, y los que saben cómo llevar a cabo los proyectos”.
Así fue precisamente como nació su iniciativa Plantando Agua, que consistió en reforestar una región de la comarca Cuencas Mineras (Teruel), arrasada por un incendio en 2009. La idea surgió después de que los propios vecinos y grupos de interés señalaran la zona como una de sus prioridades medioambientales. Gómez-Acebo detalla: “La colaboración público-privada es fundamental en la cuestión del agua, y es algo que nos tomamos muy en serio, por eso no solemos encontrarnos con ninguna barrera, al contrario, todo suelen ser facilidades”.
OBJETIVO CASI CUMPLIDO
Los ahorros directos de agua que Coca-Cola Europacific Partners Iberia ha generado en sus propias plantas y en distintas fincas agrícolas, sumados a las mayores reservas que se consiguen almacenar con actuaciones sobre el terreno, y al ahorro extra que ofrecen al reacondicionar sus aguas residuales para el riego y reutilizarlas a nivel interno, la compañía está a punto de cumplir el objetivo que se marcó en 2017 de reducir su consumo total un 20% frente al nivel de 2010 para 2030.
Gómez-Acebo detalla: “Este año nos hemos quedado en el 18,7%. Pero, aunque nos falte tan poco, cada vez resulta más desafiante ya que nuestra producción sigue aumentando, por lo que el volumen de agua de debemos devolver anualmente también es cada vez mayor”. Aun así, está segura de que lo lograrán, de hecho, su cifra de ahorro ya cubre el 100% del agua que emplean en cada litro de producto embotellado, por lo que solo les falta una pequeña parte de lo que consumen en el resto de los procesos.
Para seguir avanzando, la compañía identifica las cuencas hidrográficas más vulnerables de entre aquellas en las que trabaja, y busca socios expertos en los respectivos entornos para diseñar las mejores iniciativas de remediación para cada situación. Con este enfoque, Coca-Cola Europacific Partners Iberia intenta asegurar el futuro de su propio negocio de dos maneras. Por un lado, porque el agua es su principal materia prima, lo que la obliga a velar por su disponibilidad para poder seguir operando. Por otro, por los cambios normativos que se avecinan.
La responsable explica: “Hay una directiva europea en marcha para impulsar la reutilización y la regeneración de agua en cada una de las industrias, así que con este tipo de proyectos estamos yendo un paso por delante”. No obstante, la misión de Coca-Cola Europacific Partners Iberia no se limita a su propio negocio. Gómez-Acebo concluye: “El agua es totalmente imprescindible para nuestra actividad, pero también es un recurso clave para el planeta a nivel medioambiental y social. Conservarlo es responsabilidad de todos”.
Sobre la firma
Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.