¿Descarbonizar la industria? Hay una empresa en España que lo hace todo

Convencer a Huawei para embarcarse en un proyecto piloto en España para crear megabatería de autuconsumo industrial más grande de Europa, coordinar a proveedores de todo tipo, redimensionar una granja fotovoltaica… todo lo que Cubierta Solar tuvo que hacer para erradicar las emisiones de la empresa textil TexAthenea la han hecho merecedora del Premio Retina ECO 2023 en la categoría de Pyme a la innovación y sostenibilidad.

Si en la famosa canción de Astrud hay un hombre que lo mismo te coge los bajos del pantalón que mete las anchoas dentro de las aceitunas, en España hay una empresa que funciona parecido, pero para erradicar el CO2 de la industria. Hablamos de Cubierta Solar, que lo mismo convence al gigante chino Huawei para que lance un proyecto piloto de megabatería en España que convierte a la localidad alicantina de Villena en un referente internacional de la sostenibilidad textil, y todo con un solo proyecto.

Y si aquel polifacético y todopoderoso hombre se mereció una canción de Astrud, el innovador proyecto de Cubierta Solar para eliminar las emisiones industriales también se merece el Premio Retina ECO 2023 en la categoría de Pyme a la innovación y sostenibilidad. “Con voluntad y ayuda se puede descarbonizar prácticamente cualquier sector”, sentencia su CEO, Luis Navarro. En concreto, el galardón le ha sido concedido por su proyecto de autoconsumo y almacenamiento energético para la empresa villenera TexAthenea.

Con una capacidad de 2MWh, la megabatería con la que ahora se alimenta esta compañía textil se alza como “la más grande de Europa para autoconsumo industrial”, afirma Navarro. ¿Acaso no las hay más grandes en nuestro continente? “Sí”, responde, “pero no son para autoconsumo, suelen ser para regular la propia red”. Así que la clave de su innovación está en cómo se produce, almacena y gasta la energía en la fábrica de TexAthenea, que ya genera de forma sostenible el equivalente al consumo de 5.000 viviendas y evita la emisión de 3.300 toneladas de CO2 a la atmósfera.

Cubierta Solar ya le había instalado una granja fotovoltaica en 2018 que “cubría el 67% de su consumo, pero a primera hora de la mañana y última de la tarde tenían que tirar de la red”, recuerda el CEO. Además, parte de su maquinaria todavía funcionaba con gas natural. El equipo sabía que la planta villenera podía ir un paso más allá en cuestión de sostenibilidad, pero se trataba de un paso de gigante: electrificarse al máximo y erradicar cualquier rastro de combustible fósil.

La solución para hacerlo estaba en las baterías. Navarro, quien describe su empresa como “una ingeniería e instaladora llave en mano” que se encarga de diseñarlo y coordinarlo todo, “como el arquitecto de una reforma”, recuerda: “En ese momento nosotros estábamos empezando a estudiarlas porque sabíamos que nuestros clientes iban a demandarlas antes o después. Y como TexAthenea es una empresa muy innovadora y tienen muy claro el retorno de este tipo de inversiones, en 2021 les planteamos la idea”.

UN PROBLEMA, UNA SOLUCIÓN

Así empezó el desafío. Para empezar, Cubierta Solar no solo tenía que convencer a su cliente de que apostara por esta transición, también necesitaba encontrar a un socio capaz de ofrecerle una batería de tal calibre y de encargarse de cualquier tipo de mantenimiento posterior. Aquí llegó el primer problema. “Ni en España ni en Europa había ninguna empresa de baterías capaz de hacer todo eso”, lamenta el CEO.

Prefería apostar por una compañía del territorio, pero la única que encontró con la misma versatilidad que el hombre de Astrud fue Huawei. La pega era que el gigante chino de la electrónica no tenía en su catálogo ningún producto con las características exactas que necesitaban, lo que aumentaba el riesgo del proyecto. Navarro recuerda: “Tuvimos que explicarles todas las expectativas de negocio que podían tener en España y convencerles de que vinieran a embarcarse en una iniciativa singular y única”.

Tal vez esté pensando que hace ya muchos años que Huawei vende sus productos en nuestro territorio, pero una cosa es homologar un ordenador o un móvil a la legislación europea, y otra bien distinta es hacerlo con una batería gigante para uso industrial. “Los gases del sistema de refrigeración, los requisitos eléctricos de radiofrecuencias e interferencias, los procesos de homologación, los controles de calidad… tenían que adaptarlo todo a las leyes europeas, hasta la potencia de la batería era distinta”, detalla el CEO de Cubierta Solar.

Era otro paso de gigante, pero, si salía bien, el retorno también sería enorme. Y así fue. “Ahora Huawei tiene un showroom en Villena y está empezando a encontrar clientes nacionales para su nueva batería europea. Ya no es un futurible, ahora está en su catálogo, es una realidad”, dice Navarro, visiblemente orgulloso de su socio asiático. Y el éxito se replica en la propia Cubierta Solar. Su CEO cuenta: “Ya estamos exportando nuestra experiencia en el proyecto de TexAthenea a clientes de otras industrias, y gracias a él nos hemos situado entre seis meses y un año por delante de nuestra competencia”.

Una vez convencido el cliente y encontrada la batería idónea, llegaba el momento de cogerle el bajo al pantalón, es decir, de unir todas las piezas del puzle. Y había unas cuantas. Navarro explica: “No solo teníamos que instalar el sistema de almacenamiento para la electricidad que ya se consumía, también teníamos que sustituir la maquinaria basada en combustibles fósiles de TexAthenea por alternativas electrificadas”. Y para eso no solo tenían que ampliar la capacidad del huerto solar, también necesitaban las máquinas adecuadas.

Así entraron en la ecuación las nuevas bombas de calor y la flamante caldera de vapor eléctrica de TexAthenea. Pero esta última no era suficiente ni de lejos para cubrir toda la demanda de vapor que hasta entonces generaban con gas natural. Hacía falta algo más. La solución la encontraron en una caldera de vapor de biomasa, “alimentada través de la economía circular de la limpieza de los bosques de proximidad, evitando la emisión de 1.915 toneladas de CO2”, según la documentación del proyecto.

Con esto ya estaba todo: una granja fotovoltaica de tamaño suficiente para satisfacer toda la demanda energética de la fábrica textil, una batería capaz de almacenarla y nueva maquinaria renovable para desterrar cualquier rastro de combustible fósil. Gracias a este nuevo funcionamiento, la fábrica se autoprovee a sí misma del 90% de la electricidad que consume y el 10% restante lo obtiene de la red a partir de fuentes renovables y durante las horas más baratas.

RENTABILIDAD POR TODAS PARTES

Claramente satisfecho, Navarro sentencia: “La fábrica tenía que funcionar al 100% con electricidad renovable, y así es como finalmente hemos conseguido eliminar todo el gas que se consumía y certificarla como cero CO2”. ¿Y sabe lo mejor? El periodo de amortización de esta titánica apuesta verde es de tan solo dos años. “Inicialmente era de cuatro años, pero la subida de los precios de la energía sumada a la subvención Next Generation que consiguió el proyecto lograron reducir el tiempo a la mitad”, añade.

Aun así, en su opinión, “cuatro años ya era un plazo muy razonable” y lamenta que, mientras muchas cosas en la industria tienen periodos de amortización de 20 años, a este tipo de proyectos de baterías y fotovoltaica “siempre se les pide una rentabilidad extraordinariamente alta”. La obsolescencia tecnológica suele otro de los asuntos que más preocupa a la hora de invertir en estos proyectos. A este tipo de clientes les dice: “Esta industria cambia muy deprisa, salen cosas nuevas y mejores constantemente. Si esperas dos años a que aparezca la siguiente gran tecnología, para entonces habrá una nueva promesa a dos años vista y nunca tomarás la decisión de dar el paso”.

Por eso considera que, aunque las cuentas tienen que encajar con las expectativas económicas de cada compañía, el énfasis debería estar en el retorno en sostenibilidad: “Oigo decir a muchos directores generales que la sostenibilidad es cara, pero el problema lo tienen ellos. Todos mis clientes del textil que invirtieron en fotovoltaica en 2017 han ganado más por el retorno mediático de certificar sus empresas que por el ahorro estrictamente económico”. Uno de ellos es la propia TexAthenea, proveedora de Inditex. Navarro cuenta que la certificación le supuso una ventaja competitiva frente a rivales de otros países, como China y Turquía, que sí son capaces de ofrecer un producto más barato, pero sin las mismas garantías medioambientales.

Por eso, sentencia: “La sostenibilidad es rentable, otra cosa es que tú la sepas poner en valor. Ir un paso por delante siempre te va a diferenciar de la competencia, y ese es el mensaje que debemos lanzar, que sí se puede”. Ya lo ve, ya sea meter las anchoas dentro de las aceitunas o erradicar las emisiones de una industria, todo es ponerse. Y quien lo haga de la mano de Cubierta Solar puede respirar tranquilo sabiendo que, como el hombre de la canción de Astrud, esta empresa lo hace todo.

Sobre la firma

Marta del Amo

Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.

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