Guía de viaje a la nube: una aventura con escalas

Hagan las maletas y revisen su pasaporte porque el mundo de los negocios ya no permite empresas fuera del reino del ‘cloud computing’. El trayecto será largo y agitado, pero el destino promete la recompensa de renacer en forma de compañías más ágiles, modernas y capaces de competir en el feroz terreno digital. ¿Necesita una guía de viaje? Entonces no se pierda el informe ‘Ascendant 2022’ de Minsait.

“No se viaja por viajar, sino por haber viajado”, dijo una vez el escritor francés Alphonse Karr. Se refería a que, además del destino, es el trayecto lo que a uno le enriquece. Cada paso dado y cada decisión, acertada o equivocada, es una lección y una fuente de crecimiento capaz de generar una huella tan palpable como la que deja el zapato en la tierra. Dos siglos después, su frase no solo sigue siendo cierta, sino que también se aplica a los obligatorios viajes que marca la transformación digital.

En tiempos de unos y ceros, el último gran destino es la computación en la nube (cloud computing), ese paradigma informático cuyos beneficios para las empresas han dejado de ser una ventaja competitiva para convertirse en un pilar estratégico para el futuro de cualquier compañía. Tanto es así, que más del 80% de las encuestadas por Minsait en su informe Ascendant 2022: Modernizar y crecer en la nube reconoce su potencial para ganar agilidad. Pero, como no se debe viajar por viajar, hace falta planificación, inversión, talento y acompañamiento para facilitar el trayecto y asegurar que el camino hacia la nube se convierta en un éxito de los que dejan huella.

“El viaje no es sencillo, pero merece la pena”, resumió el consejero y director General de Minsait, Luis Abril, durante la presentación del informe en Madrid (España), ofrecida por Retina. Si subirse a la nube es como viajar, las empresas que quieran llegar al destino necesitan una guía que les ayude a navegar por los inmensos caminos del mundo cloud, con sus escalas, sus atajos y, por supuesto, sus peajes y sus baches. Porque, a pesar de que el mundo corporativo es cada vez más consciente de la urgencia de empezar a recorrerlos, solo el 10% de las más de 100 empresas encuestadas (que “sumadas representan cerca del 13% del PIB español”, según detalló el director general de Indra y responsable de Mercados y Verticales Minsait, Borja Ochoa) cree estar aprovechando al máximo las capacidades de la nube.

Esta falta de velocidad puede convertirse en un problema para la economía española y las compañías que la componen cuando se tienen en cuenta que el cloud computing es un viaje lleno de atajos para “reducir el time to market, facilitar la apertura de nuevos mercados y mejorar la gestión de riesgos”, afirmó Abril. Y qué mejor forma de demostrarlo que a través de la experiencia de aquellos viajeros que fueron pioneros en la aventura.

En el mundo real no hay nada peor que el último destino popular en Instagram. Los precios suben, los lugares se abarrotan y toca pelearse con los demás turistas de la horda para cualquier cosa. Pero en el plano digital pasa justo al contrario: todo es más fácil gracias a quienes se atrevieron a abrir el camino antes de que estuviera claramente marcado. Es el caso de Enel, que “definió su proyecto de digitalización en 2015 cuando no estaba de moda”, recordó entre risas su director General de Soluciones Digitales, Manuel Marín Guzmán.

Al tomar el control de Endesa, se encontraron con que había “dos modelos de operación, dos modelos de data centers, básicamente con dos de todo”, así que, en lugar de tener que tomar la “difícil decisión de elegir entre uno y otro”, Marín explicó que finalmente optaron por el “tercer modelo de pasarlo todo a la nube”. Siete años después y, tras haber superado baches que a veces supusieron encontrar su teléfono “lleno de mensajes y llamadas perdidas”, la inquietud inicial se convirtió en una gran complicidad por parte de todo el negocio “cuando la gente empezó a darse cuenta de que todo funcionaba mejor”, contó el responsable.

MIEDO A LO DESCONOCIDO

Aunque haya a quien le encante viajar, también hay personas a las que les frena la incertidumbre. Por eso, junto a la complejidad que supone el proceso de migrar a la nube, la dificultad de adaptarse a los cambios necesarios para hacerlo se alza como el segundo gran obstáculo en el camino, según el informe de Minsait. Sin embargo, incluso las compañías con más historia y tradición pueden superar este bache, como demostró el responsable Digital de García Carrión, Fernando Cuenca.

Con más de un siglo de historia a sus espaldas, la decisión de la compañía de hacer las maletas para mudar sus sistemas al mundo cloud se ha convertido en “un referente de orgullo”, afirmó Cuenca. Entre otros beneficios, la compañía ha logrado automatizar sus procesos logísticos y añadir información de valor a su negocio mediante nuevas fuentes de datos, como sistemas para leer las matrículas de los camiones, básculas para pesar las mercancías y señales GPS para monitorizar las entregas.

Su ejemplo permitió ilustrar que, aunque el viaje hacia la nube deba pasar sí o sí por una transición tecnológica, el verdadero destino se alcanza cuando se logra “transformar el negocio con tecnología”, añadió. En lugar de limitarse a usar la nube como un mero entorno de gestión, que equivaldría a ese inútil viajar por viajar, el trayecto consiste en aprovecharla para construir nuevos modelos de negocio y vías de crecimiento.

“Se trata de buscar nuevos modelos de negocio y de transformar la relación con los clientes a partir de la digitalización”, resumió la responsable de Información de Cepsa, Susana Zumel. O, como advirtió el responsable global de Modernización de Aplicaciones y Datos en la Nube de Minsait, Ignacio Jiménez Pinillos, “se trata de gestionar la dualidad entre negocio y tecnología y tener claro que esto ya no son proyectos tecnológicos”. Y sentenció: “El fracaso es usar el cloud para seguir trabajando igual que antes”.

¿Y qué hacemos con las maletas? Cualquier mochilero sabe de sobra las ventajas de ir ligero. Sin embargo, en lo que a la nube se refiere, el gran reto de las empresas reside en transportar el equipaje acumulado en sus años de historia. Frente a la agilidad por defecto que caracteriza a las compañías nativas digitales, la migración a la nube de las organizaciones más tradicionales suele verse lastrada por una infinidad de cajas y bultos que arrastran tanto de sus sistemas analógicos como de sus primeras arquitecturas digitales propias, conocidas como on premise.

“Los entornos on premise son complejos, monolíticos, vinculados al mainframe, con mucho desarrollo a medida y resulta muy complejo evolucionarlos”, señaló Ochoa como una de las principales conclusiones del informe de Minstait. Afortunadamente, como quien domina una nueva receta tras visitar un país extranjero, aprender a conquistar las capacidades que ofrece la nube se traduce en beneficios que ya están llegando incluso hasta los organismos con más años de tradición y caracterizados por la gran rigidez de sus procesos: la administración pública.

El director general de la Oficina Digital del Ayuntamiento de Madrid, Fernando de Pablo, explicó que la “modélica transición de datos” de distintas áreas del consistorio, como los tributos y el padrón, no solo ha recibido distintos premios de la industria, también ha logrado “resultados espectaculares”. Gracias a la mayor visibilidad de la información en tiempo real de los entornos cloud, la entidad ha mejorado los procesos recaudatorios, con su consecuente beneficio para los ciudadanos.

Y, por si fuera poco, esta digitalización también se ha convertido en una fuente de eficiencia al permitir una reducción de las gestiones presenciales del 85% que tenían antes de la transición hasta el 35% actual. Además, aunque De Pablo reconoció que “no todo salió bien a la primera”, las ventajas han quedado tan claras que su departamento sigue avanzando para llevar a la nube todos los demás servicios y procesos del Ayuntamiento.

VIAJAR ACOMPAÑADO

Eso sí, aunque el poeta británico Rudyard Kipling decía que “quien viaja solo viaja más deprisa”, lo que es cierto en el mundo real deja de serlo cuando el destino está en la nube. Junto a los retos técnicos y el miedo al cambio, la falta de conocimientos es el tercer obstáculo más importante del trayecto, según el informe de Minsait. Por eso, en lugar de seguir el consejo de Kipling, tanto el Ayuntamiento de Madrid como Enel y García Carrión decidieron buscar compañeros de viaje que ya conocían el camino.

¿Hay algo mejor que viajar con alguien que ya sabe cuáles son los mejores restaurantes de carretera y qué sitios visitar en cada destino? Como principales líderes mundiales de la industria del cloud, Google, Microsoft y Amazon Web Services (AWS) también acudieron a la cita para dejar claro que, como dijo el político Rómulo Gallegos, “nunca hay que aceptar como compañero de viaje a quien uno no conoce como a sus propias manos”.

Tras años de relación previa a través de otros servicios, el Ayuntamiento de Madrid eligió a Microsoft como principal compañero en su viaje hacia la nube. “Para saber bien a dónde vas, tienes que saber de dónde partes”, confirmó el director de Gobierno Regional del gigante, Fernando Valiño, para quien este tipo de colaboraciones duraderas, que tienen que ir “desde el principio hasta el final”, permiten “conocer bien al cliente y ofrecerle soluciones personalizadas”.

Uno no viaja de la misma manera cuando va con amigos que en pareja, no pone la misma música, ni propone los mismos planes. Entender a quien va en el asiento del copiloto es clave para definir cómo va a ser el viaje y garantizar que salga bien. Y eso es precisamente lo que hace AWS, que ha hecho de la empatía una estrategia de negocio. Según su responsable de Negocio, David Sanz, “el 90% de los servicios de la empresa se basan en el propio feedback de los clientes”.

Esta “vocación por el partnership y las relaciones a largo plazo” también es parte de la propuesta de valor de Google, como explicó su directora de Negocio para la división de Bienes de Consumo Empaquetados, Eva García, responsable de viajar junto a García Carrión. Y ha debido ser una gran compañera, ya que Cuenca no dudó en presumir de su “apuesta monocloud, con la que confían todos los aspectos de su trabajo en la nube al gigante de las búsquedas.

Eso sí, la de García Carrión podría ser la excepción que confirma la regla, ya que la “tendencia va hacia los modelos multicloud, en los que se busca combinar los mejores servicios en la nube de cada uno de los distintos proveedores”, explicó la responsable global de Alianzas de Nube Pública de Minsait, Montserrat Herráez. Esta es justo la estrategia que está siguiendo Sabadell. Su director de Arquitectura, Sabadell, Víctor Cuervo, aseguró: “Queremos ir hacia una cloud neutra para no casarnos con ningún proveedor y poder usar todas las opciones disponibles”.

Llegados a este punto del trayecto, queda pendiente un asunto que, en realidad, suele ser el que más peso tiene a la hora de definir un viaje: el económico. Aunque Marín no pudo mostrarse más satisfecho de la travesía de Enel, aconsejó analizar en profundidad el presupuesto para “evitar que los costes de la nube se suban hasta la nube”. Y si esto es un desafío para la empresa privada, directamente puede convertirse en un freno absoluto cuando se trata del sector público.

Sus normas presupuestarias “orientadas a la inversión en lugar de al gasto provocan que muchas veces no haya recursos para seguir apostando por las TIC”, lamentó el director gerente del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información de Cataluña (España), Xavier Mila Vidal. Consciente de sus diferencias con el mundo privado, el responsable hizo un llamamiento al “cambio de mentalidad para poder aprovechar las ventajas de la nube y entender cómo permite mejorar los servicios públicos”.

Raro es el caso de quien no acaba un viaje satisfecho. Por supuesto, siempre habrá peajes que pagar, saldrán ampollas y seguro que todos nos perdemos en alguna ocasión. Pero, con una ruta bien definida, la maleta bien hecha, un presupuesto adecuado y compañeros a los que recurrir en caso de necesidad, no habrá obstáculo que no pueda superarse, sobre todo cuando el premio de llegar consiste renacer como una nueva empresa más ágil competitiva y moderna. Puede que resulte duro, pero, como dijo el poeta griego Arturo Graf, “en el viaje a través de la vida no existen caminos llanos: todo son subidas y bajadas”.

Sobre la firma

Marta del Amo

Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.

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