No es ningún secreto que la velocidad en lo referente al progreso lleva marchas distintas según los porcentajes de población. La España vaciada engloba, en un apodo, un conjunto de desertificaciones que van desde la bancaria hasta las necesidades básicas, entre las que se cuentan, en especial, la médica. El páramo de la asistencia primaria es sensiblemente dañino si hablamos de zonas con una demografía envejecida, y conexiones poco fluidas con núcleos de población más grandes. Pero si aspiramos a un sociedad lo más igualitaria posible, que reafirme nuestro compromiso con el Estado del Bienestar, huelga decir que es menester invertir y avanzar hacia un futuro en el que la horizontalidad en el acceso médico sea lo más marcada posible.
Por motivos obvios, erguir hospitales y centros de asistencia en poblaciones mermadas resulta muy complejo. Al costo de las estructuras, ha de sumarse las dificultades para encontrar profesionales dispuestos a trasladarse a estas localidades, lo cual no es en absoluto sencillo. Afortunadamente, el parque de empresas internacional que empieza a dilatar el angular a fin de tener en cuenta las demandas de sesgos poblacionales por norma olvidados, no deja de aumentar.
De entre ellas, y en esta materia médica, hay que destacar a la compañía Renault y su última sorpresa en las lides de los vehículos eléctricos. Porque aunque la empresa lleva desde 2021 formando parte del proyecto Software Republique, en el que de la mano de Eviden, Orange, Dassault Systèmes, STMicroelectronics and Thales y JCDecaux, se busca alumbrar productos disruptivos relacionados con la movilidad, es ahora cuando cristaliza en un producto de manos de Renault. Su nombre es U1st Vision, y promete ser una vía de solución a los problemas expuestos al inicio de este artículo.
U1st Vision es, a primera vista, el prototipo de una furgoneta eléctrica. Sin embargo, superando la capa superficial de la matrioska, la propuesta es mucho más versátil y abre un horizonte de posibilidades, entre las que se encuentra la instalación de un suerte de espacio médico donde realizar múltiples pruebas, que incluyen análisis de orina, carótida, electrocardiogramas, etc. Todas ellas llevadas a cabo en la parte trasera del vehículo, que estará en contacto directo con un médico que recibirá los datos al instante y realizará las tareas de diagnóstico a través de una videollamada. Uno de los puntos sorprendentes del concepto, es que esta parte trasera puede separarse de la furgoneta, manteniendo todas las funciones telemáticas. Gracias a esta habilidad, el módulo podría “abandonarse” varios días, de manera autónoma, en una localidad, brindando la posibilidad ir rotándola entre distintos núcleos poblacionales.
Por un precio aproximado de 200 mil euros (al que habría que sumar los costes específicos del material médico especializado), Software République pone en manos de entes públicos -quién sabe si privados-, una cabina multimodal capaz de deslocalizar la salud de los centros ambulatorios y hospitalarios, acercando el diagnostico de enfermedades leves, o el seguimiento de todo tipo de patologías, a zonas sin acceso a la salud. Un problema, el de la desertificación médica, que nuestros vecinos galos viven con paralela preocupación a la española, y con el que Renault ha visto una abertura de negocio de alta rentabilidad ética.
En cuanto a la sensible gestión de los datos que recabaría el prototipo de ponerse en circulación, Renault echa balones fuera y delega dicha responsabilidad en sus socios dedicados a la telecomunicación, como Orange. A pesar de lo cual, aseguran tener garantizada la privacidad a todos los niveles y estar totalmente acompasados con las exigencias legislativas de la UE en materia de protección de datos.
Por supuesto, el U1st Vision es un proyecto versátil que no tiene porque estar, obligatoriamente, enfocado al universo médico. Desde le compañía del rombo hablan también de otro tipo de ejemplos, como un taller de reparación de bicicletas, un food track o un punto de reciclaje de material electrónico, por citar algunos. Pero parece que la apuesta por la salud es la más coherente de cara a la crispación nacional francesa con el abandono de las zonas rurales, y al alto precio que implican estas cabinas autónomas con una infraestructura de conectividad tremendamente avanzada en un vehículo 100% eléctrico. Un montante que se aleja mucho del capital económico de particulares, o pequeñas empresas, con las que pretenden ejemplificar la versatilidad de la propuesta en Renault.
El aumento del teletrabajo, así como el encarecimiento de los precios en las grandes ciudades, está provocando una creciente reivindicación de las zonas rurales, así como un ininterrumpido goteo hacia ellas. La España vaciada (y la Francia, según parece), empieza a ocupar un espacio cada vez mayor en los debates nacionales y la importancia de una buena accesibilidad a la salud, por razones obvias, es uno de los argumentos de cabecera.
Renault y sus socios de Software République han abierto la veda a una posible solución que, aunque todavía en pañales, promete ser una propuesta factible a la hora de abordar este problema médico en entornos asilados. Lugares, por lo general, con una demografía envejecida que, precisamente por ello, requieren de todos los avances disponibles para mantener una calidad de vida digna.