Anand Venkateswaran: “La experiencia actual en la Web3 es una mierda”

Tras gestionar la histórica compra de ‘Everydays: the First 5000 Days’, la primera y más cara obra subastada en formato NFT por Christie’s en 2021, Anand Venkateswaran reconoce que lo hizo un poco como acción de ‘marketing’ y se siente parcialmente responsable de la posterior burbuja de los ‘token’ no fungibles. Defiende el entorno cripto por su potencial para mejorar el mundo y aconseja olvidarse completamente de su lado especulativo.

Anand Venkateswaran. Crédito: cortesía del entrevistado, imagen ilustrada por 'Retina'

La cosa ya empezaba a oler a podrido cuando Paris Hilton apareció en Saturday Night Live promocionando unos NFT en enero de 2022. La burbuja de los tokens no fungibles se había inflado tanto que, ese mes, el valor de todas las transacciones a nivel mundial ascendió 17.000 millones de dólares. Pero, como todas las burbujas acaban explotando, en noviembre de ese mismo año, la cifra se había reducido un 97%, desplomándose hasta los 400 millones de dólares. El criptoinvierno había llegado.

La gran pregunta es cómo empezó todo, cómo estos fragmentos de código informático que certifican la propiedad de un objeto digital pasaron de producto nicho para artistas y tecnólogos a convertirse en el gran tema de conversación. Para encontrar la respuesta hay que retroceder a marzo de 2021, cuando la obra Everydays: the First 5000 Days del artista conocido como Beeple (que en realidad no era más que un JPG) fue subastada en Christie’s por un precio final de 69,3 millones de dólares, convirtiéndose en el NFT más caro de la historia.

Detrás de aquella puja había dos personas, dos hombres de origen indio: Vignesh Sundaresan y Anand Venkateswaran. Este último visitó Madrid hace poco y se reunió con Retina para hablar de aquella compra, de su papel en la burbuja de los NFT y del potencial real de la tecnología y la industria del cripto más allá de los titulares grandilocuentes y las estafas.

De acuerdo con su biografía, usted procede de una familia india de clase media y está formado en periodismo. ¿Cómo alguien con ese origen acaba pagando casi 70 millones de dólares en una subasta de arte?

Bueno, el dinero no era mío sino de Vignesh. Él puso los fondos y yo los gestioné. De hecho, la obra le pertenece a él al 100%.

¿Por qué decidió dejar de lado su carrera periodística para centrarse en el cripto?

El cripto es un movimiento político-social. No se trata sólo de criptomonedas ni de finanzas. Empodera a los individuos de una manera que antes no era posible. Esta conversación contigo es un ejemplo perfecto. Un periodista de clase media de Chennai [su ciudad natal] nunca habría tenido la oportunidad de estar sentado aquí contigo. Cripto hace esto posible, hace el mundo más pequeño para mucha gente.

En cripto hay muchas probabilidades de que cualquier cosa en la que inviertas se estrelle”

Dada la enorme suma que acabaron pagando y del estado actual del mercado de los NFT. ¿Cree que Sundaresan se arrepiente de la compra?

No creo. Su objetivo era poner en marcha una industria tecnocultural en el sur de la India, nuestro arte. La compra de Beeple consiguió abrir conversaciones con artistas a los que no habríamos tenido acceso de ninguna otra forma, como Olafur Eliasson, que es uno de los que más vende en el mundo y a los que más admiro.

Hemos llegado a trabajar con algunos de los mejores, no solo en blockchain, también en el mundo del arte, de la tecnología y de la inversión, personas influyentes. Eso fue muy interesante. Ya sabes, la marea alta levanta todos los barcos. Lo que hicimos con la subasta de Christie’s fue centrar la atención del mundo en el mundo de NFT.

Así que fue una especie de acción de marketing.

Sí. Pero no teníamos ni idea de que acabaría siendo algo tan grande. No sabíamos contra quién pujábamos ni cuál sería el precio final. Solo íbamos con la mente abierta para asegurar que podíamos hacernos con ella, porque es una pieza histórica. Por un lado, porque por primera vez una institución de 250 años como Christie’s estaba reconociendo el arte digital como arte real. Y por otro, porque se iba a subastar en formato en NFT.

En los dos años que han transcurrido desde la subasta, el pinchazo de la burbuja resulta evidente, ¿cree que usted contribuyó a inflarla?

Sí, eso es innegable. Es un mercado libre, viene con lo bueno y lo malo.

Los NFT deben desaparecer como activos financieros”

¿Cómo cuando Paris Hilton empezó a publicitarlos?

Sí, sin duda parte de eso es culpa nuestra. Pero habría sucedido igual aunque no hubiéramos comprado la obra de Beeple porque ya había otros proyectos muy similares que habían saltado a la fama, como los Bored Apes.

El problema aparece cuando miras los NFT como una clase de activo financiero, ahí es cuando se produce la burbuja y el crash. Es un ciclo que se seguirá repitiendo hasta que descubramos un nuevo conjunto de utilidades para la tecnología, que es en lo que estoy trabajando actualmente.

Una de las aplicaciones más útiles que han surgido de las cadenas de bloques son los contratos inteligentes. Pero incluso en ellos se han detectado innumerables agujeros de seguridad. Si sumamos estas situaciones a las estafas y los hackeos en criptomonedas y a la burbuja de los NFT, ¿por qué cree que la gente debería seguir confiando en estas tecnologías?

Yo diría que no hay que confiar ni en los NFT ni en las criptomonedas. Nunca compres algo solo porque creas que su valor va a aumentar y a darte beneficios. En el espacio cripto hay muchas probabilidades de que cualquier cosa en la que quieras invertir se estrelle. Ya lo hemos visto varias veces, incluso con bitcoin. Su valor ha caído un 80% o 90% tres o cuatro veces en su ciclo de vida. Es algo que está destinado a suceder.

La razón por la que hay que confiar en el espacio del cripto y los NFT es porque abre puertas y porque está propiciando el Renacimiento de nuestro tiempo. Estamos ante una convergencia de tecnología y finanzas que está siendo empujada por la cultura. Ahí es donde entran los NFT.

Durante los primeros 10 años de vida de las criptomonedas, sólo había espacio para personas extremadamente expertas en instrumentos financieros o en programación y tecnología. No había hueco para los artistas hasta que aparecieron los NFT. En cierto sentido son el primer caso de uso de blockchain. Son una forma de expresión. Además, al ser un mercado tan nuevo, los grados de separación entre personas son muy pequeños.

Y para alguien recién salido de la universidad que esté buscando una nueva área de trabajo son perfectos porque absorben todas las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada, el entretenimiento, el deporte… Hay oportunidades para todos. Es en eso en lo que hay que confiar, no en los NFT como una clase de activo.

En el caso de los artistas, se supone que los NFT les permiten financiarse sin depender de las condiciones que impongan las plataformas de contenido tipo YouTube. Pero eso también puede conseguirse con plataformas de micromecenazgo como Patreon y Qultu sin necesidad de NFT ni blockchain, ¿no?

La respuesta honesta que sí, no necesitas NFT para eso. Pero yo no lo veo así. Esto es como los primeros días de Internet. Va a pasar algún tiempo antes de que podamos imaginar todo lo que se va a poder hacer. En 1991 no sabíamos que podríamos comprar un producto online que nos llegaría a casa en horas. Con los NFT pasa algo similar. No sabemos qué casos de uso surgirán, pero sus propiedades fundamentales son innegables. Están verdaderamente descentralizados, lo que significa que ninguna entidad, como ningún banco o gobierno, puede controlarlos.

Sin embargo, OpenSea, el mayor Marketplace de NFT, recientemente fue noticia por su decisión unilateral de bloquear a artistas de Irán. ¿Dónde está ahí la descentralización? ¿Acaso su poder de control sobre los usuarios no es el mismo que el que pueden ejercer YouTube e Instagram?

Eso es verdad. Pero ese mismo artista puede vender su NFT fuera de OpenSea.

Sigo sin ver el beneficio de que la plataforma opere en blockchain, porque lo que buscan los artistas es el efecto red por la concentración de usuarios en OpenSea, y además está gobernada de forma centralizada.

Es cierto que hay muchas partes de esta industria que todavía están muy centralizadas. Mira a FTX, lo que le pasó fue porque era una entidad centralizada.  Fue todo un poco tonto porque no aprovecharon las ventajas de tener un sistema descentralizado, pero sí todos sus riesgos. Estos activos son extremadamente volátiles. Si los pones todos juntos y centralizas los intercambios, el sistema se va a estrellar.

También existen intercambios descentralizados alrededor, que también son volátiles, pero al menos en ellos no hay un único actor capaz de apagar el enchufe y hacer que todo se vaya a pique. En plataformas como Manifold o Polygon puedes acuñar algo por tu cuenta y venderlo tú mismo.

Volvamos a los casos de uso. Aunque aún no sepamos hacia dónde van a evolucionar los NFT ¿existe alguno que aporte un valor real que no pueda ser capturado de otra forma?

Sí, muchos. El primer caso de uso que se ha manifestado de forma realmente obvia es el de los artistas digitales, que pueden resolver el problema de los derechos de autor con NFT.

¿Cómo?

En el mundo del arte convencional, a un artista le cuesta mucho obtener derechos de autor. Si vende una pieza por 1.000 dólares y luego el comprador la revende por 1.000 millones de dólares, el artista no ve nada de ese dinero. Con los NFT se puede establecer una regla del 10% de regalías que pueden ir incluidas en el contrato inteligente. Si conecto mi pieza de arte a un NFT y te lo vendo a ti y tú se la vendes a otra persona, el contrato inteligente me irá dando el 10% de todas las ventas posteriores de forma automática.

Pero ese tipo de acuerdos también pueden hacerse sin blockchain. En el mundo del cine hay actores que cobran en función de la recaudación en taquilla. Son contratos a largo plazo que no necesitan contratos inteligentes. Eso también podría aplicarse al arte.

Correcto. Pero ¿cómo se aplica? ¿Se puede automatizar? Con este tipo de acuerdos dependes de una persona que garantice que todo se cumple, con los contratos inteligentes no dependes de nadie. Por eso se conocen como sistemas de confianza cero, no necesitas confiar en nadie para que se ejecute y se cumpla. Ahí está la verdadera ventaja, en que permite gestionar este tipo de situaciones a nivel global y de forma descentralizada.

Hoy en día, si no tienes un contrato inteligente debes desarrollar sistemas extremadamente complicados de reparación por si alguien rompe un contrato o viola las leyes o las partes se encuentran en países diferentes. El cripto permite que personas de cualquier parte del mundo trabajen juntas.

Organicé un evento con artistas, anunciantes y diseñadores de un montón de países y todos cobraron a través de contratos inteligentes. No tuve que mandarles un DocuSign porque todos confiaban en el sistema.

Tenemos que mejorar la vida de la gente en lugar de seguir vendiendo NFT como un truco de ‘marketing’”

Ahora, si me preguntas si funciona siempre, te digo que todavía no, pero sí he visto ejemplos reales. Creo que ahora mismo hay dos o tres casos donde los NFT son realmente útiles. Uno es para eliminar la dependencia de cualquier gran plataforma. Por ejemplo, las redes sociales. Puedo tener 10 millones de seguidores en Instagram o Twitter, pero si las plataformas deciden bloquearme mañana perdería la conexión con todos ellos.

¿Cómo le pasó al artista iraní en OpenSea?

Exacto. Pero si hay una conexión tangible entre mis seguidores y yo a través de un NFT que no depende de la plataforma, nadie puede romper ese vínculo. Así que se convierten en un poderoso vehículo para los artistas y creadores de todo el mundo, y potencialmente incluso para las marcas, que también dependen muchísimo de las plataformas.

Volviendo a los contratos inteligentes, ¿qué opina del hecho de que se hayan detectado tantos agujeros y fallos de diseño en sus arquitecturas?

El problema es real y no es infrecuente. Hay gente intentando hackear contratos inteligentes todo el rato. Por eso hay que revisarlos bien y obtener algunas certificaciones antes de lanzarlos.

Los errores siguen ahí, pero una de las ventajas es que la tecnología itera muy rápidamente. Y como son de fuente abierta y hay mucha gente trabajando en ellos, están evolucionando muy rápido y volviéndose más fuertes y resistentes. Pero lo más importante es que no se están utilizando a una escala capaz de provocar colapsos masivos, algo que ha sucedido un par de veces.

La cuestión es que se está intentando popularizar el uso de una tecnología que es prácticamente imposible que carezca de agujeros. ¿Realmente es una buena idea?

Sí. Creo que sigue siendo mejor que la alternativa.

¿Se refiere a los abogados y a los contratos en papel?

Sí, por dos razones: una, los abogados tradicionales y los contratos en papel se limitan a jurisdicciones muy pequeñas. No puedes tener contratos transfronterizos a menos que seas una gran organización. Para un montón de cosas más simples, para los contratos promedio, para la gente promedio, los contratos inteligentes son perfectamente funcionales. Para despliegues realmente grandes, para grandes instituciones financieras que quieran mover miles de millones de dólares, probablemente no lo sean. Tenemos que usarlos con precaución y limitarlos a pequeñas cantidades y usos. Los NFT no son la respuesta para todo, pero pueden ser parte de la solución.

¿Podrían ser la solución para el problema de Netflix de no compartir contraseñas, por ejemplo?

[Se ríe] Tal vez. Lo que hacen los NFT es formar una parte muy real de tu identidad. Esa es otra de sus posibilidades. Hoy en día nuestra identidad digital está fragmentada entre las distintas plataformas. Las criptomonedas y los NFT ofrecen la posibilidad de consolidarlas todas y recuperar control sobre ellas. Por ejemplo, los jugadores de videojuegos gastan mucho dinero para comprar nuevas armas y cosas así, pero no son dueños de nada, es la plataforma. No pueden llevarse sus activos, ni canjearlos ni venderlos fuera de esa plataforma concreta. Con los NFT eres dueño de lo que pagas, no estás atado a ningún sistema concreto. Creo que es muy importante que, cuando pagas por algo, lo poseas.

Los principales defensores de la Web3 siempre mencionan la cuestión de la identidad, la capacidad para acceder a plataformas con una identidad digital unificada en blockchain. Pero para poder alcanzar ese paradigma también hace falta un consenso global para que las plataformas permitan este tipo de credencial como ahora hacen con las de Google, ¿no? 

Esto es algo que ya se puede hacer, no es el futuro, ya puedes asociar tus credenciales a un NFT. La cuestión es que la identidad es cada vez más importante porque las leyes y reglamentos en torno a la privacidad son cada vez más fuertes, sobre todo en Europa. Eso es algo bueno y debemos protegerlo. Pero pone a los consumidores y a las marcas en una situación muy delicada. Ellas quieren darte la mejor experiencia, pero para eso necesitan acceder a algunos de tus datos personales. Como consumidor, yo también quiero la mejor experiencia, pero no quiero compartir todos datos mis. Este problema se resuelve al permitir compartir información con las marcas de forma selectiva. No necesitan saber cómo me llamo, quién soy, de dónde vengo ni si voy a comprar otro producto. Esto es posible a través de blockchain. Se puede enmascarar la información de forma selectiva y compartir solo los detalles relevantes.

Así que, si me preguntas por las aplicaciones relevantes para los NFT en el futuro, creo que hay dos áreas clave. Una es la identidad y la otra es su capacidad para eliminar la dependencia de cualquier plataforma en particular.

Hay una tercera que es bastante abstracta y que tiene que ver con ser un medio de expresión artística. Se convertirá en un vehículo para que todas las formas de arte se vuelvan aún más globales. Es casi como una capa sobre Internet que puede existir de forma independiente sin estar vinculada a una plataforma concreta.

Una de las grandes incógnitas de la gente en torno a la Web3 es cómo será la experiencia de navegación. ¿Los navegadores son y funcionan igual? ¿Y las páginas?

La experiencia actual es una mierda, realmente mala. Es extremadamente complicada y puede dar un poco de miedo para alguien que está empezando. ¿Por qué? Tomemos el ejemplo de un coche. Es un producto que solo tiene sentido cuando está terminado, cuando puedes ver el exterior y el interior, resulta cómodo y sabes cómo funciona. Ahora imagina un coche sin la carcasa exterior, solo un motor de combustión interna conectado a un montón de engranajes. Da un poco de miedo, parece un monstruo. Pues algo así es lo que está pasando con la Web3. Está construida principalmente por ingenieros y a ellos no les importa qué aspecto tiene o si es fácil de usar, su mayor preocupación el propósito. Pero creo que evolucionará muy deprisa y la mayor parte de la complejidad empezará a abstraerse y a quedar bajo la superficie. Si hoy te envío un correo electrónico, no necesito decirte que lo he hecho a través de HTTPS o que he usado un servidor DNS, solo necesito decirte que te lo he enviado.

Como si estuviéramos hablando por WhatsApp y usted estuviera conectado a Tor. Es algo que a mí me daría igual, ¿no?

Exacto. Ahora mismo el espacio del cripto y los NFT está dominado por la jerga y el lenguaje complejo, pero eso desaparecerá.

Volviendo a la cuestión de la identidad y de poseer los activos que uno adquiere independientemente de la plataforma, siempre pienso en Twitter y en la migración que vimos hacia Mastodon tras la compra de Elon Musk. Si los defensores de la Web3 dicen que esta tecnología nos libera del yugo de las plataformas, ¿puede usarse para llevarte tus seguidores de Twitter a Mastodon?

La verdad es que no. Migrar de un sitio a otro no es tan fácil. Si tienes seguidores en Twitter, se van a quedar en Twitter. ¿Qué elementos hay que no dependen de la plataforma y que podría mover podría mover al instante? Ninguno. No puedes mover nada. La clave está en aprovechar las ventajas de Twitter, pero sin depender completamente de ella.

Por ejemplo, tanto Twitter como Instagram ya permiten incorporar NFT. Así que, aunque solo el 10% de tus seguidores tengan, ya puedes crear esa conexión con ellos, y eso sí podrías moverlo a otra plataforma. Pero nada es blanco o negro. Si te limitas a decir que no te gusta Twitter y que te vas, perderás todos tus seguidores. Esto no es práctico. Tienes que pensar qué vas a hacer. ¿Voy a dejar mi destino en una plataforma digital concreta o voy a trabajar para conseguir una conexión independiente con todos mis seguidores?

Pero ¿hacen falta los NFT para eso?

Sí, definitivamente. Aunque te vayas a Mastodon o a cualquier otro sitio, vas a seguir dependiendo de la plataforma. Necesitamos establecer una conexión independiente entre las personas que ninguna plataforma puede controlar. Esa es la situación ideal. Y eso es lo que permite el cripto. No se trata de cambiar de Twitter a Instagram o a Mastodon porque todos son sistemas centralizados.

Parte de la burbuja de los NFT es culpa nuestra”

Pero podría tener una conexión independiente a través de WhatsApp sin necesidad de NFT, ¿no?

La conexión de tu teléfono también está controlada por un operador, tu operador de telefonía, que podría cortar tu conexión. En realidad, la mayor parte de la gente no tiene por qué preocuparse por estas cosas, pero es importante tenerlas en cuenta porque cada vez hay más casos de expulsiones de plataformas. La privacidad tampoco nos importaba tanto hace 5 o 6 años. Cuando empiezas a ver los abusos de poder es cuando te das cuenta de que necesitas controlar tu narrativa y ser dueño de tu identidad. Afortunadamente esta conversación está empezando y la respuesta está delante de nosotros: en NFT y blockchain.

¿Cuál cree que va a ser el siguiente gran hito de esta industria?

El siguiente gran paso que deben dar los NFT es desaparecer como activos financieros. El año pasado todo giraba en torno a por cuánto se podían comprar y vender.  Creo que el próximo caso de uso sería dejar de pensar en eso y meterlos debajo del capó, como el motor de combustión interna. Deben desaparecer del mercado para integrarse en la vida cotidiana.

¿Qué opina de los cripto-bros? ¿Son algo real?

Sí, desgraciadamente son algo muy real. En teoría, el entorno cripto es muy inclusivo y diverso pero la realidad no es esa. Nos queda mucho camino por recorrer. Las mujeres siguen estando extremadamente infrarrepresentadas y el porcentaje de cripto-bros sigue siendo un demasiado alto para que el espacio resulte más acogedor para la gente.

Me gustaría agradecerle su honestidad en esta entrevista.

No tiene sentido no ser honesto. Es una nueva tecnología, un espacio nuevo. No siempre funciona. Hay riesgos. Es complicado, pero no podemos seguir vendiendo humo, conceptos o posibilidades. Tenemos que ponernos manos a la obra y mejorar la vida de la gente en lugar de seguir vendiendo NFT o blockchains como un truco de marketing.

He vivido situaciones dolorosas. Ha sido duro ver que el 90% de la narrativa en torno a este espacio gira en torno al precio de las cosas o la posibilidad de obtener un beneficio rápido. Y miles de personas se han visto perjudicadas por esto. Esa es la otra cara de la moneda de los espacios descentralizadas. Y tampoco existe una agencia de relaciones públicas que esté hablando del potencial real del cripto y los NFT. Las únicas narrativas son que son una estafa o que son una vía para enriquecerse rápidamente. Además de algunas malas decisiones financieras, también me ha dolido ver a personas perjudicadas financieramente por saltar de cabeza, y hablo de gente muy inteligente que, de otro modo, no habría tomado estas decisiones, pero lo hicieron.

Sobre la firma

Marta del Amo

Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.

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