Bueno, ¿por dónde empezamos? Porque es verdad que el drag es un subgénero que está alcanzando fama global y entrando en el mainstream gracias a la visión y energía de Ru Paul Charles, creador y alma del talent show americano Drag Race. Pero, si eres hombre, cis y hetero como yo, existe una alta probabilidad de que todo lo que has leído hasta aquí no te suene para nada. No pasa nada, el drag ha sido siempre un género lejano al entorno heterosexual y ahora está permeando en todos los aspectos de la vida cotidiana.
Para la gente que ha crecido en los 80 y 90, lo más drag que ha visto ha sido Freddie Mercury vestido de mujer mover una aspiradora en el videoclip de I want to break free de Queen con un improponible Roger Taylor vestido de ama de casa y John Deacon de abuela. Los más afortunados hemos llegado a ver a Elton John, con la participación estelar del mismo RuPaul, en el videoclip de Don’t go breaking my heart. Y es RuPaul quien ha transformado el travestismo en una tendencia global con su reality show que está abriendo franquicias en todo el mundo, desde EEUU a Tailandia, pasando por Australia, España y UK donde, drags de todos los colores compiten en pruebas semanales para llegar a ser la reina de cada temporada. Además, documentales como Paris is burning o Pink Flamingo han hecho la historia de uno de los movimientos más icónicos.
Si nada de eso te sigue sonando, quizás recuerdes a figuras más nacionales como el artista y pintor José Pérez Ocaña, quien luchó abiertamente por el travestismo en la España de los 80, siendo un referente del movimiento con su actitud histriónica. O, en algún momento de tu vida, habrás estado en locales como El Cangrejo, en el céntrico barrio del Raval de Barcelona, donde, figuras como Carmen de Mairena han pisado fuerte ese escenario ofreciendo una visión mamarracha, ácida y callejera del mundo drag.
¿Te haces a la idea? ¿No? Pues mejor que Hugáceo Crujiente nos cuente cómo se ha acercado al travestismo y qué es para elle poder cambiar de piel en cada momento. Las máscaras a lo largo de la historia de la humanidad han tenido un valor social fundamental para liberar aspectos de nuestra personalidad. Desde los rituales tribales hasta los carnavales, crear un alter ego es una función catártica que libera gracias al anonimato. Hasta las redes sociales y sus filtros son una manera de proyectar una esencia distinta de nosotros mismos como antídoto a las inseguridades cotidianas.
Bienvenido a Retina, cuéntanos en qué consiste Hugáceo Crujiente.
Para mi Hugáceo es una necesidad para romper los márgenes del papel. He pasado de ser ilustrador a drag queen y de ser introvertido a ser relaciones públicas de una discoteca en Valencia. El mío ha sido un viaje para entenderme y construir mi propia masculinidad. Con mi personaje drag, intento representar una manera no binaria del travestismo, en parte también para romper algunos clichés. El drag me ha ayudado a entender mi masculinidad y a reconciliarme con ella.
Soy de Getafe, pero me mudé a Valencia para estudiar diseño gráfico, y a lo largo de toda mi vida he adorado dibujar personajes de fantasía de una forma muy detallista. Me interesa el diseño de personajes de videojuegos porque es un entorno virtual sin límites en el que puedes crear auténticas locuras. No es lo mismo diseñar un traje para una obra teatral que para un videojuego.
Con el tiempo, me he dado cuenta de que un personaje se tiene que reconocer por su propia silueta, y cuando me he metido en el mundo drag, he intentado trasladar esa idea a Hugáceo y a cómo quería que se viera. Ha sido pasar del mundo plano de la ilustración en papel al mundo físico y con un trabajo más cercano al diseño.
Tu personaje ha destacado en la primera temporada de Drag Race España por una propuesta más conceptual y artística. Uno de tus lemas a lo largo del programa ha sido ‘Hugáceo Crujiente, un drag diferente’. ¿Quién te inspira?
En general bebo mucho del mundo del arte y sobre todo de la ilustración porque es algo que he tenido siempre cerca, y luego quedé impactado con la actuación de Sasha Velour en la temporada 9 de RuPaul Drag Race y de cómo su personaje era más cercano al arte contemporáneo y a otro tipo de performance. Ese enfoque más andrógino que rompe el esquema estándar de la representación de género.
Además, las Genderfuck queen o Androgyny queen con toques camp, hasta Pythia, concursante de Canadá Drag Race.
O Liz Dust en Valencia, que puede ser muy drag petarda al uso, pero con una misión de llevar el drag a la vida cotidiana haciendo performance en museos llevando el drag a lo cultural. De hecho, conocer a Liz Dust me ha impulsado a querer hacer drag como una forma de arte y no solo de entretenimiento.
En este contexto, un programa como Drag Race, además de tener el mérito de difundir nuestra cultura, genera también un tipo de exigencia que puede ser una trampa impulsando un modelo único que implica que una drag tiene que saber hacer de todo, diseñar, coser, cantar, bailar, maquillarse e interpretar.
Desde luego en España personas como tú o como Onyx Unleashed estáis promoviendo otra manera de hacer drag. Cada una con un enfoque distinto, pero ambas compartís esa visión más andrógina y también una base artística.
Sí. El drag se puede hacer ahora de mil maneras diferentes. Creo que el paso fundamental es cuando eliges el tipo de mensaje que quieres lanzar, si es político o estético. Aunque creo que va a ser siempre político por todo lo que vivimos en nuestra piel. En mi caso es un mensaje artístico con muchas referencias.
¿Cuáles son las que te están inspirado últimamente?
Muchas están relacionadas con mi pasión por la ilustración. Por ejemplo, el ilustrador y artista Ricardo Cavolo y el mundo del arte urbano. Me ha pasado una cosa curiosa con él, porque en Drag Race hice un vestido inspirado en su estilo para homenajear el arte español con una representación contemporánea de Cervantes. Nos conocimos, hicimos una colaboración y ahora puedo presumir de que Ricardo ha pasado de referente a amigo.
Es verdad, tu versión de Cervantes ha sido de lo más icónico de la edición española. Has tenido la capacidad de respetar una figura tan importante y darle un giro actual e inesperado desde un respeto profundo del autor. ¿Tienes algunos nombres más en la cabeza?
Sí. Me parece flipante lo que hace María Herreros. Las pinturas de Fernando Vicente también son increíbles. Dentro de mi lenguaje intento estilizar todo de una manera elegante que me recuerda al estilo de Fernando. Y a nivel de ilustración soy muy fan de Paco Roca. Es un ilustrador que sabe contar y reducir al mínimo. Tiene una capacidad única de contar historias.
Paco Roca es uno de los ilustradores más premiados. Brilla por la capacidad de ser tan natural en construir historias y representarlas con un estilo de dibujo cercano y cotidiano sin efectos especiales. En esta esencia tan visual que tienes como Hugáceo, parece que tu maquillaje se basa en una paleta cromática de CMYK pero llevada a un rollo más futurista pop elevado. ¿De dónde viene la decisión de utilizar la cuatricromía en tu maquillaje?
La cultura pop me ha marcado bastante junto con el haber estudiado diseño gráfico. De hecho, los estudios de diseño me acercaron a esa combinación de color que me parece muy bonita. Es una paleta cromática que utilizo en mis ilustraciones también. Del diseño aplico también la coherencia visual. Cuando estaba en la carrera, cada vez que participaba en una exposición, me vestía con los mismos colores de la ilustración que exponía, para buscar una coherencia visual entre el autor y sus piezas.
Ahora estoy ampliando ese pensamiento gráfico para que se mezcle con el de la moda. Hasta hace poco, en mi manera de hacer drag, no utilizaba muchos patrones o brillos como hacen otras drag queens porque lo mío es una traducción literal del mundo plano de la ilustración. Cada vez que observo una compañera, me doy cuenta de cómo sabe generar impacto y volúmenes con recursos fáciles como una tela de brilli brilli. Reviso mucho lo que hago y analizo cómo puedo ampliar y corregir mi manera de hacer las cosas planteando nuevos retos. También, cuando consumo más drag, me doy cuenta de varios aspectos. Construyo a partir de mis referentes, pero he ampliado mi estilo a partir de una visión personal, analizando mucho y corrigiendo de una forma casi obsesiva. Hay performers que con un tejido de lentejuelas y unas piedras consiguen una pieza muy impactante, mientras que yo tengo un enfoque muy mate y plano de un vestido.
Por otro lado, me he dado cuenta de que no consigo separar entre Hugo y Hugáceo porque mi estilo trasciende a mi personaje. En general, una drag es excesiva cuando viste a su personaje, pero bastante normalita en el día a día. A mí me parece absurdo porque mi personaje bebe de mis intereses, así que a veces hasta me confundo cuando hablo de mi o de Hugáceo.
Lo que me llama la atención de tu estética es que eres capaz de tener un enfoque más gráfico en un sector que es descaradamente más kitsch y chillón. Hasta el uso de la cuatricromía lo elaboras de una forma que parece pop y elegante al mismo tiempo. Personalmente creo que el CMYK es de las combinaciones más feas que hay, pero consigues que sea agradable, impactante, manteniendo una personalidad fuerte. ¿También controlas todos los otros aspectos de tu estilo?
Sí, intento tener todo bajo control. Creo que el dibujo es una herramienta fundamental para visualizar lo que imagino en mi cabeza. Hasta tengo un maniquí con mis proporciones. Trabajo cada look mucho en función del diseñador que lo va a ejecutar. De hecho, en una fase previa, investigo al diseñador con el que voy a colaborar para entender cuáles son sus puntos fuertes para que el diseño y el resultado final vayan de la mano. Si veo que a alguien se le da bien producir estilismos de látex, no le voy a pedir que trabaje con un material como el tul. En este sentido trabajo mucho con mentalidad de diseñador, porque quiero que todo el proceso sea coherente y respetuoso de las capacidades de los profesionales con los que colaboro, generando un diálogo, sin imponer nada.
Noto que tienes un enfoque social muy marcado y respetuoso. Intentas cuidar tanto las relaciones profesionales, a la vez que promueves una idea más artística del travestismo. Sabes que en Retina tratamos temáticas como la innovación social. ¿Qué crees que está aportando el drag ahora mismo?
Plantear una reflexión sobre lo no normativo y la identidad de género. Es un ambiente que está ayudando a diferenciar y a jugar con uno misme, romper barreras, abrir un camino que te permite entender que la identidad de género se puede vivir de muchas maneras. Además, en el sector de la moda y en del arte despierta muchas inquietudes abriendo a un mundo de ideas. En mi caso, me ha permitido crear conexiones con artistas, abatir barreras sociales y utilizar el humor para tratar temas duros y difíciles.
También creo que me ha permitido alcanzar objetivos como ser director creativo de la carroza del Orgullo del Museo Thyssen en Madrid. La colaboración con Ricardo Cavolo ha sido como cerrar un círculo para resaltar esa idea de que el drag no es solo entretenimiento puro y duro, sino que tiene una vertiente social y artística fuerte. Como drag queen puedo aportar algo y tener colaboraciones que llevan a vivir el arte de una manera menos convencional.
Es verdad, además, con el Thyssen también has hecho una colaboración para el concurso de arte joven #VersionaThyssen y estás ayudando a promocionar el LabThyssen. ¿Qué propósitos tienes para este año?
Una de mis misiones en 2024 es juntar Hugo plástico con Hugáceo para tener una vida más amplia a nivel artístico que trasciende también del ser drag. Aumentar el tiempo para la reflexión y poder dar formas a ideas que estoy desarrollando para tener más colaboraciones.
Como persona creativa, en este último año, he experimentado un verdadero FOMO que me ha llevado a tener hasta ansiedad, porque mi cerebro está en constante actividad, pero, entre eventos, actividades públicas y demás cosas, no he tenido la capacidad de sentarme a producir como quiero. El no tener suficiente tiempo para conceptualizar y crear me ha tenido en una situación de tensión. Ahora quiero tener tranquilidad para expandir lo que hago.
¿Cómo crees que está impactando el movimiento drag en la sociedad?
De muchas maneras que no son solo por la parte estética. En lo social está promoviendo una idea más plural de la sociedad, además está ayudando a construir una masculinidad más abierta donde tienen cabida aspectos que antes eran impensables como la fragilidad o la ternura. También ayuda a hablar de cómo hacer cultura y no contraponerla al entretenimiento. Y por último está abriendo cada vez más ese gran melón que es la salud mental, haciendo evidente cuándo hace falta parar y dedicarse a uno misme. Además, está resaltando la imperfección como ingrediente para vivir frente a la constante idea de perfección que nuestra sociedad anhela creando referentes distorsionados.
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Sin duda, el travestismo está aportando ideas nuevas y está ayudando a enriquecer sectores como la moda, el diseño de vestuario, el maquillaje, el arte o sensibilizar sobre algunas temáticas sociales con una mirada nueva y crítica. RuPaul mismo recibe críticas por su espectáculo y lo va modificando poco a poco para dar una visión más plural. Es natural, porque nadie es perfecto.
Desde fuera, hacer drag es tener la habilidad de jugar con tus personalidades y los distintos personajes que te definen. Un alter ego para liberar una parte de tu personalidad. Esa actitud más llamativa que muchas personas tenemos y que a veces ocultamos por miedo a ser juzgadas. El drag es una máscara que permite liberar una energía que llevamos dentro y que, por la misma estructura de nuestra sociedad, muy pocas veces enseñamos. Hugáceo Crujiente derrocha estilo, cariño y cercanía, pero también una actitud artística. Su constante anhelo por las colaboraciones con artistas como Ricardo Cávolo o Boltron son una prueba fehaciente de ello. Como dicen en la franquicia americana de Drag Race, “arranquen motores” porque este movimiento tan excéntrico no ha hecho nada más que empezar a difundirse.
*Francesco Maria Furno, es fundador del estudio de diseño Relajaelcoco. También es profesor en el Instituto de Empresa en Madrid y en Segovia. Se ocupa del diseño de marcas y estrategia y le fascina la cocina como acto social.