Para hacer un buen guiso no solo hacen falta ingredientes de calidad, también hay que saber manipularlos, conocer sus elaboraciones y entender cuáles maridan mejor. También hay que tener buenos utensilios y, por supuesto, una cocina bien equipada. Pues este es el mismo esquema que requiere la transformación digital. No va de meterle una capa de tecnología a todo como quien pone ajo en cualquier receta, sino de ordenar y disponer todas las herramientas, recursos y conocimientos necesarios para elaborarla.
En el caso de la digitalización, el plato final es uno en el que la tecnología se utiliza para construir un mundo mejor para todos. Es decir, la digitalización no es el fin sino el medio para “que todos los ciudadanos y empresas puedan acceder a lo mejor que pueda ofrecer el mundo digital”, dijo la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, en 2021, en su discurso para presentar el concepto Década Digital con el que aspira, precisamente, a definir todos los elementos y pasos necesarios para guisar una Europa capaz de sacar el máximo sabor de la tecnología.
La receta del organismo está compuesta por cuatro pilares, que son los cuatro ingredientes con los que cada país está cocinando: administraciones, infraestructuras, empresas y personas. Y para entender cómo va el guiso digital español, Retina reunió esta semana a distintos representantes de cada uno de los pilares en el encuentro Década Digital 2030, que ha contado con el impulso del Santander, y NTT Data como socio anual.
LA BASE PERFECTA
¿La conclusión? Aunque nuestro guiso aún está a medio cocer y tal vez no dominemos las últimas técnicas culinarias de vanguardia, tenemos un montón de buenos ingredientes y una cocina cada vez mejor equipada. “España es muy relevante en infraestructura digital a nivel europeo y tenemos una posición privilegiada a nivel de conectividad digital 5G, con una penetración del 82%”, dijo la presidenta de Adigital, Susana Voces, a raíz de la reciente publicación del Informe sobre el estado de la Década Digital 2023.
Si el documento no le suena es porque, hasta el año pasado, este estudio se conocía como Índice de la Sociedad y la Economía Digital (DESI). Tanto el cambio de nombre como de los parámetros que tiene en cuenta reflejan, una vez más, el objetivo de la CE de que la transformación digital sea vista como la herramienta estratégica para construir la sociedad del futuro. “España es uno de los países de la UE con mejores resultados en infraestructura digital, en particular en conectividad”, confirma el informe.
Gracias al esfuerzo que hemos hecho en redes de alta velocidad, el país se ha convertido en uno de los mejores lugares para albergar nuevos centros de procesamiento de datos (CPD) que, a su vez, “son la punta de lanza de la transformación digital”, señaló la viceconsejera de Digitalización de la Comunidad de Madrid, Silvia Roldán. Los CPD se convierten así en la cocina de la digitalización, ya que es en ellos donde se almacenan y se procesan las ingentes cantidades de datos necesarios para guisar esta transformación.
EL RETO DE LAS PYMES
Eso sí, “una cosa es tener buenas infraestructuras y otra, saber utilizarlas”, advirtió Voces. Y es que, a pesar de que disponemos de una cocina digital cada vez mejor equipada, la mayor parte del tejido empresarial español todavía no está sabiendo aprovecharla, concretamente, nuestras pequeñas y medianas empresas. “El porcentaje de pymes españolas con un nivel básico de intensidad digital está ligeramente por debajo de la media de la UE (68% frente a 69%)”, señala el informe.
La situación de este tipo de compañías choca frontalmente con los logros de algunas de las organizaciones más grandes del país. Es el caso del Santander, cuya plataforma digital Gravity le ha convertido en el “banco más innovador del mundo”, según la revista The Banker. “Es el reconocimiento más prestigioso del mundo en banca relacionado con las infraestructuras y la transformación digital”, aseguró el CTO de la plataforma, Guillermo Martínez Requena.
Y no solo eso, también ha seducido a un tecnológico gigante internacional de la talla de Google, que ha tomado Grativy como inspiración para crear su servicio de migración a la nube Dual Run. Martínez señaló: “El simple hecho de que se interesaran por lo que estábamos haciendo fue una grata sorpresa”. Aunque no debería sorprender tanto si tenemos en cuenta que, cuando la plataforma esté operativa al 100% en 2025, su responsable calcula que “estará procesando un billón de operaciones”.
PISAR LOS TALONES DE ESTONIA
Estas cifras no solo están muy lejos de la mayoría de las empresas españolas, también lo están de nuestra propia Administración Pública, que representa otro de los cuatro grandes pilares sobre los que se erige la Década Digital europea. La buena noticia es que, aunque aún nos quede mucho para llegar a los niveles de la digitalizadísima Estonia, “España está a la vanguardia del gobierno electrónico y los servicios públicos digitales en la UE” y “se sitúa muy por encima de la media de en los indicadores que miden el número de usuarios de Internet que utilizan servicios de administración electrónica (84% frente a 74%), en servicios públicos digitales para ciudadanos y empresas, y en acceso a registros sanitarios electrónicos”, destaca el informe.
El compromiso del Gobierno de España por digitalizarse a todos los niveles administrativos se ve reflejado en la propia organización de las competencias de la transformación digital. “El elemento más transversal todo gobierno es el económico, y los planes de transformación digital del país están integrados en la vicepresidencia primera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, lo que deja claro su importancia para este Gobierno”, indicó el secretario general de Administración Digital, Juan Jesús Torres, y añadió: “Solo podría estar más por encima si el presidente lo hiciera directamente”.
Y como la digitalización es un medio para conseguir un fin, Torres hizo hincapié en que el propósito principal de la transformación pública del país estriba en que “el ciudadano tenga una relación más ágil y menos traumática con la Administración”. Aunque lo están consiguiendo poco a poco, “el principal problema es la falta de talento TIC, que resulta insuficiente para abordar todos los proyectos de transformación”, lamentó el socio de Sector Público en NTT DATA, Javier Leal.
VOCACIÓN, CURIOSIDAD Y REFERENTES
“El porcentaje de especialistas en TIC en la población activa española se sitúa ligeramente por debajo de la media de la UE (4,3% frente a 4,6%)”, confirma el estudio de la Comisión Europea. No obstante, aplaude que el país esté “implementando varias medidas para aumentar el número de especialistas en TIC, en particular una nueva ley para modernizar el sistema de educación y formación profesional (FP) y un nuevo curso de especialización de FP en inteligencia artificial y big data”. Además, gracias a la hiperautomatización de las propias herramientas digitales, como los lenguajes de programación low code y no code y la IA generativa, “cada vez hará falta menos personal técnico y pero habrá cada vez más gestores”, añadió Leal.
Aun hará falta algo de tiempo para que las estrategias formativas y los avances tecnológicos cierren del todo la brecha de talento digital, por eso, incluso los centros educativos de alto nivel han empezado a asumir su parte de responsabilidad para acelerar la digitalización del país. Es el caso del IESE, cuya directora ejecutiva del Centro de Formación de Directivos Públicos, Cristina Sábada, detalló: “Que una escuela de negocio se meta en formación para el sector público tiene que ver con la urgencia de capacitar para el cambio. El sector privado y el público se tienen que entender, y para eso tenemos que dar apoyo al sector público”.
Además de la urgencia de formar a los profesionales en general y a los trabajadores públicos en particular, el informe de la CE también señala que, en España, “la proporción de mujeres entre los especialistas en TIC es del 18%, justo por debajo de la media de la UE”. Por ello, ha llegado la hora de “romper la educación basada en prejuicios y sesgos, porque no hay carreras fáciles ni difíciles y ni de chicos o de chicas”, subrayó la investigadora del CNIO y miembro de la Reserva de Astronautas de la ESA, Sara García, quien ya se ha convertido en un referente para todas las niñas que alguna vez han soñado con viajar al espacio.
Este tipo de “referentes de carne y hueso son fundamentales, especialmente para las mujeres”, coincidió la psicóloga clínica y deportiva, y maestra Fide de Ajedrez, María Rodrigo Yanguas, que también puede presumir de haberse convertido en un ejemplo a seguir en este juego, que, para ella, representa algo mucho más profundo que un pasatiempo. “El ajedrez ayuda a pensar a reflexionar y a tolerar la frustración, que son herramientas y valores que necesitamos en nuestro día a día”, señaló.
A POR LA CUÁTICA Y EL ESPACIO
Ambas se han convertido en el símbolo de todo lo que puede lograrse con valentía, determinación y curiosidad, que tal vez fueron las cosas que precisamente le faltaron a Europa durante la primera carrera espacial y en los inicios de la revolución cuántica. Pero, dado que, como afirmó García, “tener prestigio y recorrido no son garantía de nada”, la UE ha sabido dar la vuelta a sus errores para volver a coger el ritmo de estas dos industrias estratégicas.
Y es que la digitalización no solo aspira a hacer más fácil y cómodo nuestro día a día, también resulta imprescindible para generar un ecosistema de innovación capaz de volver a colocarnos entre los líderes tecnológicos del mundo. “Europa es la cuna de los ingenieros y físicos más importantes, tenemos que aprovechar esa ventaja para volvernos muy competitivos en una tecnología como la computación cuántica, que puede marcar una transformación industrial muy grande”, señaló la CEO de Qilimanjaro Quantum Tech, Marta Pascual Estarellas.
En su opinión, todavía se trata de una industria en desarrollo que empieza a salir del laboratorio, pero celebra que es precisamente este impass el que permite empezar a construir cosas que tienen sentido para la ciudadanía. “Ya existen sensores que aprovechan el delicadísimo estado cuántico para ofrecer una sensibilidad capaz de detectar campos magnéticos y gravitatorios, por ejemplo. También se está aplicando la criptografía cuántica para asegurar algunas comunicaciones muy sensibles del ámbito financiero”, detalló el Profesor de Investigación del Instituto de Física Teórica del CSIC, Alberto Casas.
De nuevo, ninguno de estos avances habría sido posible sin haber impulsado primero la transformación digital. Al fin y al cabo, “la digitalización no es ponerle un software a lo analógico, sino una reflexión de cómo hacemos las cosas para ver si podemos hacerlas de forma diferente”, dijo la periodista, politóloga y analista Estefanía Molina, quien lamentó que estos esfuerzos no tengan más protagonismo en la agenda pública y política.
“Algo pasa cuando proyectos con muchísimos recursos no saltan a la conversación pública. ¿Cómo puede ser que haya gente que no sepa que existen, por ejemplo, PERTE digitales para la agricultura en los que se contemplan partidas para digitalizar más el regadío?”, añadió. Pero la conversación pública está empezando a abrirse, al igual que la Administración, nuestras empresas y la propia ciudadanía. Si programas como MasterChef lograron que el país entero se aficionara a la cocina, la nueva cocina española de la transformación digital ya está nutriéndose de utensilios, ingredientes, técnicas y recetas para crear el plato principal del menú: una España plenamente digital en 2030.
Sobre la firma
Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.