X Premium: desinformación VIP en el estercolero antes conocido como Twitter Blue

Ya es oficial: Elon Musk se ha cargado todo lo bueno que tenía Twitter. Además de ocultar los titulares de las noticias, el pequeño icono azul, que durante años fue el mayor símbolo de estatus de la red social, se ha convertido en un acelerador de estafas y desinformación al alcance de cualquiera por solo ocho dólares al mes. La obsesión del magnate por monetizar la plataforma la está convirtiendo en un vertedero digital.

Elon Musk está empeñado en terminar con todo lo bueno que tenía Twitter. Empezando por su icónico nombre, la reciente medida del magnate de dejar de mostrar los titulares de las noticias se ha sentido como un mazazo a su espíritu fundacional de ser el sitio al que había que acudir para saber qué estaba pasando en el mundo. “Musk ha tomado el mejor lugar de Internet para obtener información en tiempo real y lo ha convertido en un caos en el que distinguir la izquierda de la derecha, y mucho menos la buena información de la mala es casi imposible”, lamentan desde Slate.

La ausencia de titulares y el empeoramiento de su moderación de contenidos son solo una parte de todo lo que empieza a oler a podrido en X, y es que Musk también ha destrozado otro de los grandes sellos de identidad que hacían de Twitter un lugar mágico: las insignias de verificación. El famosísimo check azul, que durante años fue el mayor objeto de deseo de los tuiteros, se ha convertido en un coladero de estafas de lo más variopintas desde que el sudafricano empezó a toquetear las tripas de la plataforma. La última salió a la luz a finales de agosto gracias a la organización periodística Rest of world, que informa de estafadores que aprovechan este antiguo símbolo de calidad y estatus para ejercer sextorsión sobre usuarios de origen chino.

“Haciéndose pasar por mujeres jóvenes y solitarias, publicaron mensajes sexualmente sugerentes en publicaciones populares e invitaron a los usuarios a contactarlas a través de enlaces de Telegram en sus biografías […]. Los estafadores persuadieron a un hombre para que descargara un software especial de video chat por ‘razones de seguridad’, lo atrajeron a una sala de chat, grabaron imágenes de él desnudo y luego lo chantajearon para pedirle dinero. Terminó transfiriendo 200.000 yuanes (27.500 dólares) a los estafadores para evitar que se filtraran sus fotos”, cuenta el artículo.

En caso de que la víctima no le dé demasiada pena dada la naturaleza de la estafa, tenga en cuenta esto que cuenta el profesor especializado en sexualidad y medios chinos de la Universidad Normal de Beijing-Universidad Bautista de Hong Kong United International College Runze Ding: “El contenido para adultos está altamente regulado y es de difícil acceso dentro del Gran Cortafuegos. Como resultado, muchos usuarios chinos carecen de conocimientos sobre redes sociales en lo que respecta a contenido sexual, lo que los hace susceptibles a la sextorsión”.

Vamos, que los usuarios chinos son tan ingenuos frente a este tipo de fraudes como cualquiera que todavía pique en el timo del príncipe nigeriano. Pero su falta de conocimientos sobre timos sexuales no es lo único que les empuja a picar el anzuelo, ya que “la marca verificada le da a una cuenta nueva credibilidad y visibilidad fácilmente alcanzables, cosas que los estafadores ahora pueden permitirse con solo ocho dólares al mes”, explica el investigador de la Universidad de Leeds Liu Chong en el artículo.

Credibilidad y visibilidad, esas son las claves que han convertido a la insignia azul en una fuente de estafas. El citado medio afirma: “Desde abril, después de que X introdujera una nueva política de verificación azul que permitía a los usuarios comprar insignias verificadas, la plataforma ha visto cientos de cuentas de sextorsión chinas recientemente verificadas”. Pero ni siquiera hace falta irse hasta el gigante asiático para encontrar estafas basadas en el blue check.

A finales de agosto, el diario británico The Guardian informaba de otra popular forma de fraude en la que “los estafadores, que se hacen pasar por agentes del servicio de atención al cliente, responden con nombres falsos de X y engañan a las víctimas para que revelen sus datos bancarios para poder obtener el reembolso prometido. Suelen ganarse su confianza mostrando el icono de la marca de verificación azul”. Es decir, otra estafa auspiciada gracias la falsa apariencia de credibilidad que se logra a cambio de un puñado de euros al mes.

Y es que, ante los desesperantes bots telefónicos de atención al cliente o chatbots incapaces de dar respuesta a los problemas de los usuarios, tuitear públicamente la situación mencionando a la compañía en cuestión solía ser la vía más rápida para que esta hiciera caso. “Las estafas se aprovechan del consejo, comúnmente recogido en guías del consumidor, de quejarse públicamente a una empresa en X para obtener una resolución más rápida”, confirma The Guardian. Pero eso era antes de que las insignias azules se pudieran comprar al peso.

“Los ciberdelincuentes utilizan muy fácilmente las redes sociales como el vehículo perfecto para dirigirse a víctimas desconocidas, pero cuando no hay una forma clara y genuina de verificar las identidades, se abre un camino a las cuentas suplantadas, de las que sin duda abusarán los actores de amenazas en busca de una estafa”, advirtió ya el año pasado en Wired el asesor global de ciberseguridad de la firma de seguridad ESET Jake Moore cuando la entonces todavía Twitter empezó a aplicar los cambios en su política de insignias.

DESINFORMACIÓN VIP

Cuando Twitter aún era Twitter, tener el check azul era como estar en una zona VIP desde la que se podía mirar por encima al hombro al resto de tuiteros mortales. De hecho, la red social rechazaba muchas de las solicitudes, demostrando que su servicio realmente aspiraba a dotar de credibilidad y relevancia a los perfiles que de verdad la merecían. Pero, ahora que cualquiera puede hacerse con uno con solo pasar por caja, la estrategia de Musk deja claro que su prioridad está en generar ingresos, caiga quien caiga.

Hasta hace bien poco, X afirmaba que la insignia azul era “un servicio que eleva la calidad de las conversaciones en la plataforma” y que solo aparecería “en los perfiles elegibles tras una revisión para garantizar que las cuentas suscritas cumplen todos los criterios de elegibilidad”. Pero esa descripción ha cambiado recientemente y ahora las antiguas insignias obtenidas a base de credibilidad y relevancia se mezclan con las de cualquiera que pueda pagar por ellas, lo que impide a los usuarios distinguir las buenas de las de pago.

Los escándalos de sextorsión y robo de datos son la prueba de que el proceso de asignación de la insignia azul cojea por todas partes. De hecho, además de estos dos tipos de fraudes, otra de las formas de usarla para hacer el mal y sembrar el caos está en la desinformación. Así de claro lo dejaba el titular del Monitor de Desinformación del portal especializado NewsGuard publicado en abril de este año: Desinformación verificada: las cuentas de Twitter de “tick azul” inundan la plataforma con afirmaciones falsas.

Aunque merece la pena leerlo entero, se puede destacar lo siguiente: “El ‘check azul’ de Twitter solía señalar la autenticidad del autor. Ahora es una forma de que los vendedores de desinformación parezcan dignos de confianza […] NewsGuard analizó la actividad en Twitter entre el 1 y el 7 de marzo de 2023 de 25 cuentas de superdifusores de desinformación ‘verificadas’ por Twitter Blue […] y descubrió que las 25 cuentas publicaron acumulativamente 141 tuits (originales y citas) que contenían afirmaciones falsas, engañosas y sin fundamento. Aunque la mayoría publicaron en inglés, algunos también tuitearon en francés. Estos tuits fueron vistos casi 27 millones de veces y recibieron más de 760.000 me gusta y retuits”.

Y lo peor es que, según la organización, “de esas 25 cuentas, 10 fueron restablecidas por Musk tras haber sido suspendidas por el anterior propietario de Twitter”, y añade: “Docenas de conocidos proveedores de desinformación (a muchos de los cuales se les ha permitido volver a la plataforma recientemente) están pagando 8 dólares al mes por una verificación azul a través del nuevo sistema de verificación del propietario y CEO de Twitter, Elon Musk, llamado Twitter Blue, lo que les da un aire de legitimidad, ya que las relajadas normas de moderación de la plataforma les permiten difundir falsas narrativas a gran escala”.

NewsGuard destaca la pandemia de COVID como tema principal de desinformación. Sin embargo, ni es el único ni el problema terminó en abril. A principios de julio, la BBC informaba: “Las publicaciones falsas y engañosas sobre el conflicto de Ucrania siguen haciéndose virales en las principales plataformas de redes sociales […]. Algunos de los ejemplos más compartidos se encuentran en Twitter, publicados por suscriptores con un tick azul, que pagan para que sus contenidos sean promocionados a otros usuarios”.

¿Necesita más pruebas del vertedero en el que se está convirtiendo X a causa de la decisión de Elon Musk de monetizar una insignia que hasta hace poco era el mayor símbolo de legitimidad en la red social? Por supuesto, todavía quedan perfiles dignos de credibilidad y relevancia haciendo gala de su antiguo espíritu, pero cada vez se entremezclan más con los que utilizan la prioridad obtenida al pasar por caja para promover desinformación sanitaria y climática, y discursos extremistas, antiaborto, trans excluyentes y machistas, entre otros muchos. Así que lo único que está claro ahora es que cualquier cosa que le dé confianza en Internet está a un simple multimillonario tecnológico de distancia de convertirse en un pozo de mierdX.

Sobre la firma

Marta del Amo

Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.

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