La pandemia señaló las carencias de los sistemas públicos de salud y a la vez destacó sus fortalezas. La creación, en nueve meses, de la primera vacuna eficaz contra la covid-19, seguida de otras tres en poco tiempo, es un hito sin precedentes. La situación sanitaria deja otras lecciones en este campo como el uso de aplicaciones, sistemas de vigilancia y la teleasistencia médica. Además de un compromiso de las administraciones de fortalecer sus sistemas sanitarios. Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación, del Ministerio de Ciencia e Innovación, asegura que “proyectos estratégicos como los PERTE [Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica] que estamos ahora desarrollando van a ser determinantes en áreas como la salud. También todo lo que tiene que ver con la digitalización de todos los aspectos de salud”.
Las tecnologías digitales están transformando los sistemas de salud pública, según señala el informe Perspectivas del Sector de Cuidado de la Salud 2022, elaborado por Deloitte. “Numerosos sistemas de salud pública se están reinventando a raíz de Covid-19 y las tecnologías digitales, desde aplicaciones a ciudades inteligentes, están jugando un papel importante en sus transformaciones”, señala el estudio. El desafío es enorme, también lo es la oportunidad.
El mundo de la tecnología ya tenía en la salud uno de sus principales campos de expansión antes de la pandemia. El uso de los wearables (relojes inteligentes y otros dispositivos que se llevan pegados al cuerpo con el objetivo de monitorizar determinados parámetros relacionados con la salud) se ha disparado en los últimos años. Según refleja un informe elaborado por Global Web Index, el 81% de quienes los utilizan dicen haber mejorado su salud y su estilo de vida.
Apple, Samsung, Google… Todas las grandes tecnológicas han entrado de lleno en este campo. Y han ido sofisticando sus dispositivos. Ya no solo se usan para medir los pasos que damos, sino para analizar el ritmo cardiaco o la glucosa en sangre para los diabéticos. En 2022, el sector de los wearables representará más de 14.000 millones de dólares, pronostica la Asociación Tecnológica del Consumidor. Esto es más del doble que en 2018.
Tras la pandemia, las startups sanitarias seguirán siendo protagonistas en 2022. El informe de Hotwire ‘Tendencias en el sector Health Tech‘ señala que el principal reto para estas empresas será desarrollar estrategias basadas en la monitorización de datos que fomenten la confianza de los usuarios.
El 5G será una de las herramientas que ayudarán a cambiar, a mejorar, la sanidad. El congreso Virtual Reallity Endoscopy 2021, organizado por Telefónica y Quironsalud Málaga, demostró ya el año pasado las posibilidades que este tipo de conexión, con latencias ultrabajas, puede tener en el sector sanitario. Se realizaron cinco endoscopias en Málaga que fueron seguidas, en tiempo real, por decenas de médicos en Madrid. Estos podían seguir la operación en realidad virtual. La conectividad 5G minimiza la latencia, permitiendo que se emitan vídeos de alta calidad en tiempo real, algo vital en una operación, pues permite la comunicación e intervención de otros expertos. Esto permitirá formar a médicos con los mejores profesionales del mundo sin necesidad de realizar viajes o tener la asistencia de expertos mundiales durante intervenciones especialmente delicadas.
La pandemia también ha acelerado la adopción de inteligencia artificial en el sector farmacéutico. Esta tecnología se usa en el desarrollo de fármacos, al encontrar el mejor compuesto químico para la creación de determinados medicamentos en muy poco tiempo. En 2021, Google DeepMind presentó AlphaFold, un sistema de aprendizaje profundo que predice la estructura de varias proteínas poco estudiadas, incluidas las asociadas con Covid-19. Este proceso, que hasta ahora requería de mucho tiempo, puede ayudar a analizar mejor (y más rápidamente) los virus y ayudar en el desarrollo de vacunas.
Todos estos avances están muy bien, pero se perciben como lejanos, ajenos al día a día de lidiar con una sanidad lenta y analógica. Pero esto también debería cambiar. Es lo que defiende la Asociación Europea para la Transición Digital (AETD), asociación sin ánimo de lucro que defiende una Europa con soberanía digital. La AETD señala la importancia de realizar una transición digital de la sanidad. Esto se traduciría en un historial clínico digital con todas las medidas de seguridad y respetando la privacidad de los pacientes.
La tecnología puede mejorar nuestra salud en concreto y la sanidad en general. Digitalizar los historiales médicos puede facilitar la investigación médica mediante el uso de inteligencia artificial. Conseguir un banco de datos anonimizados en el que los algoritmos puedan bucear para investigar sobre enfermedades hereditarias. En este sentido, la AETD alerta de que estos datos ya están siendo recolectados. Pero no por administraciones públicas europeas sino por empresas privadas extranjeras. Cambiar esta realidad será uno de los objetivos a cumplir en el año que empieza.
Sobre la firma
Periodista experto en tecnología y cultura. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, máster en la Escuela de Periodismo de EL PAÍS. Escribe en Yorokobu y EL PAÍS. Anteriormente ha trabajado en la Cadena SER, Onda Cero y Vanity Fair.