La guerra del futuro será tuiteada. Rusia y Ucrania batallan por el relato en las redes.

Pese a tanta tecnología, las guerras de hoy se parecen mucho a las de siempre. Sobre todo para las víctimas, convertidas en efectos colaterales de una batalla que también se disputa en TikTok, Twitter o Instagram. Rusia, Goliat de la desinformación, ataca, pero el David ucraniano resiste el envite.

Una mujer ucraniana regaña a un soldado ruso y le dice que se ponga semillas de girasol en el bolsillo “para que al menos crezcan girasoles cuando todos ustedes yazcan aquí”. No es una película indie ni una novela. Es el vídeo que se hizo viral al inicio del ataque ruso al territorio ucraniano. La nueva guerra se parece mucho a la vieja. Sobre todo para las víctimas. Los mismos efectos colaterales pero ahora se ven en Youtube.

General, tu tanque es más fuerte que un coche.

Arrasa un bosque y aplasta a cien hombres.

Pero tiene un defecto:

necesita un conductor.

General, tu bombardero es poderoso.

Vuela más rápido que la tormenta y carga más que un elefante.

Pero tiene un defecto:

necesita un piloto.

General, el hombre es muy útil.

Puede volar y puede matar.

Pero tiene un defecto:

puede pensar.

Bertol Bretch

¿Qué ocurrirá cuando el tanque autónomo no necesite conductor?¿ quién frenará el bombardeo cuando lo ejecuta un dron manejado a  miles de kilómetros? No culpemos de todo al algoritmo, la guerra del futuro no la definirá la inteligencia artificial que conduce el tanque ni el dron que masacra ciudades, sino la capacidad de manipular lo que pensamos. De nuestra visión de los otros en guerras que se libran en TikTok. Plataformas del futuro para ver la guerra del pasado. La revolución no será televisada, cantaba Gilber Scott-Heron que «Vio a su abuela barriendo con su vieja escoba, ella no sabía, no era consciente que está barriendo los trozos de un hombre. Vio cómo se hacía pedazos. Había sido un hombre bueno, había sido un hombre muy fuerte” pero esta guerra sí será tuiteada y eso no evitará que cientos de hombres y mujeres buenos y valientes acaben hechos pedazos. Las guerras del futuro se parecen demasiado a las del pasado. Los tiranos que hoy declaran la guerra con vídeos pregrabados no difieren nada de los que la declaraban a gritos en el Reichstag. Esperemos que la Europa de mañana no se parezca a la de ayer que contaba Stefan Zweig, porque la respuesta del viejísimo continente sí parece idéntica a  la que tuvo en el 36 ante dictadores más cercanos. Sólo Anonymous, como si de las brigadas internacionales se tratara, ha salido en defensa de Ucrania frente al ciberzar. ¿ Podrán los hackers salvar la democracia? De momento han conseguido tirar la web del Kremlin y entrar en algunos de los canales de televisión a los que Putin dicta. Nada comparado con los tanques y los misiles, pero tal vez sirva para que el pueblo ruso decida que “no en su nombre”. Porque como decía Brecht, ese hombre útil capaz de volar y matar, también lo es de pensar. A los nuevos tiranos, como a los viejos, deberían derribarlos sus súbditos.

Y aquí es donde juega un papel fundamental esa nueva guerra que es la desinformación. Y en esta no está tan claro que Putin, avezado jugador de la intoxicación ( informativa y química), esté ganando la partida. El pasado viernes, 25 de febrero, cuando los tanques rusos avanzaban hacia Kiev y los misiles sobrevolaban la capital ucraniana, los medios estatales rusos, siempre al servicio de su amo, difundían rumores de que el presidente Volodymyr Zelensky había huido del país. Pero Zelensky, que fue presidente en la ficción antes que en el Bankova, se grabó desafiante delante de la casa presidencial : “Nuestro ejército está aquí, nuestros ciudadanos y la sociedad están aquí. Todos estamos aquí defendiendo nuestra independencia, nuestro estado, y así va a ser”. Las redes son el nuevo frente. En ucraniano, en ruso, en inglés, el gobierno de Kiev va a dar la batalla.

Pero Rusia, decana de la guerra híbrida,  no ha cesado. Su arma, los chats encriptados. Muy especialmente, su favorito, Telegram. Descentralizados y menos restringidos que las plataformas de redes sociales son el terreno abonado para la propaganda. Grupos de ultraderecha de medio mundo, especialmente de la derecha alternativa trumpista de los EEUU ,reproducían los últimos días mensajes afirmando que Zelensky había huido o que Rusia  no lucha contra el pueblo y el ejército ucranianos, sino contra los batallones nazis y los mercenarios extranjeros. Supremacistas blancos acusando al otro de nazi. Repitiendo en bucle las proclamas de Rusia Today a la que Alemania ya bloqueó y a las que la Unión Europea en su conjunto podría hacerlo en las próximas horas. No todo está dicho en la guerra de la desinformación. Tal vez  David resista a Goliat, al menos en esta batalla del relato.

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