Informática contra la desigualdad. Un Pacto de Estado educativo para engrasar el ascensor social

Los ceros y unos son los nuevos ladrillos del mundo y sus principales líderes los dominan. Pero en España, el acceso de niños y niñas a las ciencias de la computación se ve frenado por la clase social, el género y algunos estigmas, según un informe de Deloitte y Code.org. Si el futuro es digital, necesitamos rediseñar el currículo educativo para seguir generando talento y que las nuevas generaciones tengan empleo, voz y voto.

Por @Rhizomatika_Lab

Que la meritocracia son los padres no es nada nuevo. Pero los cables del ascensor social están tan pelados que sus chispas saltan incluso en áreas que aún están a medio cocer, como la educación informática. A medida que uno va bajando por los peldaños de la escalera socioeconómica española, tanto la oferta formativa como los recursos y el apoyo a esta asignatura van reduciéndose, según concluye el primer Observatorio de la informática en España, elaborado por Deloitte y la organización sin ánimo de lucro Code.org, presentado ayer en Madrid.

¡Sorpresa! Los colegios privados presentan mayores opciones formativas en informática y a un mayor nivel de profundidad, seguidos de los concertados. Pero la cosa cambia radicalmente en el caso de las escuelas públicas. En concreto, el estudio señala que mientras el 50% de los colegios privados y el 32% de los concertados analizados forman en creación y uso de algoritmos, la oferta en el caso de las escuelas públicas se reduce hasta el 23%.

Así es como hemos llegado a tener una generación de niños en la que algunos de los más privilegiados han probado incluso a fabricar sus robots, mientras que otros de las clases más bajas ni siquiera han entrado en contacto con la disciplina hasta la Secundaria. Y ya hemos visto qué pasa cuando el liderazgo tecnológico se deja en manos de un puñado de hombres blancos y ricos y por qué la revolución digital de las finanzas tampoco debe estar controlada únicamente por cripto-bros.

Dentro de casa, el problema se agrava, como demuestra el hecho de que el apoyo y la concienciación de las familias sobre la cada vez mayor importancia de la informática también decrece a medida que bajan los ingresos. Esta situación provoca que “quienes tienen menos recursos se estén quedando atrás”, advirtió el vicepresidente Alianzas Internacionales de Code.org, Leo Ortiz, cuya organización este año cumple una década luchando por la universalización de la educación informática.

El propio estudio lo confirma: “Tanto docentes como expertos reconocen importantes sesgos. Cuando se trata de una oferta optativa, siempre suelen acudir los mismos perfiles: especialmente alumnos de clase social más alta y chicos”. Si las niñas se enfrentan a multitud de barreras para acceder a todo tipo de carreras STEM, la educación en informática no iba a ser la excepción. De acuerdo con el informe, mientras que el porcentaje de chicos de entre 16 y 24 que nunca ha aprendido materias como programación o creación y uso de algoritmos es del 49%, la cifra asciende hasta el 66% en el caso de las chicas.

No es de extrañar si se tienen en cuenta algunas realidades como la falta de referentes femeninos y el propio machismo del sector. En 2016, una investigación de la Universidad Politécnica Estatal de California y la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EEUU) descubrió que cuando las programadoras revelaban su género, sus códigos sufrían una mayor tasa de rechazo que cuando no lo hacían. “Los estigmas sociales acentúan la brecha de género y alejan a las niñas de la informática”, dijo el Socio Deloitte, Davide Fabrizio.

Universalizar la educación informática es una cuestión de justicia social, pero también del propio futuro de España, donde en mayo del año pasado había más de 120.000 puestos de trabajo tecnológico sin cubrir, según la asociación DigitalES, con desarrolladores de software y expertos en ciberseguridad a la cabeza de las profesiones más demandas. “La agenda de las empresas es la agenda del talento, y la informática es el lenguaje de la nueva economía digital”, sentenció la presidenta de la Fundación CEOE y antigua ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez.

Esto es lo que han traído consigo la digitalización, la conectividad y la era del dato, y por lo que el director Global Talento y Cultura del BBVA, Carlos Casas consideró que su compañía ya “es más una empresa tecnológica que una financiera”. Y añadió: “Los datos y la tecnología están cambiando todos los modelos de negocio, incluso el de la banca. Tenemos decenas de miles de desarrolladores de software en el mundo, pero necesitamos más talento y que todas las personas del banco tengan unos conocimientos mínimos”. Sin embargo, esta realidad parece no estar calando del todo entre los jóvenes.

A pesar de que el informe señala que “87% de los padres apoya la incorporación de la informática como asignatura obligatoria en Primaria y Secundaria”, el texto también advierte que “el 34% de los chicos y el 30% de las chicas entrevistadas no han aprendido programación porque no consideran que lo vayan a necesitar en su vida profesional”. Para Fabrizio, el hecho de “que los padres estén más concienciados que los hijos ha sido la gran sorpresa del estudio”.

LOS FRIKIS DOMINAN EL MUNDO

Esta falta de interés resulta especialmente llamativa si se tiene en cuenta que las ciencias de la computación y el desarrollo de software figuran en el currículum académico de algunos de los actuales empresarios más poderosos del mundo, desde Bill Gates hasta Jeff Bezos, pasando por Mark Zuckerberg. “La ventaja competitiva que adquiere una persona que sabe generar código y trasladar sus ideas para hacerlas realidad es total. En el mundo de la innovación y las start-ups, la tecnología es transversal y dominante para todo, por eso la informática debe convertirse en una asignatura obligatoria”, sentenció la presidenta de South Summit, María Benjumea.

Del mismo modo que la sociedad necesita formación científica para ser menos susceptible al engaño, conocer los ladrillos de ceros y unos sobre los que se erige el nuevo mundo digital resulta esencial para poder participar en su construcción. “La formación en informática ofrece unas capacidades críticas para el avance y la mejora social. Es una inversión en talento para formar a los líderes del futuro”, dijo el presidente de Deloitte, Héctor Flórez.

Pero para que los jóvenes españoles puedan empezar a edificar el mañana de la economía y los negocios, primero deben deshacerse de los estigmas que rodean a la informática. Además de ser vista como una profesión muy masculina y técnicamente compleja, “muchas personas asocian la informática con personas con problemas de sociabilidad, con frikis, lo que dificulta la identificación de parte los alumnos y especialmente las chicas”, advierte el informe.

No obstante, la realidad es que se trata de un área que evoluciona rápidamente y en la que el trabajo en equipo, la creatividad y el aprendizaje constante resultan estratégicos. Y dado que estas habilidades blandas son precisamente algunas de las más demandadas en los nuevos entornos laborales, según la OCDE, la directora del Área de Educación en la Fundación Princesa de Girona, Sandra Camós, pronosticó que “en unos años el friki será el que no sepa programar”.

Para garantizar que esté al alcance de todos, uno de los de los tres grandes retos identificados por su organización y Code.org reside en la urgencia de formar a los propios profesores. ¿A quién no se le ha atragantado una asignatura por culpa de quien la imparte? En el caso de la informática, es una realidad tan cierta que la falta de formación del profesorado se alza como la principal causa de insatisfacción entre los alumnos encuestados por el observatorio.

Parte de la culpa de todo la tiene, por supuesto, “la diversidad en el desarrollo de las leyes educativas por parte de las diferentes comunidades autónomas”, afirma el estudio. “En Secundaria se puede enseñar desde ramas muy distintas por lo que no todos los profesores tienen las mismas competencias, y sus niveles de digitalización también impactan en cómo se imparte la materia”, detalló Fabrizio.

La buena noticia es que identificar los problemas es el primer paso para solucionarlos. Por eso, una vez detectados, los distintos expertos reunidos abogaron por “un gran pacto de Estado para incorporar las herramientas de programación y comprensión de la digitalización en el currículo educativo tanto público como privado”, alegó el socio de Harmon y antiguo secretario general del grupo parlamentario socialista,​ Eduardo Madina.

Y, como prueba de que la importancia de universalizar la educación en informática no debe atender a ideologías, su petición fue secundada por su antigua rival política. Tras los recientes acuerdos políticos alcanzados para sacar adelante medidas como la Ley de Startups y la Ley de la Formación Profesional, según Báñez, “este año toca la informática”. Y añadió: “2023 va a ser el Año Europeo de las Capacidades, y además disponemos de fondos públicos e iniciativas privadas para hacerlo posible. Es un buen año, así que, aprovechémoslo”.

El objetivo no es conseguir que todos los niños de España acaben siendo informáticos. Pero dadas las ventajas transversales de la asignatura, así como el hecho de que hasta el empleo más básico ya requiere unas mínimas habilidades digitales, ha llegado el momento de que dejemos de lado los estigmas y las diferencias que históricamente han dividido la educación en España y nos centremos en aquello que nos une. O, como concluyó Madina, “el país no se la juega en religión sino en eventos fundamentales de futuro, y la programación es uno de ellos, así que, si todos estamos de acuerdo en implantar esta educación en Primaria, hagámoslo”.

Sobre la firma

Marta del Amo

Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.

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