Personas, planeta y prosperidad: ¿hay alguna posibilidad, por pequeña que sea, que la IA nos salve?

Contra los agoreros que especulan sobre una inminente masacre de lo humano, los numerosos ponentes de Tech4Good, organizado por Retina con el apoyo de Santander, Google y ENISA, dieron testigo de un presente donde la IA ya mejora nuestras vidas. Y esto es sólo el principio…

«La Inteligencia Artificial no cuestiona lo que hacemos, sino lo que somos», dijo el director de Retina, Jaime García Cantero, a la hora de descorchar el evento Tech4Good, celebrado el 28 de mayo en la Sala Equis de Madrid. Es difícil, a estas altura, no sentirnos un poco anquilosados cuando hablamos de tecnología y nos referimos a la IA. Recibimos el bombardeo incesante de sus avances igual que las actualizaciones de una contienda donde somos espectadores. O daños colaterales. Medio alucinados, medio atemorizados, asistimos al espectáculo de un mercancías que parece dispuesto a llevarse por delante el mundo tal y como lo conocíamos.

Pero antes de rendirnos a una sensación de inminente apocalipsis, conviene tomar perspectiva, despojados de la impaciente respiración de la ansiedad impactando contra la nuca. Debemos desplazar el retortijón superlativo y entender que el caballo desbocado de la IA puede cargar arrasando con todo o, sujetas las riendas adecuadamente, ser el camino para dar respuestas responsables a preguntas incómodas. Al escenario antipático ya le tenemos bien cogido el pulso pero, ¿qué pasa cuando quienes están a los mandos del progreso ponen lo humano en el centro? ¿Y si sometemos lo divino de la tecnología a los dolores y deberes de los hombres?

Durante el evento Tech4Good, la autora del ensayo El sueño de la inteligencia artificial (Anagrama), Gisela Baños, destacó que la IA está muy relacionada con cada época. Mientras que en décadas anteriores se la abordaba desde una perspectiva inocente por lo lejano y mágico del artefacto, hoy el hechizo es posible. Ha dejado atrás el valle de las hipótesis para conquistar la realidad. “Ahí es cuando empezamos a tener miedo”, aseguró Baños. Aunque la inteligencia artificial no es el primer brete con olor a azufre que se cruza en nuestra historia reciente. “Se tenía tanto miedo a la computación como se teme ahora a la IA”, apuntó la escritora, quien diagnostica en el origen de las fobias y recelos de esta tecnología una sensación de presente continuo. “Desde los años 80 y 90 hemos dejado de tener futuro. El futuro nos ha alcanzado. Nos está comiendo todo el rato”. Una síntesis que culminó con una ambiciosa pregunta por parte de Baños: “Ahora que ya vivimos en el futuro, ¿qué nuevo futuro vamos a crear?

Y, ¿quiénes son los encargados de dar forma al horizonte hacía el que nos dirigimos? Lejos de nuestras caprichosas acciones individuales, los dirigentes políticos son quienes ostentan el cetro de lo colectivo. Ellos, en tanto que representantes, han sido elegidos pilotos de la nave en la que estamos enrolados. Por eso, durante la jornada de Tech4Good, 3 representantes de diferentes partidos dieron su visión de la inteligencia artificial. Distintas perspectivas que -para sorpresa de la polarización llevada al máximo grado de nuestra coyuntura ideológica-, brillaron por un esperanzador consenso.

 La doctora en ingeniería informática y diputada nacional en las Cortes por el PSOE, Luisa Sanz, llamó a: “impulsar desde la administración un IA que ayude a las personas, permitiéndoles trabajar menos y con menos errores. Ha de ser un ayudante”, poniendo especial énfasis en la idea de que la herramienta sirva como «ayudante» y nunca como sustituto” de la labor humana”. Sanz quiso también hacer hincapié en que, desde la administración, se debe: “evitar la violación de las leyes de propiedad intelectual, dado que la IA generativa es un refrito. La IA crea un producto, mientras que el ser humano crea una obra”. Concluyendo, en vistas a un futuro cercano, que el objetivo es: “alcanzar una solución como se alcanzó con la piratería a través de las plataformas”.

Por su parte, la eurodiputada por el PP, Ana Collado, aclaró en una línea similar a las palabras del director de este medio, que: “la IA generativa no es una nueva herramienta. Es un nuevo mundo”. Un astro al que debemos enfrentarnos con menos miedo que ganas, en vista a explotar su potencial. Tal y como ejemplificó la eurodiputada con el desarrollo de: “un asistente virtual para acercar la conversación política con el ciudadano, permitiendo a los representantes tomar una temperatura realista del estado anímico de los electores”. Aunque Collado tampoco esquivó la innegable atmósfera de tensión que condensa la revolucionaria herramienta, esclareciendo una línea de actuación para evitar desajustes venideros. “Vamos a identificar los riesgos de forma piramidal. Hay que controlar los sesgos del algoritmo y la aplicabilidad de la IA. Luego, debemos garantizar que se pongan por delante los derechos humanos. Y, en última instancia, hay que aclarar cómo, gracias a ella, vamos a ser igual, o más competitivos».

Finalmente, la experta en Big Data y diputada nacional en las Cortes por SUMAR, Tesh Sidi, puso el acento sobre: “una buena gobernanza de los datos para el correcto uso de la IA”, lo cual exige de una “solidaridad del dato entre las distintas administraciones”. Y aunque la diputada no dejó de destacar que: “se empieza a hablar desde lo público en términos de IA”, concluyó que: “siendo los grandes modelos de lenguaje un producto extremadamente caros y privados, sigue sin haber una alternativa pública a la que puedan acceder los ciudadanos”.

A pesar del extenso rosario de aplicaciones en las que se piensa cuando se habla de inteligencia artificial, solemos olvidar que la herramienta puede ponerse al servicio de elementos tan relevantes como la salud. Para ahondar en este marco vital, el evento de Tech4Good contó con las aportaciones de la doctora en informática, Ana Freire, y del co-fundador y CEO de SpotLab, Miguel Luengo, ambos enrolados en diferentes proyectos dirigidos a la mejora sanitaria a través de la IA.

Freire lidera actualmente un proyecto llamado STOP que, a través de inteligencia artificial, estudia los impulsos de intención suicida o depresión en redes sociales, orientando campañas de ayuda en estas plataformas. Según Freire, su proyecto: “aumentó sustancialmente el número de llamadas a los teléfonos de la esperanza, y multiplicó por 10 el número de contactos por chat”. Un ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede intervenir en las redes sociales para avivar mejoras en salud mental y favorecer la intervención preventiva en los terribles casos de depresión, e incluso suicidio, que se derivan de ellas.

Aplicando ahora la IA a los espectros del diagnóstico clínico, Luengo habló durante el evento de los impresionantes progresos en la: “creación de modelos de inteligencia artificial para diagnosticar desde enfermedades oncológicas hasta enfermedades tropicales, con pocas tasas de detección”. Según el CEO, Spotlab.ai trabaja en más de 12 países fuera de España, algo que no es baladí si tenemos en cuenta las tres etapas que mencionó Luengo en lo referente al progreso de la IA en el entorno médico. “En primer lugar, develar el código de la vida. En segundo, desarrollar vacunas y soluciones ultra-eficaces para todo tipo de enfermedades. Y, por último, alcanzar la “Salud Única”, que engloba la salud humana, animal y medioambiental”.


Siguiendo en esta línea, España dispone de otros ejemplos de aplicación de la IA con fines sanitarios. Casos en los que sus protagonistas han sabido tomar conciencia de la herramienta y darle forma, avanzando en dirección a invertir la campana de preocupación existente para que la confianza se imponga a la sospecha.

La profesora en el departamento de Information Systems en el IE Universidad y CEO de Change Dyslexia, Luz Rello, acudió al evento Tech4Good para hablar de su proyecto, con una ya probada aplicación en nuestro entorno nacional. Este programa, dirigido a la predicción de riesgos de dislexia, tiene como objetivo resolver esta acuciante cuestión (la dislexia afecta alrededor de un 10% de la población española) de forma preventiva, y no paliativa. “El modelo predictivo no fue lo más complejo”, afirmó Rello, “sino trabajar con todos los actores para conocer sus demandas y generar valor para todos. Ese fue el mayor reto”.  

Otro lo de los usos de la IA en el sector sanitario, es el que propuso la ingeniera biomédica y CEO de Tucuvi, María González, poniendo sobre la mesa un sistema de inteligencia artificial conversacional, destinado a ayudar a los médicos a conocer el estado de sus pacientes con mayor regularidad. Y, por ejemplo, en caso de tratarse de personas en lista de espera para un trasplante, poder priorizar a aquellas en mayor situación de riesgo. En vista de que esta herramienta ya es funcional y posible, González quiso hacer un llamamiento a la administración, de cara a avivar la confianza del sector público en esta clase de propuestas. «Uno de los retos”, concluyó la CEO, “es permitir la contratación de un asistente IA por parte de la administración pública. La IA puede ayudarnos a lograr una atención, tanto proactiva, como preventiva, imprescindible si queremos avanzar en la mejora del sector médico».

En última instancia, el Consejero Delegado de ENISA, Borja Cabezón, se centró más en el apartado económico de la financiación de proyectos. Cabezón dejó claro que uno de los compromisos inesquivables de cara a la inversión, es el de “dar gasolina a los proyectos que empiezan a nacer. El emprendimiento innovador debe ser una prioridad”. El Consejero Delegado hizo también hincapié en la salud como un elemento fundamental que, sumándose a la IA, se revela como “una gran apuesta para que Europa no se quede atrás en la carrera por la inteligencia artificial y sus infinitos beneficios”.

Como hemos podido comprobar, la inteligencia artificial no es simplemente una conjura tecnológica contra el hacer humano. Bien dirigida, sus cualidades son privilegiadas para alumbrar proyectos que vayan en la línea de una mejora de la vida de las personas. Y, también por supuesto, en un catalizador de la prosperidad. Un espectro del uso de la IA que también tuvo un importante lugar durante el evento Tech4Good, y que abordamos en el artículo: Tech4Good 2: la IA como fórmula de la prosperidad.

Sobre la firma

Galo Abrain

Periodista y escritor. Ha firmado columnas, artículos y reportajes para ‘The Objective’, ‘El Confidencial’, ‘Cultura Inquieta’, ‘El Periódico de Aragón’ y otros medios. Provocador desde la no ficción. Irreverente cuándo es necesario.