¿Por qué los autores españoles ganan menos que hace una década?

Los ingresos por derechos de autor en nuestro país han bajado un 4% en 10 años. Ajustando con la inflación, los autores españoles han perdido aproximadamente un 23% de su capacidad de generar ingresos. En sectores estratégicos, como el de la automoción, una pérdida de este nivel sería vista como un problema de Estado; sin embargo, en el ámbito cultural, esta pérdida a menudo pasa desapercibida.

Un análisis básico del crecimiento de las entidades de gestión colectiva europeas desde 2010 hasta 2023 dibuja una imagen poco alentadora. El poder adquisitivo de la clase autoral en España se ha desplomado, un declive que experimenté de primera mano desde el colapso del modelo de negocio de las discográficas y que ahora afecta a otros sectores creativos, así como a otros en riesgo debido a la automatización y digitalización en lo que se denomina la Cuarta Revolución Industrial.

Para entender el cambio profundo que estamos viviendo hoy, es útil recordar el impacto de la Primera Revolución Industrial, que marcó el inicio de una transformación social y económica radical. Surgida en Gran Bretaña y extendida luego a Europa, no solo significó la transición de una economía agraria y artesanal a una basada en la industria, sino que dio lugar a un nuevo sistema económico: el capitalismo. Este cambio impulsó la creación de una sociedad de clases, redefiniendo las relaciones laborales y las estructuras sociales. Hasta entonces, la economía estaba basada en el autoconsumo, con una productividad muy baja, y tres cuartas partes de la población vivían del trabajo agropecuario. La llegada de la industria cambió ese modelo y sentó las bases del sistema económico global que conocemos hoy. Ahora, con la Cuarta Revolución Industrial, estamos ante un cambio de igual magnitud a una velocidad tal que puede suponer un cambio aún mayor. La automatización, la digitalización y el avance de la inteligencia artificial están transformando los modelos de negocio y redefiniendo los derechos de autor en el entorno digital.

Según el último Informe de Recaudaciones Mundiales de la CISAC y una revisión de sus anuarios, mientras que entidades como la SACEM en Francia, la PRS en Reino Unido y la GEMA en Alemania han logrado crecimientos que van desde un 45% hasta un 140%, la SGAE ha experimentado un retroceso del 4%. Ajustando por inflación, los autores españoles han perdido aproximadamente un 23% de su capacidad de generar ingresos en comparación con hace una década. En sectores estratégicos, como el de la automoción, una pérdida de este nivel sería vista como un problema de Estado; sin embargo, en el ámbito cultural, esta pérdida a menudo pasa desapercibida.

El Impacto del Streaming en los Derechos de Autor

Con la expansión del streaming como medio para consumir música y vídeo, el cambio ha sido radical para la industria creativa. Servicios como Spotify o YouTube permiten que millones de usuarios accedan a contenidos en tiempo real, pero esta accesibilidad ha supuesto un desafío en términos de compensación justa para los creadores. En muchos casos, los ingresos obtenidos por los autores a través de plataformas de streaming son significativamente menores en comparación con los formatos físicos o las transmisiones tradicionales. Los contratos antiguos, que no contemplan la distribución digital, han dejado a muchos artistas en una posición desfavorable, forzándolos a renegociar sus royalties y adaptarse a un modelo que no siempre resulta justo.

Esta era de contenido digital, sin embargo, también plantea oportunidades: los creadores tienen acceso a audiencias globales y nuevos canales de monetización como el crowdfunding, suscripciones directas y análisis de datos, que les permiten conectar con su público de formas antes impensables. Sin embargo, algo no encaja en este modelo, sigue existiendo una demanda por una mayor transparencia en la distribución de los royalties y por modelos de remuneración que realmente reflejen el valor de las obras.

La Revolución Tecnológica como Oportunidad

En este contexto, tecnologías como la blockchain y la inteligencia artificial (IA) no representan amenazas, sino oportunidades para revitalizar la recaudación de las Entidades de Gestión Colectiva y adaptar los derechos de autor a los desafíos de la era digital. Sin embargo, más allá de la innovación tecnológica, es fundamental adoptar una perspectiva humanista y un enfoque político que complemente estas herramientas. Si consideramos que el derecho de autor ha sido un logro tras décadas de lucha social – desde la conquista de la libertad de prensa y el Estatuto de Santa Marta hasta su inclusión en la Carta de los Derechos Humanos –, ahora se necesita una regulación armonizada que asegure pagos dignos, proporcione transparencia y ajuste el valor del intercambio entre los entornos analógico y digital.

En este ajuste, es crucial reconocer que los ingresos generados en algunos formatos analógicos no se trasladaron a las empresas digitales de manera equivalente, resultando en una devaluación de los contenidos creativos en las plataformas online. Este desajuste ha afectado el valor del trabajo creativo, y para corregirlo, es necesario implementar sistemas de micropagos, tecnologías de detección avanzada y licencias acordadas con aplicaciones y redes sociales que aseguren que los creadores reciban una compensación justa y continua, manteniendo el derecho de autor como una herramienta de protección y reconocimiento en un entorno digital transformador.

La IA y el Blockchain: Claves para la Transparencia

La blockchain, con su capacidad de descentralización y transparencia, ofrece una infraestructura ideal para el registro y rastreo de derechos de autor. Imaginemos un sistema donde cada obra esté registrada y cada uso sea trazable, asegurando que los ingresos lleguen de forma justa y directa a los autores. Este tipo de trazabilidad no solo mejora la transparencia, sino que garantiza que el reparto sea más equitativo y comprensible para los creadores.

La IA, por otro lado, permite automatizar la identificación de usos no autorizados en redes y plataformas de streaming, optimizando la gestión de regalías y reduciendo la brecha entre el consumo de una obra y la remuneración del autor. Además, la IA abre nuevas posibilidades de creación, en las que el artista puede actuar como “prompt engineer” o director de orquesta digital, guiando a la IA para generar música o contenido en un proceso de co-creación. Sin embargo, este nuevo modelo plantea retos en cuanto a la autoría y la coautoría, por lo que es fundamental que la SGAE y otros organismos adapten sus políticas para proteger los derechos de los creadores en este nuevo escenario.

Un Futuro para la los derechos de autor en la era digital

Debemos ver a las Entidades de Gestión Colectiva, con el respaldo de una regulación justa, la política y el humanismo, como un muro de contención: la última esperanza en la defensa de derechos ganados tras años de lucha frente al imponente Leviatán de la industria. En Europa, este desafío ya está sobre la mesa: el proceso de innovación, la búsqueda de modelos y herramientas, y sobre todo, una gestión óptima basada en el análisis y la mejora de procesos, ya está en marcha. Entonces, ¿qué ha sucedido para que los autores y autoras españoles recauden menos en 2023 que en 2010? ¿Por qué sus homólogos europeos logran vivir mejor de su trabajo y son socialmente más valorados?

Necesitamos asegurar que los derechos y la cultura que tanto valoramos se protejan. A medida que los micropagos, las licencias y las herramientas tecnológicas ofrezcan estabilidad y justicia en la remuneración, más personas podrán dedicarse, con o sin ayuda de la IA, a emplear parte de su tiempo en la creación.

*Juan Rivas es músico y gestor cultural. Fue miembro del grupo vigués Estereocéano antes de empezar su carrera en solitario. Actualmente dirige la agencia creativa La décima Planta.