Una pareja que vive una vida gris en un barrio de extrarradio. Han elegido el piso y la zona porque tiene un precio asequible, llega el metro, y bueno… La pareja va bien, llevan ocho años tirando, para qué cambiar: al menos se aguantan. Quizás tengan un hijo, es lo que toca, todo el mundo lo hace; además, la guardería cae cerca. Comen en un sitio normal, los hay mejores, pero en ese no dan mal de comer y al menos se encuentra sitio fácilmente. Algún viernes tonto acaban en el Telepizza. El fin de semana se ponen una peli, pero casi siempre se duermen. Cuando salen a tomar algo, permanecen en silencio, cada uno perdido en las profundidades de su smartphone. “Qué más da, si es todo lo mismo”, dice él.
Aunque no lo parezca, es un video de humor, del dúo cómico Pantomima Full, aunque debe de ser el menos divertido de los que han publicado hasta ahora: más que hacer reír, parece que busca hacer llorar. Se titula Conformistas, y quiere describir el estado de ánimo general de esos que están dejando definitivamente la juventud, y mira que dura, y entrando en la mediana edad, la que dicen que es la etapa más dura de la existencia (véase Midlife, a philosophical guide, Princeton University Press, de Kieran Setiya). El video ha tenido mucha repercusión, casi un millón de visualizaciones, y cierto eco en la prensa. Puede ser la prueba de que los tiros no iban muy desencaminados.
Se refieren a unas generaciones cuya trayectoria vital ha sido truncada por varias crisis y que han visto cómo la idea de progreso y de futuro, que había acompañado a la civilización occidental al menos desde la Ilustración, se derrumbaba delante de sus ojos. Viven en los nuevos barrios de la periferia, algo inhóspitos, aunque de aspecto amable, que describe Jorge Dioni en La España de las piscinas (Arpa): bloques enormes, parques infantiles, calles demasiado anchas y solitarias, carencia de servicios públicos, un Mercadona a mano. Se dieron cuenta de que es difícil imaginarse un futuro colectivo a la misma edad en la que uno se da cuenta, por fin, de que la vida no es infinita y que, además, ya ha consumido prácticamente la mitad. Y aunque sea una mierda, queremos seguir viviéndola, como en el chiste que cuenta Woody Allen al comienzo de Annie Hall.
Una de las tendencias de autoayuda del momento se inspira en las corrientes estoicas de la filosofía griega: aquella escuela que decía que la virtud se encontraba en permanecer impasible ante aquellas cosas que estaban fuera de nuestro control e invitaba a aceptar las circunstancias de la vida tal y como se nos presentan, porque no cabe hacer otra cosa para cambiarlas. Séneca, Marco Aurelio, eran estoicos y ahora se nos sugiere que nosotros también lo seamos, nosotros, y los emprendedores, y los deportistas, héroes de nuestro tiempo. Es, desde luego, una filosofía vital muy ventajosa para aquellos que desean mantener el statu quo. El estoicismo clásico no tiene por qué ser una postura conservadora, pero tal y como se plantea hoy tiene tintes reaccionarios.
Suena razonable, porque ahora hay demasiadas cosas fuera de nuestro control, tanto individual como colectivo, para empezar, el devenir del planeta. El estoicismo griego no es lo mismo que el conformismo de Pantomima Full: el primero es una filosofía de vida virtuosa, el segundo es una derrota ante la deprimente coyuntura. Pero al menos comparten el punto de la aceptación serena de todo lo terrible que nos rodea.
Hay mucha tristeza en el video de Pantomima Full porque rezuma un pesimismo existencial, casi cósmico. Es posible, como dicen los estoicos, que mucho, quizás la mayor parte de lo que nos rodea, escapa de nuestro control, y es verdad que ahora todo va fatal, pero al menos en rebelarse contra ello había un punto de dignidad que podría hacer que la existencia valiese la pena. Es una dignidad que se está perdiendo.
Sobre la firma
Sergio C. Fanjul es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados (Pertinaz freelance, La vida instantánea, La ciudad infinita). Es profesor de escritura, guionista de tele, radiofonista y performer poético. Desde 2009 firma columnas, reportajes, crónicas y entrevistas en EL PAÍS y otros medios.