Tecnologías limpias para salvar el planeta

El ‘cleantech’ (la tecnología limpia) se abre paso entre muchos ciudadanos que están concienciados de su impacto en el planeta

 

Tendemos a pensar en la tecnología como algo gris, pero, si hiciéramos un esfuerzo sinestésico, veríamos que en realidad, muchos de los avances que se producen y se proyectan en la actualidad son verdes. Los cultivos hidropónicos, las energías renovables, la creación de una agricultura y una ganadería menos contaminantes, incluso de carnes artificiales. Los ejemplos son muchos, y la mayoría serán noticia el año que empieza.

Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación, cree que este 2022 “España va a tener una oportunidad, de forma muy transversal, en todo lo que tenga que ver con el cambio climático, las energías renovables, y particularmente el hidrógeno renovable”. El Gobierno se ha propuesto que el país lidere la producción de esta materia prima en Europa para el 2030, produciendo más del 50% del total. La primera planta de España ya está en marcha en Mallorca. Los fondos de recuperación europeos se destinarán a afianzar esta nueva tecnología en nuestro país, tal y como fija el PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento.

Mientras llega ese horizonte, en España la apuesta por renovables ya es una realidad. El año pasado, con los precios de la luz disparados, ha sido el que más energía renovable se ha generado. Hasta el 46,6% del total consumido provenían del Sol, el viento, el agua y la biomasa. España lideró en 2021 la caída en el uso de combustibles fósiles de la Unión Europea según el estudio European Electricity Review.

Esto ha sido posible gracias a los avances tecnológicos, que han hecho que este tipo de energías no solo sean más eficientes, sino mucho más baratas. Cuando se firmó el Acuerdo de París en 2015, la Agencia Internacional de Energía (AIE) predijo que la energía solar sería más cara que los combustibles fósiles hasta el 2040. Seis años más tarde, con un avance sin precedentes, la AIE definió la energía solar como la fuente de energía más barata en varias regiones del mundo. El organismo de investigación BloombergNEF fue más allá y aseguró que en el 90% del planeta, la energía renovable es más barata que los combustibles fósiles. Una transición rápida a la energía eólica y solar ya no solo es ecológicamente responsable. Es económicamente conveniente.

El chuletón, jugoso, al punto y bien imprimido

En el 2040 solo el 40% de la carne vendida a nivel global provendrá de animales vivos. Es lo que vaticina la consultora global A.T. Kearney, que asegura que completarán la oferta sucedáneos vegetales o carne creada de forma artificial. Los primeros ya empiezan a ocupar espacio en el supermercado o en los menús de restaurantes, con imitaciones cada vez más conseguidas. Los segundos se encuentran en desarrollo, con resultados buenos pero impensablemente caros. La primera hamburguesa artificial se presentó en Londres, en 2013. Costó 250.000 euros. Desde entonces la producción de carnes de imitación se ha convertido en un campo de inversiones y esfuerzo, en parte por la misma industria cárnica, para abaratar y mejorar el proceso. Cada vez más compañías intentan desarrollar mariscos, carne, leche o huevos 100% vegetales. Es el caso de Impossible Foods, que crea hamburguesas sangrantes y nuggets de pollo que no llevan carne.

La preocupación por el bienestar animal está sirviendo de acicate a esta carrera tecnológica, pero sobre todo el impacto que la ganadería industrial está teniendo sobre el clima. Según un informe de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, el 14,5% de las emisiones globales de CO2 están asociadas a la ganadería. Eso sin tener en cuenta efectos secundarios como la deforestación o la gestión de purines.

“A medida que se intensifican los llamamientos para luchar contra el cambio climático, las empresas de tecnología están encontrando formas de convertirse en parte de la solución”, afirmó Gary Shapiro, consejero delegado de la CTA (la asociación de compañías tecnológicas de EE UU) en el último CES, la mayor feria de electrónica del mundo.

La ganadería es un campo de inversiones tecnológicas, pero la agricultura también quiere ser más verde. Este sector es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa. En España hay más de dos millones de hectáreas cultivadas con agricultura de conservación. Este sistema agrícola contribuye a conservar, mejorar y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales, según defiende la FAO. Un estudio de PwC asegura que la agricultura de conservación contribuye a la calidad del aire, al evitar la emisión de 9,9 millones de toneladas de CO 2 cada año. Esta técnica se sirve de maquinaria, como los trenes de siembra directa, y técnicas sofisticadas, como el análisis de suelo. Pasa por combinar valores del pasado con tecnologías del futuro.

Por otro lado, la agricultura se puede beneficiar de otros avances tecnológicos como el 5G, que permitirá  el uso de dispositivos de vigilancia en la agricultura, en tiempo real y de forma automática. La proliferación de cultivos hidropónicos, que ahorran en energía y agua consumida replicando el clima perfecto para cada verdura u hortaliza, es ya una realidad.

Queda tiempo para que los robots cultiven nuestras lechugas y la carne salga recién hecha de una impresora. Pero hay mucho dinero y mucho talento invertido en que ese sueño se haga realidad. Si no lo consiguen hay otro futuro, menos verde, más oscuro, aguardándonos a la vuelta de la esquina. Los avances empresariales e industriales fueron la causa. Ahora pueden convertirse en parte de la solución.

Sobre la firma

Enrique Alpañés

Periodista experto en tecnología y cultura. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, máster en la Escuela de Periodismo de EL PAÍS. Escribe en Yorokobu y EL PAÍS. Anteriormente ha trabajado en la Cadena SER, Onda Cero y Vanity Fair.

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