Disfrutar de playas cristalinas durante el día y de fiestas inolvidables por la noche, comer en restaurantes, dar un paseo en barco, una ración de chopitos y unas cervezas o simplemente leer un libro frente al mar con un margarita encima de la mesa… Para muchas personas esta estampa es el paraíso, pero la masificación en determinadas zonas turísticas de España hace que muchos de los que hacen posible esa bonita estancia tengan que trabajar y vivir en condiciones muy duras.
Si viajamos en estos momentos, en plena temporada de verano, a las Islas Baleares, en concreto a Ibiza, algunos de sus trabajadores estacionales se ven obligados a elegir entre pagar alquileres desorbitados o vivir durante los meses de temporada en coches, caravanas o tiendas de campaña. Juanan, un joven de la zona que trabaja en una escuela durante todo el año, nos cuenta: “Los alquileres aquí son inasumibles. En multitud de ocasiones a estos trabajadores no les salen los números cuando tienen que alquilar porque la habitación se come una parte muy importante del salario”.
Al buscar en conocidas páginas de alquiler, no hay ni una sola habitación en Ibiza que baje de los 500 euros al mes. La más barata encontrada en dichos portales para este reportaje vale eso, seguida de otra que ya se sube a los 750 euros. Incluso hay muchas habitaciones que superan con creces los 1.000 euros mensuales. Si hablamos de sueldos de 1.300 euros o 1.500 euros, ¿realmente compensa ir a trabajar a la isla en verano?
Ante esta inasumible realidad, hay personas que se ven obligadas a vivir en lugares sin cédula de habitabilidad al no poder hacer frente a los alquileres e, incluso, buscan alquilar una autocaravana o caravana para poder hacer la temporada.
Juanan continua: “Cuando vine a trabajar a Ibiza, durante mi primer año, me fijé que en un descampado cerca de mi escuela empezaron a llegar caravanas, campers y coches con tiendas de campaña sobre el mes de marzo. Como no sabía de qué se trataba decidí preguntar. Fue en ese momento cuando me explicaron que eran trabajadores turísticos que vivían ahí por cuestiones económicas y que se concentraban en ese lugar porque estaba a 15/20 minutos andando de la zona turística”.
Él mismo conoció a una joven que tuvo que vivir en una playa, cerca de su trabajo, algo que la empresa no sabía. “Esta chica tenía que vivir allí porque no le salía rentable. Se lavaba en las duchas públicas de la playa y cuando tenía turno desmontaba y guardaba la tienda en un seto”, explica.
El problema está alcanzando tan nivel que incluso se están empezando a alquilar habitaciones por turnos, una práctica conocida como camas calientes de la que ya ha advertido el presidente del Colegio de API de Baleares, José Miguel Artieda, y ya no es raro encontrar anuncios de este tipo en Internet.
Esta problemática no solo ocurre en Ibiza, también hay otras zonas en las que alquilar por motivos laborales, y más en temporada, supone un reto bastante complicado. Andrea (nombre ficticio para preservar su identidad) vive en otra de las Islas Baleares durante todo el año y cuenta a Retina que el año pasado tuvo que acoger en su habitación a una compañera que trabaja durante la temporada de verano, pero que vive en la península.
La joven cuenta: “Mi compañera y amiga viene a trabajar aquí la temporada alta. El primer año que decidió venir le costó muchísimo encontrar una habitación. Cuando llamaba a diferentes anuncios con precios asequibles, le decían que solo podía estar estancias muy cortas. Lo que ocurría era que esta amiga estaba más tiempo de lo que le permitían estos caseros, por lo que esa opción quedaba descartada. En otras ocasiones ocurría justo lo contrario, que no buscaban a una persona de temporada, así que ese año se tuvo que quedar a dormir conmigo”.
Haciendo una búsqueda rápida se puede comprobar que sí, que hay habitaciones económicas, pero, al leer detalladamente los anuncios, especifican, tal y como aseguraba Andrea, que muchas sólo se alquilan por semanas, por lo que quedan automáticamente descartadas para los trabajadores.
¿Cómo podrían solucionarse estas situaciones? El miembro del Sindicato de Inquilinas de Ibiza Daniel Moya incide en la importancia de regular los usos de la vivienda: “Hay que regular los precios del alquiler, controlar la industria e intentar decrecer porque, de lo contrario, podemos morirnos de éxito”. Además, reclama que los hoteles vuelvan a reservar zonas dentro de sus propios edificios para los trabajadores. “Ahora hay hoteles que alquilan bloques de viviendas para sus trabajadores en temporada y eso hace que se expulsen a otros trabajadores”, asegura.
En cualquier caso, lo cierto es que este verano, igual que el anterior, en algunos sitios la sobredemanda de empleo provocada por el turismo será cubierta por trabajadores nómadas en situaciones de precariedad.
*Alejandra de la Fuente es periodista, autora de ‘La España precaria’, y responsable de distintas cuentas de @MierdaJobs desde las que expone ejemplos de los empleos más indignos y precarios que encuentra.