Begoña Villacís: «La libertad depende de la seguridad»

Begoña Villacís abandona la política y se incorpora a la multinacional española de ciberseguridad BeDisruptive. Defiende que la soberanía digital debe garantizar nuestros derechos fundamentales, entre ellos la seguridad. Un área que como la tecnología, la educación, la innovación o la ciencia precisan, según la exdirigente de Ciudadanos, de grandes consensos: «No tiene que ser concebida como un arma arrojadiza cuando es algo estratégico; crítico para el país y para su futuro»

Begoña Villacís ha cambiado su despacho en Cibeles por uno en las cuatro torres de Castellana. Desde él tiene una vista espectacular de la ciudad de la que ha sido teniente de alcalde los últimos 4 años. Deja la política para incorporarse a la multinacional española de ciberseguridad BeDisruptive. Lo ha anunciado en una nota de prensa solo dos horas antes de su primera entrevista en el nuevo rol, una exclusiva de Retina. Su teléfono no deja de iluminarse. En los 30 minutos que hemos estado hablando ha recibido más de 200 WhatsApps. “Llevamos ya 42 impactos en medios. Nos han sacado hasta las teles”.

Su primera semana en la empresa privada tras ocho años en política. ¿Ya lo echa de menos?

La pregunta que me hacía todo el mundo cuando me fui de la política el día que del discurso de despedida en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid es “¿Te da vértigo salir de la política?”, y mi respuesta siempre la misma: “no, me dio vértigo saltar a la política”. Yo siempre ha trabajado en el sector privado. Estoy familiarizada, conozco sus reglas y también su falta de reglas. En el momento de sentarme a ver qué rumbo tomaba tenía que elegir y tenía ofertas. Tenía que buscar algo que me llenase tanto como el vacío que me estaba dejando la política. A los que nos gusta la política, los que creemos en nuestro país, los que creemos de verdad, que luego no son tantos, pues obviamente cuando lo dejas te queda cierto vacío. Tenía que buscar un sector que me apasionase, algo que fuese un reto para mí, porque para hacer lo mismo o algo que ya había hecho no era ese momento de mi vida. Así que esta oferta fue la que más me sedujo, por el sector a la que me dirigía. Uno de los sectores en los que España es puntera con un enorme futuro porque cada vez la gente es más consciente de hasta qué punto su libertad depende de la seguridad. Y la seguridad ya no es algo no es algo físico. La gente es mucho más consciente de hasta qué punto puede estar amenazada y la protección es necesaria. De eso depende la libertad, que es un derecho fundamental para mí.

Hablando de ese vacío que deja la política, ¿qué hizo mal Ciudadanos?

Pues aquí jugamos todos. Yo creo que ya hemos asumido muchas culpas, errores. Pero también hay que entender cuál es el marco vigente, el de un país cada vez más polarizado y radicalizado. Cada vez que eso ocurre los países van perdiendo el centro; es una pena y lo estamos viendo en todo el mundo. Es algo que me preocupa. Lo estamos viendo en Estados Unidos, en muchos países donde los polos hacen que la gente se vea obligada a significarse y se defina por contra a lo que piensa el otro. En ese contexto, el centro, que debería ser más necesario que nunca, es cada vez menos una opción porque la gente vota a la contra. Quien vota un partido liberal, quien vota un partido de centro, no vota contra sus compatriotas. Entonces, yo creo que el contexto es lo que más se ha influido. En Madrid, por ejemplo, creo que la gestión ha sido buena, creo que no hemos dado escándalos, creo que hemos sido un ejemplo de lealtad, pero eso no gusta ahora. Hay que ser responsables y asumir la situación actual.

Parece que la nueva política era como la vieja, solo que en Twitter, y ahora que Twitter se muere o se llama X…

Pues es que no estoy muy de acuerdo con eso. La nueva política es un término que abarca demasiadas cosas y acaba no definiendo nada. ¿El populismo es nueva política? Porque desgraciadamente está cada vez más presente. Todavía se hace política en el mundo a la manera de Twitter, con frases cortas y argumentos fáciles, así que no estoy muy de acuerdo. Yo creo que por lo que hay que apostar ahora mismo, y es por lo que yo apuesto a nivel personal y profesional, es porque tengamos una sociedad civil cada vez más fuerte para poder resistir las investidas.

Lo que sí parece evidente tras las últimas elecciones es que con nueva política o sin ella, la vuelta al bipartidismo parece cada vez más cercana

Es paradójico que cuando numéricamente parece más fuerte el bipartidismo más quedamos condicionados a partidos minoritarios, con lo cual yo diría que el bipartidismo se ha debilitado. Si un gran partido como el Partido Socialista depende de un puñado de votos de un partido como Junts, por ejemplo, yo no diría que en el país el bipartidismo se ha fortalecido. Se fortalecería si fuesen capaces de hablar entre ellos; yo creo que es bueno que una mayoría de españoles representados por un partido, como puede ser Partido Socialista, sea capaz de hablar a otra mayoría de españoles, como puede ser el Partido Popular, y al revés también. Y cuando veo que cartas cordiales son reprochadas, y contestaciones y comentarios fanfarrones son celebrados, no me parece que avancemos como país, creo que retrocedemos, y creo que el centro mejoraba el diálogo democrático.

Vosotros ya vivisteis en la última legislatura aquí en Madrid la complejidad de una relación con el extremismo de Vox. ¿Cómo condiciona el populismo y la polarización los posibles acuerdos?

Hay un problema añadido a la polarización que tiene que ver con el exceso de politización. Todo se politiza, todo. Las alertas del tiempo no se deben un politizar, el hecho que debamos tener un Pacto Nacional por la Educación no se debería politizar o que debemos tener un pacto por la tecnología no se debería politizar, se debería firmar.

La política ahora mismo va a depender de minorías, de consensos difíciles, de diálogos cada vez más complicados, cada vez más crispados, por eso es importante que la sociedad civil salga fuerte, y es una buena noticia que haya grupos de interés que se reúnan alrededor de pactos que son necesarios para la sociedad, y se proteja y se limite la entrada de la política a lo que realmente como país es necesario. Porque, además, esos pactos, si se hacen bien, tienen que ser para la próxima generación no para las próximas elecciones. Y por eso creo que urge también un diálogo serio representado por los dos grandes partidos, ahora mismo es fundamental. Pactos nacionales y consenso, pero ahora mismo es cada vez más complejo.

¿Cuánto hablan los políticos de tecnología? ¿Crees que es un tema que realmente les preocupa?

Depende. Nosotros, por ejemplo, cuando hicimos el pacto de gobierno asumimos la cartera de Innovación, fue la primera vez que el Ayuntamiento de Madrid tuvo un área específica delegada de innovación, y se han hecho muchas cosas. El clúster de ciberseguridad, por ejemplo, es una de las cosas que hicimos; también el campus del videojuego el de la economía circular vinculado a la tecnología. Hemos hecho bastantes cosas en ese sentido.

Pero en la última campaña electoral no hemos oído hablar nada de tecnología y muy poco de ciencia. En un mundo en el que todo se politiza, ¿por qué algo tan presente en la vida de todos y en nuestro futuro común parece que es irrelevante en el debate político?

Nosotros hemos hecho muchas cosas relacionadas con la tecnología, las hemos presentado y no han tenido el eco merecido. Quiero decir que soy más noticia si le doy un zasca a alguien que si presento el campus del videojuego, que está siendo un éxito rotundo y se le está dando continuidad con el actual Gobierno. En la sociedad, en general, debería haber un cierto compromiso. La pandemia demostró lo importante que es la ciencia, hasta qué punto somos vulnerables. Un ciberataque te puede demostrar también hasta qué punto eres vulnerable. Hay muchas cosas que quizás no valoramos porque las damos por hecho, pero seguimos siendo una sociedad extremadamente vulnerable y debemos protegernos, tenemos que cuidarnos. Así que quizás deberíamos prestar más atención a las cosas que realmente son importantes en lugar de a los zascas.

Somos uno de los primeros países del mundo en tener una Secretaría de Estado específica de Digitalización e Inteligencia Artificial dependiendo de la Vicepresidencia primera del Gobierno. ¿Cómo valoras la política tecnológica de España?

Tengo que decir que me ha demostrado, concretamente Carme Artigas, una y otra vez, que está por encima del partidismo. Tengo una muy buena impresión de ella, hemos trabajado conjuntamente en muchos proyectos como South Summit, en diferentes espacios, y debo reconocer que cada vez que he coincido con ella la relación ha sido excelente. La opinión del sector no puede ser mejor, y entre ellas la mía personalmente, aun viviendo yo de otro partido, se lo he reconocido públicamente muchas veces.

¿Cómo ves de factible un gran pacto país en temas de tecnología, innovación o ciencia?

Es factible porque es algo que pone de acuerdo. Lo importante es que se financie, que encontremos líneas presupuestarias para que haya una financiación adecuada, eso sí que es estratégico como país. No solo poner la letra si no poner el dinero que es al final lo que va a garantizar que se cumpla a largo plazo. Yo sí lo veo factible, pero soy muy optimista. Están puestas las bases y es un sector en el que España es pujante. Creo que muchas veces los españoles tendemos a quejarnos o no sabemos reconocer todos los potenciales que tenemos, y en el sector de la ciber, por ejemplo, España es uno de los países con un potencial más demostrado y acreditado, con un histórico que, sin embargo, no es muy conocido. Se han sentado las bases y yo sí que creo que esta puede ser una de las líneas estratégicas susceptibles de ser pactadas. No entiendo quién pudiera rechazar algo así, pero lo importante es que sean financiadas.

Hablamos de ciberseguridad. Hace pocas semanas entrevistábamos la primera ministra de Estonia, que es un referente en casi todo lo que tiene que ver con digital. Decía que Europa gasta poco en ciberseguridad y que aún no somos conscientes de que el día que la guerra de Ucrania acabe sobre el terreno, seguirá en el ciberespacio por años y años

Conozco bien el caso de Estonia porque formaban parte de nuestro grupo europeo liberal, Renew. La apuesta que han hecho por la tecnología es impresionante. Y ya no sólo eso, cosas como apostar por la democracia participativa y las herramientas que tenían… Hemos compartido muchas reuniones con ellos y  creo que puede pasarnos  como en la pandemia, que un buen día despiertas en una realidad que verdaderamente te parece estar viviendo una distopía. Son muchas las alertas y creo que está aumentando la consciencia. No es casualidad, me lo decían, que sea la primera ministra la que apuesta por este sector. Es un sector que está cobrando relevancia. Lamentablemente, y esto pasa también el derecho, de donde vengo, que va por detrás de la sociedad. En este caso, generalmente, los estados van por detrás de la sociedad civil en esa conciencia y en esa apuesta.

Ahora que estás en el otro lado, ¿qué crees que pueden hacer los políticos y las administraciones públicas por acelerar esa transformación?

Desde luego que sean porosas. He estado en el otro lado y antes de lanzarte a plasmar algo tienes que ser consciente de que has de ser suficientemente poroso para recoger las reclamaciones. Yo lo explicaba cuando tenía reuniones, a la hora de hacer planteamientos, de hacer proposiciones, de llevar a cabo iniciativas, siempre decía: “Bueno, yo vengo nueva”. Entonces, primero tienes que escuchar, tienes que escuchar a todo el sector y luego ya plasmar y tomar decisiones.

Muchas veces vivimos en un momento que yo lo llamo diarrea normativa, eso lo he padecido yo como abogada, se mide cada gobierno por los kilos de BOE que es capaz de sacar adelante. A mí no me interesa tanto que haya muchas leyes como que sean de calidad. A lo mejor tiene que haber menos leyes y tienen que estar más reposadas. A lo mejor hay que invertir más tiempo en la cocina, en la olla legislativa. Que se vea cuántos han sido escuchados; hacer leyes y planes de más calidad y que tengan una fecha de caducidad mucho más amplia. Y para que haya una fecha de caducidad mucho más amplia, para que sean leyes mucho más longevas es imprescindible el consenso. El consenso es lo que te garantiza que una ley va a trascender definitivamente porque no va a ser revertida por el siguiente gobierno. Y en esta, siendo un área estratégica, no solo para España, sino para el mundo, yo creo que el consenso debería ser absolutamente imprescindible.

A veces en tecnología parece que hay demasiados planes pero cuando los planes son buenos, con uno vale…

Sí, eso es cierto, pasa lo mismo con la educación. Y por eso tiene que haber consenso. Por eso debe ser trabajado principalmente por la sociedad civil, porque la sociedad civil es la que permanece, los gobiernos se suceden, pero la sociedad civil permanece. Tiene que haber más peso de la sociedad civil y tiene que haber consenso entre los partidos. No tiene que ser concebida como un arma arrojadiza cuando es algo estratégico, algo crítico para el país y para su futuro. Lo que tiene que haber necesariamente es un consenso, que tarden más tiempo en gestarlo, que tarden más tiempo en negociarlo, que tarden más tiempo, perfecto, y una vez que lo tengamos, va a sentar las ideas para el futuro. Luego ya podrás hacer adaptaciones. Es verdad que es un mundo que es muy cambiante y que las cosas se quedan viejas rápido, pero lo puedes hacer con modificaciones, no cambiar estructuralmente la visión de país.

Hablabas del enfoque estratégico, imprescindible hoy para construir esa soberanía digital cada vez más presente en el discurso político

Absolutamente, pero es que, además, vuelvo a la pandemia. Yo creo que la pandemia nos ha dejado muchos aprendizajes y uno fundamental es que necesitamos una industria propia. Por eso digo que estratégico como país para poder defenderte en un caso o para poder suministrarte en otro caso.

Cuando hablamos de soberanía, la soberanía es un concepto mucho más amplio, es la capacidad también de poner de poder asistir a todos tus ciudadanos y en todos los sentidos y en aquellas cosas que garanticen lo básico, que garanticen tus propios derechos fundamentales. Por eso yo creo que la seguridad, desde luego, tiene que ser uno de ellos. Cando se habla de debates, también a nivel Europa, y se han tenido en el seno, concretamente en nuestro grupo, en Renew, es un tema que se ha tocado bastante. El hecho de que tengamos ahí a Europa para garantizar, y es verdad que muchos de esos temas sacan resolviendo en Europa, y yo soy una europeísta creyente. Pero es verdad que a nivel de país hay determinadas cuestiones que debemos tener garantizadas, y entre ellas está la ciberseguridad.

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