‘Afloramento’: Galicia en la cresta de la ola tecnológica

Galicia combina tradición y vanguardia para abrirse paso como polo tecnológico.
 El evento ‘Afloramento’ reunió en A Coruña talento, instituciones y empresas para trazar su futuro innovador.

Galicia siempre ha sido un territorio de historias profundas: mar, tradición y cultura que se entrelazan como corrientes invisibles bajo su superficie. Hoy, esa misma fuerza que mueve sus rías impulsa también un nuevo relato, el de la innovación. El evento ‘Afloramento’, celebrado el 2 de septiembre por El País Retina y patrocinado por Banco Santander en A Coruña, puso sobre la mesa un hecho incontestable: Galicia, además de su riqueza cultural y natural, se erige como un motor emergente de tecnología e innovación. Como dijo Julio Camba: «Galicia es una tierra de sardinas y de políticos», pero ahora también lo es de talento científico, industrial y tecnológico, con un ecosistema en expansión que une universidades, empresas y fondos internacionales en una misma corriente de transformación.

El director de Retina, Jaime García Cantero, tomó la palabra para situar el hilo conductor de la jornada con una imagen tomada del mar: contó que este verano, “en San Vicente, mirando a la ría”, le explicaron el fenómeno del afloramiento —ese efecto que produce el nordés que mueve el agua de la superficie y permite que el agua fría y llena de nutrientes de abajo suba hacia arriba— y cómo de ahí nace la enorme riqueza biológica de las rías gallegas. Un símil ideal: aflorar lo que ya existe bajo la superficie, sacar a la luz proyectos, talento y oportunidades que llevan tiempo gestándose en el territorio.

A colación, la directora territorial del Banco Santander en Galicia, Rocío Pazos, destacó el valor histórico del edificio de la entidad bancaria donde se celebró el evento: «Esta sede es histórica para A Coruña, Galicia y España. Fue el primer rascacielos del país y representa una parte fundamental de nuestra historia financiera». La directora Subrayó también el respeto por el patrimonio: «Preservar este edificio es preservar una parte importante de la historia económica de Galicia y de España». Finalmente, cerró con un mensaje claro de innovación: «Vivimos en un tiempo de gran velocidad, y en Galicia debemos anticiparnos y aprovechar las oportunidades. Este tiene que ser el lugar”.

El tono cambió cuando la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, ofreció la mirada municipal. Rey habló de subirse “a la ola” de la modernidad tecnológica —“porque no te puedes quedar fuera de lo tecnológico, ni fuera del futuro”, dijo. Rey también defendió que la administración local debe acompañar al tejido productivo y a las universidades para que la ciudad no solo atraiga talento, sino que lo retenga. Recordó, con hechos y concreción, iniciativas de movilidad, proyectos de digitalización municipal y la candidatura materializada de la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA): “ya somos”, corrigió cuando se habló de la candidatura, para enfatizar que la presencia institucional ya es tangible.

El arranque del foro se percibió así marcado por unas líneas claras: la metáfora del mar, la corresponsabilidad del sector privado y la apuesta local por políticas que pongan a las personas en el centro. Ese marco sirvió de antesala para el bloque en que la conversación pasó del qué al cómo.

Ecosistema gallego: universidad, empresas y financiación

En la mesa central, se enfrentaron ideas y experiencias. El general manager de Gradiant, Fernando Jiménez, y el presidente de Plexus, Antonio Agrasar, compartieron su visión sobre el desarrollo tecnológico, la innovación y el talento en Galicia y Europa, aportando matices, opuestos y complementarios, sobre cómo posicionar a las empresas tecnológicas en un mercado global cada vez más competitivo.

Fernando Jiménez destacó la importancia de contar con un ecosistema tecnológico sólido, apoyado en la colaboración público-privada y la inversión en I+D. Subrayó la necesidad de equilibrar regulación e impulso económico, señalando que Europa debe definir claramente sus ejes tractores de crecimiento para competir frente a gigantes internacionales. Además, recalcó la urgencia de una formación continua que prepare a los profesionales para los retos de la inteligencia artificial y la computación cuántica, sectores que requieren una alta inversión y capital humano altamente especializado.

Por su parte, Antonio Agrasar compartió el origen y la evolución de Plexus: una empresa nacida para quedarse en Galicia, pero con ambición global. Más allá del crecimiento, defendió una forma de innovar con los pies en el territorio y la cabeza en el mundo: “Tenemos talento donde nace, lo mantenemos cerca de su casa y lo fidelizamos con formación continua, innovación y pasión”. En los últimos años, Plexus ha reforzado su estrategia inorgánica con adquisiciones clave, como la de una firma especializada en data e IA para el sector pharma. “Estamos entrando en la ciencia que va a construir el futuro, con compañías que trabajan con Johnson & Johnson o Novartis desde Portugal, con clientes en Zúrich o Boston”, explicó. Esta expansión internacional y sectorial refuerza la capacidad de Plexus para ofrecer soluciones tecnológicas avanzadas en industrias altamente reguladas, con gran impacto en la calidad de vida.

Agrasar también insistió en la necesidad de que las administraciones públicas faciliten la infraestructura crítica para el desarrollo tecnológico, citando como ejemplo la falta de suficientes puntos de conexión eléctrica para centros de datos en Galicia. Criticó el exceso regulatorio europeo que, según él, obstaculiza el crecimiento industrial y tecnológico, y destacó que las empresas deben poder desarrollarse con agilidad sin depender de subvenciones. “El Estado debe facilitar, no complicar, para que podamos innovar y crecer aquí y competir fuera”, concluyó, en una llamada a repensar el papel público en el impulso de la innovación y la consolidación del talento tecnológico en Europa.

Retos y oportunidades: inteligencia artificial y futuro tecnológico

Llegados a la última mesa del evento, expertos como Carmen Cotelo, directora de la Agencia Gallega de Innovación (GAIN), Verónica Bolón, profesora titular en la Universidad da Coruña, y el catedrático y director del CiTIUS de la Universidad de Santiago, Senén Barro, analizaron el avance tecnológico de Galicia, con especial atención a la inteligencia artificial (IA). Cotelo destacó que, según el último Regional Innovation Scoreboard de la Comisión Europea, Galicia “se sitúa entre las 25 regiones con mejor desempeño de las 240 que existen en Europa”, habiendo escalado nueve puestos. Sin embargo, advirtió que: “la salud de la innovación en Galicia es buena, pero ¿qué es buena? ¿Comparado con quién?”. Destacando que no se puede uno regodear en lo bien que se está escalando; obviando datos objetivos y una continuidad de trabajo.

La apuesta de Galicia por tecnologías clave como la inteligencia artificial, la cuántica y la biotecnología fue otro de los ejes de Cotelo, quien afirmó que “la inteligencia artificial está en todas partes, y tenemos que apoyarla de forma transversal”. Para el catedrático, Senén Barro, hay que empezar por la confianza y la seguridad: “nadie consumiría un medicamento, y menos se lo daría a sus hijos si no tuviéramos el convencimiento de su eficacia tras años de investigación y pruebas”, afirmó Barro. “Bueno, pues eso hay que hacerlo con la IA”, declaró, comparando su regulación con la rigurosa supervisión de los fármacos, dado que “la IA está absolutamente en todo y cada vez lo va a estar más”.

Desde la perspectiva social y el ecosistema local, Verónica Bolón destacó el impacto positivo que tuvo la llegada de la Agencia de Supervisión de IA a A Coruña, un hecho que, aunque inicialmente generaba “orgullo y curiosidad” en una población que “no sabía bien qué era la IA ni la agencia”, ha contribuido a consolidar un polo tecnológico gallego. “Me alegré mucho de que no sea todo en Madrid. La agencia está en Coruña, colaborando con la universidad y sumando valor a proyectos, lo que siempre es positivo”, señaló.

En cuanto a la regulación, Barro insistió en que “hay que regular, y si se regula, hay que supervisar”. Rechazó la autorregulación empresarial como única medida: “Esto de decir, no, es que esto lo que tiene que haber es un marco ético y ya las empresas… Autoregulación, autoregulación. El mantra más clásico de… que es lo que venden”. Subrayó que la Agencia de Supervisión (ESI) “genera certidumbre, algo que las empresas necesitan para saber que están alineadas con las normativas y que sus proyectos pueden escalar con seguridad”. También remarcó la importancia de la educación social en IA para que “la persona de la calle no tiene que saber de algoritmos, pero sí tiene que entender cuáles son los riesgos” y poder influir en la regulación y el mercado. Finalmente, alertó sobre la fuga de talento: “Galicia está muy bien posicionada para la IA y creo que lo mejor que tiene es que tiene una investigación y una formación superior fantástica en temas de IA. Me preocupa que se nos vayan todos si aquí no hay proyectos que los atraigan”.

En conclusión, Galicia, que durante décadas exportó talento, ahora ensaya convertir ese talento en proyectos y empresas que arraiguen allí. No es una carrera fácil: pide coordinación, visión y paciencia. Pero el evento de El País Retina, con Banco Santander, dejó claro algo esencial: hay redes, hay ganas y hay ejemplos concretos. Si el afloramiento que pronunció García Cantero, al inicio, se sostiene, Galicia podría transformar el conocimiento y la investigación en una nueva ola de oportunidades locales.