En México no hay mucha nieve. De hecho, sólo ha nevado dos veces en el último siglo en Ciudad de México: el 12 de enero de 1967 y el 5 de marzo de 1940. Claro que tampoco se juega en exceso al bádminton en Huelva ni los abanicos forman parte de la tradición ibicenca. Jorge Laplace (Jerez, 1981) es una de los documentalistas más reconocidos de nuestro país. Suyos son los documentales sobre Carolina Marín y La Absoluta. También esa maravillosa historia de malos arquetípicos que es Locomía. Ahora es el único español nominado a los Emmy Internacionales por 30 días para ganar, la historia del primer equipo mexicano de esquí de personas con discapacidad psíquica. Hablamos con él probando la conectividad del avión transoceánico que le lleva a la ceremonia de entrega en Nueva York.
¿Cómo acaba un tipo de jerez haciendo una película sobre un equipo mexicano de esquí que compiten en los Estados Unidos?
Pues supongo que no todo en la globalización es malo. En mi caso, la globalización hizo que una productora mexicana viera la serie que dirigí sobre Carolina Marín en Amazon, les encantó y eso fue lo que hizo que empezara todo.
¿Cómo ha sido el proceso de financiación, distribución y producción de la película y qué rol han jugado las plataformas?
La película la comenzó North Films, una productora independiente mexicana, y luego se sumó el equipo de N+ Docs y la recién creada plataforma VIX , antiguamente TelevisaUnivisión, que adquirió la película y la convirtió en su primer documental original.
¿Vivimos un boom en el audiovisual español? ¿este momento es especialmente dulce para la no ficción?
Sí, de hecho antes que nosotros la última producción española nominada a los Emmy Internacionales, fue precisamente La Casa de Papel. Y fue esta serie la marcó un antes y un después en la percepción de España como hub audiovisual desde el que se pueden lanzar producciones locales a todo el planeta. Sin ir más lejos, la serie de Netflix que estoy dirigiendo en la actualidad desde España es para más de 200 países. Respecto a los documentales definitivamente el público ha dejado de verlos como “el documental de animales de la 2” y los ha convertido en una de las producciones más vistas en plataformas. El público se está acercando al documental porque también el documental se está acercando al público con narrativas más atractivas.
Vienes de trabajar en la producción independiente, pero llevas años trabajando con grandes plataformas, ¿cómo es trabajar con ellas?
Pues mi experiencia es inmejorable, la verdad. Yo no he sufrido imposiciones o unas directrices que me encorsetaran. Al revés, he tenido una libertad enorme y siempre han respetado mi trabajo. Quizá esto pasa en parte porque mi lenguaje está muy alienado con el lenguaje audiovisual de las plataformas. Siempre intento que mis historias tengan mucho enganche y mucha emoción.
¿ Cómo es el proceso de pitching y convencerles de tus propuestas?
En un tanto por ciento altísimo he tenido la suerte de que me llamaran para dirigir cuando el proyecto ya estaba financiado. Pero ahora si que lo estoy haciendo desde mi productora Prinzi Films y la verdad es que en no ficción tener acceso a una gran marca como la selección española para La Absoluta o a una gran historia como Locomía suele ser la clave. El acceso, que te abran la puertas de una gran historia es clave.
Has trabajado para Amazon con tu documental sobre Carolina Marín y La Absoluta, para Movistar plus con Locomía y ahora estás rodando con Netflix, ¿qué diferencias ves entre los gigantes globales y los locales?
Bueno, creo que las diferencias entre las plataformas, más que el hecho de que sean locales o globales, tiene que ver con el lenguaje. En cierto modo se está volviendo al modelo de cine de estudio de los años 50 en Hollywood, donde cada estudio se especializaba en un tipo de historias. Ahora Netflix, Amazon o Movistar son narrativas distintas. De ahí la expresión “esto es muy Netflix”.
¿Cómo crees que las plataformas están afectando al cine y la televisión?
Pues creo que está claro que lo han cambiado todo. En un sentido para mal por la estandarización del lenguaje excluye a muchas otras narrativas. Pero en otro sentido para bien porque nunca ha habido tanto trabajo en el audiovisual como ahora y al igual que yo hay muchos compañeros que se siente cómodo con esas narrativas. Y también porque antes era impensable que una producción realizada en España triunfara en todo el planeta y ahora la aspiración es esa. Y eso sin duda para mi es positivo.
¿ Eres de los apocalípticos o de los integrados?
Yo diría que soy un integrado con alma de apocalíptico. Como consumidor de cine me crié en el mainstream de calidad de Spielberg o Disney. Pero nací en un barrio de Jerez de la Frontera, en la periferia de la periferia, y de joven era bastante punki, y en ese sentido mi carácter es puramente contracultural, underground y apocalíptico. Pero mi aspiración es llevar la periferia al mainstream, darle a grandes producciones la personalidad que muchas veces le falta.
Y hablando de llevar la periferia al mainstream este jerezano termina la entrevista horas antes de pisar la alfombra roja de los EMMY en el Hilton de NYC. Que la suerte le acompañe.