Alejandro Aravena, deconstruyendo la ciudad del futuro

El arquitecto chileno, premio Pritzker de arquitectura en 2016, defiende el concepto de “urbanismo poroso”, un modelo en el que la labor del urbanista es sentar las bases sobre las que la ciudadanía debe construir la urbe

Alejandro Aravena estaba acostumbrado a sentar las bases de viviendas. Ahora está ensamblando las del funcionamiento de su país. Este arquitecto chileno, premio Pritzker de arquitectura en 2016 y elegido por The New York Times como uno de los 26 genios creativos de ese mismo año, forma parte de la convención constituyente de Chile. Le han pedido su opinión sobre cómo viviremos en el futuro para tenerlo en cuenta a la hora de redactar la Constitución.

Aravena fue uno de los invitados del evento Retina SQL. Allí defendió el concepto de “urbanismo poroso”, un modelo en el que la labor del urbanista es sentar las bases sobre las que la ciudadanía debe construir la ciudad. “Hay que crear sistemas abiertos que permitan canalizar la presencia de las personas. Entender el urbanismo no como algo que se entrega terminado. Cuando uno finaliza el proceso de diseño es cuando empieza el proceso de colonización por parte de las personas”.


Se suele decir que la prosperidad traerá mejores ciudades, pero Aravena cree que se puede invertir esa idea y pensar que mejores ciudades traerán más prosperidad. Es un cambio del paradigma que se propuso en Habitat III, el encuentro global para cambiar la agenda urbana del planeta en el que participó. En él, Aravena llegó a una conclusión inquietante: “El bienestar en la ciudad del futuro no depende tanto de lo que construyamos, sino de lo que dejemos de construir”.

Sobre la firma

Enrique Alpañés

Periodista experto en tecnología y cultura. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, máster en la Escuela de Periodismo de EL PAÍS. Escribe en Yorokobu y EL PAÍS. Anteriormente ha trabajado en la Cadena SER, Onda Cero y Vanity Fair.

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