¿El gran dictador?Por @rhizomatikaLab

Proyecto 2025: tecnología para fabricar grandes dictadores

Si creías que el autoritarismo se imponía con golpes de Estado y tanques en la calle, es hora de que lo reconsideres. La erosión democrática es hoy un proceso silencioso, meticuloso y perfectamente calculado. El Proyecto 2025 no es una distopía futurista, sino una estrategia real y en marcha

“La ignorancia es la mejor aliada del control y la manipulación”.

Noam Chomsky

Donald Trump rompió los esquemas de las democracias liberales desde que tomó posesión. Pero lo que está haciendo no es ni nuevo ni suyo. El Proyecto 2025 es solo la versión más depurada de un movimiento global que lleva años perfeccionando una estrategia para transformar democracias liberales en regímenes autoritarios con fachada democrática. Viktor Orbán lo hizo en Hungría, Narendra Modi lo aplica en India, Jair Bolsonaro intentó seguir sus pasos en Brasil. Todos comparten un manual de acción global, financiado por oligarcas, potenciado y legitimado por algoritmos, cuyo objetivo es convertir los Estados democráticos en botines privados bajo la bandera de los «valores tradicionales».  

Vivimos en una era donde la democracia se vacía por dentro con procesos legales que aparentan legitimidad, pero son profundamente autoritarios. El Proyecto 2025 es la culminación de esta estrategia. No es un documento técnico ni una simple propuesta política: es un plan de acción. Un manual de instrucciones para vaciar la democracia desde dentro, reemplazando su esencia por un modelo de concentración de poder sin disimulo. No es una teoría, sino una estrategia en marcha, una hoja de ruta que importa, ajusta y exporta tácticas de erosión democrática probadas en múltiples países.

No es casualidad que sus promotores lo presenten como una gran transformación institucional: en realidad, es una demolición cuidadosamente planificada.

El IKEA del autoritarismo

El Proyecto 2025, impulsado por la Heritage Foundation y una coalición de grupos conservadores bajo el paraguas del “2025 Presidential Transition Project”, se presentó públicamente en 2023 como un plan de gobierno detallado para una futura administración republicana, no necesariamente liderada por Trump. Aunque este lo esté abrazando.

Tal y como detallan en su web, el libro “Mandate for Leadership: The Conservative Promise 2025” es fruto de la colaboración de más de 400 académicos y expertos en política de todo el movimiento conservador y de todo el país. Específicamente explican: “se trata de una agenda preparada por y para conservadores que estarán listos el primer día de la próxima Administración para salvar a nuestro país.”

Este libro no se trata de una novela de ciencia ficción. Es un documento de más de mil páginas que detalla cómo reconfigurar desde adentro la estructura del gobierno de EE.UU. bajo un liderazgo presidencial sin contrapesos. Entre sus medidas más relevantes:

  • Purgar la administración pública: sustituir a decenas de miles de funcionarios independientes por leales al Ejecutivo.
  • Desmantelar agencias clave: eliminar o vaciar de competencias departamentos como Educación, Justicia, o Medio Ambiente.
  • Centralizar el poder: concentrar funciones ejecutivas en torno a la Casa Blanca y politizar la burocracia.
  • Imponer una agenda moralizante: restringir derechos reproductivos, censurar contenidos educativos y marginar a colectivos LGTBIQ+.

Muchas de ellas ya están en marcha, siendo la última de ellas el desmantelamiento del Departamento de Educación a través de un decreto firmado el jueves 20 de marzo que permitirá a la secretaria de Educación dinamitar el organismo desde dentro, vaciándolo de la mayoría de sus competencias.

Una estudiante modelo: la autocracia progresa satisfactoriamente

El patrón global queda documentado en el Informe sobre la Democracia 2024 de V-Dem Institute, que señala:

  1. Para empezar, una ola de autocratización notable: La autocratización está en curso en 42 países, donde reside el 35% de la población mundial. India, con el 18% de la población mundial, representa aproximadamente la mitad de la población que vive en países autocratizantes.
  2. Además, alerta que con respecto a las democracias casi todos los componentes de la democracia están empeorando en más países de los que están mejorando si comparamos con la situación que teníamos hace 10 años. En particular, la libertad de expresión sigue siendo el componente más afectado de la democracia y en 2023 estaba empeorando en 35 países.
  3. Y finalmente, uno de los datos más aterradores: el informe da la voz de emergencia cuando explica que los indicadores relacionados con la deliberación no han dejado de empeorar. Lo que este componente mide es el respeto a la oposición, el pluralismo y los contraargumentos con varios indicadores diferentes, algo crucial para garantizar el proceso democrático. En 2023, disminuyó en 19 países en comparación de los 14 de 2013.

“People have always had different opinions. Now they have different facts.”

 Anne Applebaum

Tecnología: el arma invisible e irresistible

Los seguidores del Proyecto 2025 llevan la erosión democrática a otra escala: la guerra híbrida digital. No hablamos solo de herramientas como Pegasus, el spyware israelí usado contra disidentes en México, España o Arabia Saudí, sino de tácticas avanzadas de manipulación digital: deepfakes electorales, desinformación automatizada y propaganda viral.

No es solo el microtargeting chungo que sufrimos durante la campaña del Brexit. Para entender la magnitud del problema:

  • En En Moldavia, por ejemplo, se difundió un deepfake de la presidenta Maia Sandu expresando su apoyo a un partido prorruso para confundir a los votantes.
  • En India, WhatsApp ha sido utilizado para propagar rumores falsos que han provocado linchamientos masivos, como ocurrió en 2018 con mensajes sobre supuestos secuestradores de niños que llevaron a la muerte de cinco personas en Dhule.
  • En Eslovaquia, se utilizaron audios falsos para desacreditar a un candidato opositor, afectando su campaña con declaraciones manipuladas hablando sobre subir el precio de la cerveza. Sí, al parecer la cerveza también puede ser un arma de destrucción masiva.

La expansión del modelo autoritario

La erosión democrática no ocurre de la noche a la mañana. Se alimenta del desencanto ciudadano y del vacío de la política tradicional, engordado por el autoritarismo del algoritmo. Según el Open Society Barometer, los jóvenes son el grupo de edad que menos confianza tiene en la democracia, lo que representa una grave amenaza para nuestro futuro como sociedad. Una bomba a punto de detonar. Tic, tac.

Y esto no es casualidad. El World Values Surveyha documentado una disminución en la confianza interpersonal y en las instituciones políticas en diversas regiones, lo que refleja una crisis de legitimidad que no solo está siendo aprovechada por los movimientos autoritarios: está siendo provocada activamente.

Los autócratas modernos no venden grandes ideologías, sino soluciones rápidas para miedos cotidianos. Inmigración, inseguridad, corrupción, desigualdad. Todo se reduce a lo mismo: justificar la “mano dura” y la concentración de poder. El verdadero enemigo a vencer se convierte en la propia democracia.

El ascenso de regímenes iliberales no es un fenómeno espontáneo, sino una estrategia bien ejecutada y replicable. Desde América Latina hasta Europa del Este, los líderes autoritarios han aprendido unos de otros, adaptando tácticas que les permiten socavar la democracia sin necesidad de golpes de Estado tradicionales.

El modelo se expande porque se ha convertido en un sistema de ingeniería política transnacional. Think tanks ultraconservadores, redes de financiamiento opacas y estrategias de manipulación de masas son las herramientas clave de esta nueva generación de autócratas. Ya no necesitan tanques. Basta con debilitar la confianza en la democracia, erosionar el pluralismo y reducir los espacios de debate público.

Así es como caen las democracias: no por una explosión súbita, sino por una meticulosa descomposición interna.

What’s next?

El Proyecto 2025 no es un punto final, sino un modelo en construcción. Si algo han demostrado los últimos años, es que las democracias no desaparecen de la noche a la mañana, sino que se desangran lentamente. Frente a esta tendencia, el desafío no es solo denunciar su avance, sino comprender los mecanismos que lo hacen posible y anticipar sus próximos movimientos.

Porque el problema no es solo que el autoritarismo gane terreno. Es que la democracia no ha sabido ofrecer una alternativa convincente. Mientras la política tradicional siga sin responder a la realidad social, el terreno seguirá abonado para soluciones iliberales con disfraz democrático.

La pregunta no es cómo resistir. Es cómo reinventar la democracia antes de que sea demasiado tarde.

*Elsa Arnaiz Chico es una voz clave de la nueva generación comprometida con la democracia. Preside Talento para el Futuro, una plataforma de empoderamiento político que trabaja para fortalecer las instituciones democráticas desde la participación activa. Es profesora universitaria, conferenciante TEDx y asesora en organismos internacionales en materias de democracia, educación y juventud. Actualmente colabora con la Global Partnership for Education y analiza cómo el autoritarismo y la tecnología están reconfigurando los derechos y libertades fundamentales a escala global.

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