Puede que gobiernos, medios y empresas llevemos años vendiendo los superpoderes de la conectividad 5G, pero lo cierto es que sus promesas de velocidad ultrarrápida y bajísima latencia todavía no se han hecho realidad. Frente al liderazgo que España mantuvo en cuanto fibra y 4G, el despliegue de la siguiente iteración de las conexiones digitales no está yendo tan rápido como en otros países de Europa. El director de Comunicaciones, Medios y Tecnología de Accenture España, Portugal e Israel, Eduardo Fitas, confirma: “En los últimos los rankings estábamos en noveno lugar en términos de cobertura”.
Es una posición que resulta chocante para un país que solía ser ejemplo por la calidad de sus telecomunicaciones. Sin embargo, el responsable matiza que, “aunque estemos un poco por detrás frente al norte de Europa, la diferencia real es muy pequeña”. De hecho, a pesar de este retraso en cuanto a 5G, “las tremendas inversiones realizadas desde 2012 y 2013 han conseguido que el nivel de digitalización de España sea de los más altos del continente, situándonos alrededor del top 3”, detalla el CEO de Totem, Patrick Farges.
Y es que quizá fueron esas tremendas inversiones realizadas hace una década las que ahora estén teniendo algo que ver en el hecho de que el despliegue de la conectividad 5G no vaya tan rápido como debería. El presidente de Nokia Spain, Ignacio Gallego, afirma: “La inversión la hicimos nosotros, pero el valor se lo han llevado otros, normalmente fuera de Europa, como Netflix, que se aprovechan de la conectividad y de las inversiones de los operadores para ofrecer unos servicios muy chulos, que son los que se cobran”.
Es decir, que no fue tanto quién invirtió, sino quién supo aprovecharse de ello. Aunque ahora Netflix esté en caída libre, cuando llegó la hora de recibir los frutos del aumento continuado de la demanda, las operadoras vieron cómo la monetización de los servicios digitales acabó, una vez más, en los bolsillos de los gigantes tecnológicos. Solo hay que ver lo que pasó en la pandemia. “En cuestión de un día, el tráfico y las llamadas de multiplicaron por dos, y los operadores lo aguantamos”, recuerda el director general de Red y Sistemas en MásMóvil, Miguel Santos.
De golpe y porrazo, los españoles empezamos a hacer videollamadas y consumir servicios de streaming como si no hubiera un mañana, o mejor dijo, como si no hubiera nada más que hacer. A excepción del 10% de las viviendas españolas que lamentablemente todavía carecen de una conexión fija ultra rápida, la mayoría disfrutamos de unas velocidades y anchos de banda que nos permitieron seguir adelante durante el confinamiento, afrontando el día a día a través de las pantallas. Y todo ello gracias a que “en España fuimos pioneros en cuanto al despliegue de 4G y fibra óptica”, afirma Gallego.
El problema es que, “a pesar de que los clientes se han multiplicado por dos en los últimos 10 años, los ingresos han bajado un 35%”, advierte Santos, y añade: “Esto impacta en cualquier tipo de nueva inversión que queramos hacer”. Frente a los años de bonanza, ahora “las telco están en tendencia deflacionista”, advierte la directora de Red España y Core & Services de Vodafone, Julia Velasco. Y lo que es peor, esta situación les pilla en medio de una necesidad creciente de nuevas inversiones para hacer frente al despliegue de la conectividad 5G. La responsable detalla: “La transformación es total y requiere un nivel de inversión que no hemos visto en mucho tiempo, porque hay que hacer muchas cosas y muy rápido”.
El sector tiene mucho trabajo por delante para mantener a España en la vanguardia de la digitalización. Pero, lejos de valorar la situación como una desventaja, Velasco afirma que “el 5G también es la tecnología que va a abrir la oportunidad de encontrar nuevos modelos que permitan a las telco poner en valor sus inversiones”, a lo que el director de Estrategia y Desarrollo de Red de Telefónica España, Javier Gutiérrez, añade: “Si queremos desplegar 5G de forma sostenible no podemos cometer los mismos errores que con 4G”.
EJEMPLOS PILOTO PARA CATALIZAR EL CAMBIO
Para todos los expertos, reunidos en un encuentro organizado por Retina con el patrocinio de Accenture, la clave para evitar los fallos del pasado y conseguir que la conectividad 5G se convierta en un dinamizador de la economía española reside en desarrollo de casos de uso, es decir, en imaginar qué nuevas cosas podrían hacer las empresas con esta tecnología y empezar a cocrearlas con ellas. “El 5G va a llegar, pero tiene que llegar con esos famosos casos de uso de B2B que necesitan más velocidad y menos latencia, como el IoT”, señala Farges.
Gracias a este tipo de aplicaciones, “el 5G podría añadir un valor del 10% del PIB a la economía española”, estima el responsable de Accenture. Y es precisamente por eso por lo que coincide en que “no podemos dejar que la industria que va a surgir asociada a él vuelva a crearse fuera de Europa”. Pero una cosa es decirlo y, otra, hacerlo. Los operadores se enfrentan al reto de tener que poner más dinero para seguir ampliando la disponibilidad 5G sin garantías de que haya demanda suficiente para compensar el desembolso. “Lo peor que le puede pasar al 5G es ser desplegado y no tener casos de uso”, sentencia el directivo de Telefónica.
Por eso, al tiempo que sus labores de despliegue continúan, también están trabajando mano a mano con la industria para cocrear esos nuevos casos de uso que ayuden al resto de empresas a empezar a ver el potencial de la tecnología para catalizar la demanda de servicios. Gutiérrez detalla: “Es imposible llegar a todas las empresas del país, por eso hay que elegir bien qué pilotos hacemos y con quién, para que lideren la transformación desde la industria. Hay que activar a esos líderes para que arrastren al resto de actores de sus respectivos sectores”.
En este sentido, Velasco aplaude “los proyectos piloto del Plan Nacional 5G” impulsado por el Gobierno. Considera que estos ejemplos “han creado una oportunidad gracias su acción divulgativa de hacer ver las oportunidades de la tecnología y abrir un nuevo horizonte”. Aunque reconoce que al principio “hubo un poco de hype”, para el presidente de Nokia Spain, el hecho de que “5G haya sido la palabra de moda” también ha ayudado a “atraer la atención de sectores tradicionalmente más alejados de la tecnología”.
Y, por si fuera poco, la responsable de Vodafone afirma que muchas de las posibilidades industriales que podría ofrecer la conectividad 5G ya pueden explorarse a través las redes 4G y la fibra. Es consciente de que “habrá diferencias en las prestaciones y que algunos casos de uso no serán viables en 4G porque necesitarán características esenciales del 5G”, sin embargo, añade: “Gracias a este tipo de iniciativas somos capaces de activar la discusión entre la industria mientras los operadores seguimos avanzando en el despliegue”.
Las soluciones más repetidas que ofrecerá la conectividad 5G siempre suelen girar en torno a la telemedicina, el coche autónomo y el mantenimiento predictivo. Sin embargo, Velasco predice que “surgirán casos de uso que ni siquiera nos imaginamos”, y que serán estos, y no la tecnología en sí misma, los que “activarán la digitalización de la sociedad, reactivarán la economía y potenciarán las oportunidades en España y Europa, tanto para la sociedad como para la industria”.
El objetivo final y “donde realmente se mide el liderazgo, consiste en empezar a exportar servicios a Europa”, apunta Fitas. Por eso, el responsable de Nokia Spain concluye: “Estamos trabajando de forma conjunta para que dentro de cinco años podamos decir que somos líderes, y no porque hayamos desplegado más cobertura 5G que nadie, sino porque hayamos logrado generar un ecosistema que dinamiza el mercado y llega a los desarrolladores de aplicaciones y servicios”.