Optimismo es el estado de ánimo que arroja el Observatorio Retina 2022 para el año que empieza (incluso en comparación con los años anteriores al fatídico 2020, ese extraño paréntesis en la Historia). Se cumplirán dos años desde el comienzo de la pandemia, este territorio casi distópico que no ha sido el fin del mundo, pero sí el “fin de un mundo”: un mundo de certezas, seguridad y autosuficiencia, como ha señalado el filósofo Daniel Innerarity. El 70% de los expertos consultados en el Observatorio confía en que este año sea, en cuestiones económicas, algo o mucho mejor que el anterior. Hay la sensación de que lo peor ha pasado y de que la situación solo puede mejorar.
2021 fue un año malo para la economía, pero, sin embargo, no lo fue tanto para la transformación digital, y mucho menos para financiación de las start ups, que recogieron algo más de 3.000 millones de euros (y 100.000 en Europa). Además, España ha ido consiguiendo objetivos en el camino de la digitalización (proyecto de Ley General de Comunicación Audiovisual, Ley de Telecomunicaciones, Carta de Derechos Digitales, etc.). 2022 será un año crítico no solo para el propio año en curso, sino para los próximos por venir: lo que se haga desde un punto de vista tecnológico, regulatorio, de inversión, tendrá importantes consecuencias en el futuro. Estamos ante un nuevo comienzo.
“España ya ha comenzado su transformación digital, que es la clave de su recuperación económica”, dice Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, “junto con la transición ecológica, es una de las grandes palancas de transformación del país”. La hoja de ruta está clara, en la Agenda Digital 2025, y los fondos europeos ejercerán de catalizador de los cambios. “Estamos evolucionando hacia un nevo modelo productivo y económico, donde lo verde, lo digital y la oportunidad de cerrar las brechas socioeconómicas que persisten, también a nivel territorial y de género, van a ser claves para definir la España por venir”, señala la secretaria de Estado.
Estamos evolucionando hacia un nevo modelo productivo y económico
Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial
Una de las oportunidades tecnológicas que se plantean tiene que ver con el aprovechamiento de las infraestructuras que se están desarrollando, como la Red 5G y la red de nodos de edge computing. “Esta estructura permitirá unas prestaciones muy grandes y una latencia muy baja, mucha velocidad, poco retardo, una Internet casi instantánea”, dice David del Val, director de Core Innovation y CEO de Telefónica I+D, “ahora solo falta crear las aplicaciones para aprovecharla”.
El emprendizaje tendrá su importancia, pero necesitará las condiciones adecuadas para su desarrollo. “España tiene una gran oportunidad para estar en la vanguardia del emprendizaje, debemos construir las plataformas necesarias y la regulación para incentivar esa innovación”, dice Marta Plana, cofundadora de Digital Origin (ahora Clearpay/Afterpay), “crear no solo empresas sino oportunidades y talento en las nuevas generaciones”
España tiene una gran oportunidad para estar a la vanguardia
Marta Plana, cofundadora de Digital Origin (ahora Clearpay/Afterpay)
Los problemas que se pueden presentar (porque, a pesar del optimismo, es necesaria la prudencia) son diversos. Lo más evidente: cualquier complicación en la situación pandémica que vuelva a hacer mella en la vida económica y ciudadana, y devolvernos, con desesperación, a la casilla de salida. Además, algunos fenómenos que estamos observando en los últimos tiempos: la escasez de suministros (como los chips para fabricar artefactos electrónicos), el atasco logístico, la subida de los precios de la energía, la inflación. El capitalismo global vive un momento de incertidumbre del que no se sabe cuándo encontrará la salida (hay quien señala que se avecina un colapso: los problemas no serían solo efecto de la pandemia, sino estructurales). La inestabilidad social debida las consecuencias de la crisis pandémica y el crecimiento de las desigualdades, además de la polarización política o la falta de confianza en las instituciones, tampoco son vectores que parezca que vayan a ayudar a una recuperación sin sobresaltos en los próximos años.
Algunas de las acciones que, según los resultados del Observatorio Retina, serían importantes para un buen desarrollo de la economía serían las siguientes: formar talento digital (lo opina un 75% de los consultados), fortalecer la industria tecnológica (61,4%) o aumentar la inversión en I+D (61,4%). En menor medida, lograr consensos políticos de largo alcance (45,5%) o modernizar las administraciones públicas (34,1%). Con todo, los expertos consultados en el Observatorio Retina prefieren ser optimistas en ámbitos como el discurrir de la economía, la transformación digital de las organizaciones o la inversión en start ups: después del bache resurge la esperanza. Ahora quedan por delante 12 meses para convertir esa esperanza en una realidad mejor.
Sobre la firma
Sergio C. Fanjul es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados (Pertinaz freelance, La vida instantánea, La ciudad infinita). Es profesor de escritura, guionista de tele, radiofonista y performer poético. Desde 2009 firma columnas, reportajes, crónicas y entrevistas en EL PAÍS y otros medios.