¿Cuál es la clave del éxito? La pregunta nunca falta en foros de emprendimiento, escuelas de negocio y posts de LinkedIn. ¿Será cosa del esfuerzo? ¿Del talento? ¿Quizá de la suerte? Si la respuesta nunca aparece es porque no hay una única receta. En ocasiones, el secreto para que algo triunfe se debe a una serie de coincidencias que tienen lugar en el momento oportuno y en el lugar indicado, como le pasó a la planta de hidrógeno verde de Mallorca, que acaba de alzarse con el Premio Retina ECO 2022 en la categoría de Generación Verde.
“Fue una tormenta perfecta”, resume la directora de Innovación de Acciona Energía, Belén Linares, cuya organización colidera la iniciativa junto a Enagás, con el apoyo de Cemex y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía del Gobierno de España. Al repasar los hitos que dieron lugar a la iniciativa, es como si la responsable fuera sacando las distintas piezas de un puzle que, al juntarse, conforman la imagen de Green & Digital Hydrogen Mallorca, como se conoce a la instalación.
Se trata de un complejo entramado de placas fotovoltaicas, máquinas de electrólisis, sistemas de compresión y almacenamiento y diversos mecanismos de transporte que aspiran a eliminar 21.000 toneladas de emisiones de CO2 anuales en la isla, lo que, según la iniciativa, equivale a retirar de la circulación unos 30.000 vehículos de combustible fósil. “Es una planta de demostración. Si funciona en Mallorca, puede funcionar en todas las demás”, afirma Linares.
Pero ¿por qué dos empresas consolidadas como Acciona y Enagás deciden lanzarse a un proyecto tan incierto, por muy bueno que sea para el planeta? Ahí es donde empiezan las casualidades. Linares cuenta: “Cada seis meses realizamos un informe para identificar tendencias capaces de revolucionar el sector energético, y el hidrógeno verde empezó a aparecer a principios de 2018”. La fecha es importante, ya que no fue hasta 2019 cuando la tecnología empezó a acaparar miradas a nivel global.
La siguiente casualidad vino del sector público. La responsable recuerda: “La Comisión Europea había lanzado una convocatoria a fondo perdido para impulsar el hidrógeno verde, y ahí fue cuando nos encontramos con Enagás y surgió la sinergia. Teníamos visiones complementarias y decidimos presentamos juntos”. El director general de Enagás Renovable, Antón Martínez, añade: “Desde el inicio, fuimos conscientes de que teníamos experiencia y valor añadido que, puestos en común, aseguraban el éxito del proyecto”. Gracias a esta unión, Linares afirma que los 10 millones de euros de subvención que recibieron se convirtieron en “la primera gran financiación pública a un proyecto de hidrógeno verde en la zona del Mediterráneo, ya que, hasta ese momento, todos los fondos iban a países del centro y del norte de Europa, que llevaban más tiempo trabajando en esto”.
La última casualidad llegó a la hora de escoger el sitio para el proyecto. “Las islas son territorios muy dependientes de la Península Ibérica a nivel energético, por lo que resulta más fácil promover una transición en en ellas”, explica Linares. En este contexto, Martínez destaca que “las Islas Baleares tienen un ambicioso objetivo conjunto de penetración de renovables del 35 por ciento para 2030 y la isla de Mallorca ya dispone de una red de gas natural, operada por Redexis, que ofrece la oportunidad de inyectar parte del hidrógeno renovable producido”. Y, por si esta oportunidad no fuera suficiente, resulta que Cemex disponía un gran terreno en Mallorca destinado a “una cementera al ralentí que el Gobierno Balear quería reactivar y reindustrializar”, añade la responsable de Acciona. A partir de aquí, el resto es historia.
LLÁMELO CASUALIDAD, LLÁMELO DESTINO
Por supuesto, la causalidad no ha sido el único factor responsable del éxito del Green & Digital Hydrogen Mallorca. Los compromisos climáticos cada vez más exigentes están obligando a la industria energética tradicional y a otras altamente contaminantes, como el acero y precisamente el cemento, a buscar alternativas para descarbonizarse sin frenar su actividad. Esta urgencia es la razón por la que la planta de Acciona y Enagás solo ha podido ostentar el título de mayor instalación española de hidrógeno verde industrial durante unos meses.
Tras su puesta en marcha en enero de este año, su producción máxima prevista de 1.000 toneladas anuales de hidrógeno verde pasó al segundo puesto en mayo, cuando Iberdrola inauguró su propia instalación, que aspira a lograr una producción de 3.000 toneladas anuales. Eso sí, aunque el objetivo final de ambas consiste en reducir las emisiones de CO2, sus modelos de negocio son completamente diferentes. Mientras que el hidrógeno verde de Iberdrola se destinará exclusivamente a producir amoniaco verde bajo un modelo cerrado tipo yo-me-lo-guiso-yo-me-lo-como, la de Acciona y Enagás aspira a revolucionar el consumo energético de toda la isla.
Aunque aún falta para eso, ya que primero deberá demostrar su propia viabilidad dentro del territorio balear. Afortunadamente, la planta ya cuenta con dos clientes: el propio Ayuntamiento de Palma, que comprará hidrógeno para mover sus cinco nuevos autobuses urbanos propulsados a base de pilas de hidrógeno, y la cadena hotelera Iberostar, que lo utilizará para sustituir al gas natural en sus sistemas de calefacción, calderas y cocinas de todos sus hoteles.
Esto último tendrá que esperar a noviembre, cuando Linares espera tener terminado el hidroducto que están construyendo para poder verter su hidrógeno verde a la red que actualmente distribuye el gas natural por la isla. “En realidad, a partir de ese momento, cualquier consumo de gas natural incluirá un máximo del 10 por ciento de nuestro hidrógeno verde”, cuenta. Y compara la mezcla y el esquema de comercialización con el mix eléctrico que llega a los hogares, compuesto por porcentajes variables procedentes de energía solar, fotovoltaica, hidráulica, carbón y centrales nucleares, entre otras.
A pesar de que el hidrógeno verde beneficiará a hasta el último rincón donde llegue la red de gas, de momento solo Iberostar pagará la factura. Pero, gracias a la tecnología blockchain, dispondrá de un certificado digital que permitirá corroborar su compra y uso de esta nueva forma de energía renovable. Linares explica: “Se trata de impulsar una nueva economía y de ir aumentando el número de clientes”. Afirma que ya están en conversaciones con otras cadenas hoteleras para replicar el modelo y añade: “Es un peaje que hay que pagar para que la economía del hidrógeno verde empiece a moverse poco a poco hasta que vuelva tan común como otros combustibles, como la gasolina”.
Por eso, además de autobuses urbanos, el Ayuntamiento de Palma también está desplegando una serie de pilas de hidrógeno por la isla para propulsar otros servicios. Una de ellas en el puerto y, según Linares, permitirá electrificar algunas actividades portuarias, como las carretillas que actualmente funcionan con diésel. Y habrá otra en un complejo deportivo municipal para calentar la piscina cubierta y satisfacer otros consumos térmicos. A medida que todos estos servicios se vayan activando, “el proyecto crecerá conforme vaya aumentando la demanda”, señala Martínez.
“La peculiaridad de la iniciativa es que no persigue una única aplicación, sino que se trata de un modelo transversal que abarca movilidad, consumo eléctrico, térmico y almacenamiento”, celebra la responsable de Innovación de Acciona. Se trata de un buen comienzo, pero serán la calidad del servicio y, por supuesto, su precio, los que determinarán el destino final de la planta Green & Digital Hydrogen Mallorca. Y, tal vez, también surja alguna que otra casualidad legislativa que allane el duro camino de transformar el sistema energético y económico con hidrógeno verde. España y Europa ya están en ello, así que la suerte está echada.
Sobre la firma
Periodista tecnológica con base en ciencias. Coordinadora editorial de 'Retina'. Más de 12 años de experiencia en medios nacionales e internacionales como la edición en español de 'MIT Technology Review', 'Público', 'Muy Interesante' y 'El Español'.