Evento

IA, desinformación y la nueva guerra fría

Mientras el mundo se sorprendía ante la inesperada fumata blanca que confirmaría al nuevo papa León XIV, se celebraba en Madrid el III Foro Retina de Ciberseguridad. Un espacio de reflexión imprescindible para entender los nuevos campos de batalla de nuestro tiempo: la inteligencia artificial, la desinformación y una silenciosa pero implacable nueva guerra fría.

El pasado 8 de mayo de 2025, el Espacio Jorge Juan de Madrid se convirtió en un ágora de debate y conversación sobre algunos de los temas del vasto universo digital que colocan nuestro presente en un futuro de ciencia-ficción. Congregando expertos del ámbito político, tecnológico y estratégico, el III Foro Retina de Ciberseguridad, patrocinado por Indra, Google, Santander y TRC y con el apoyo institucional de INCIBE, buscó cartografiar los vectores de poder que están diseñando sus intereses y poniendo en jaque los del planeta, empleando la seguridad informática.

Puede ver completo el foro de ciberseguridad de Retina

El director de Retina, Jaime García Cantero, abrió el encuentro haciendo una referencia al reciente premio Príncipe de Asturias, Byung-Chul Han. Más concretamente, a su ensayo Psicopolítica (2014), que para García Cantero es una muestra de cómo las fórmulas del poder global han cambiado, y ahora pasan por herramientas como el Big Data y la sumisión voluntaria. Una reflexión que le sirvió de gancho para introducir una jornada en la que quedó claro que nuestra dependencia de la tecnología digital ha de ser compensada con una protección lo más eficaz y actualizada posible.

Un nuevo orden global: ¿retroceso o reconfiguración?

El exembajador español en china y analista geopolítico, Rafael Dezcallar, abrió las intervenciones del foro empujado por una pregunta: “¿Vivimos verdaderamente un nuevo orden mundial?”. Para Dezcallar la respuesta es afirmativa, ya que las potencias emergentes no solo disputan el poder económico o militar, sino que proponen una arquitectura distinta de valores. “China tiene su propia tesis sobre los derechos humanos, centrada más en lo laboral y económico que en lo cívico”, explicó.

Europa, advirtió, aprendió a base de guerras y genocidios, y aunque busca alertar al mundo de su error, “no todo el mundo quiere oírlo”. Pero, como incidió el director de Retina, existe un eje que preocupa especialmente en esta liza, y que se resume con una cita mentada por el jefe de inteligencia interior de Alemania: “Rusia es la tormenta; China es el cambio climático”. Mientras Moscú sigue aferrada a su fuerza bruta y su dependencia de materias primas, Pekín juega a largo plazo con una estrategia integral en inteligencia artificial, movilidad eléctrica y ciberespacio. “Tienen una idea muy clara de lo que tienen que hacer. El ciberespacio es para ellos un ‘hogar espiritual limpio’, acorde con la filosofía del partido”, citó, recuperando palabras del presidente Xi Jinping, el diplomático español.

Un debate ético sobre las relaciones internacionales que se amplió al actual conflicto palestino-israelí, y que Dezcallar -si bien no renunció a proclamar su admiración por el Israel de hace varias décadas-, elevó a una pregunta: “¿Israel es un país occidental? ¿Cómo podemos mantener relaciones con un país que actúa como está actuando contra Gaza?”. Una prueba de que las tensiones internacionales no solo son entre bloques, sino dentro de las propias alianzas.

Democracia, seguridad y el difícil equilibrio

La pregunta sobre si democracia y seguridad pueden ir de la mano fue eje de varias intervenciones. Jaime García Cantero recuperó una provocadora cita del analista Peter Thiel: “La democracia es un invento fallido”. Pero para la directora del Centro para la Gobernanza del Cambio en IE University, Irene Blázquez Navarro, esa afirmación no se sostiene en Europa: “La democracia cambia, pero es un proceso de escucha ciudadana. Sigue siendo un horizonte que define nuestro futuro”.

Ahora bien, la defensa de la democracia requiere inversión. “Hay que dejar de ver la seguridad y la libertad como un juego de suma cero”, explicó Blázquez Navarro. La ciberseguridad —así como el cambio climático y el armamento— debe entenderse como parte de una estrategia común. “Tenemos que ir hacia tecnologías duales y entender que la ciberseguridad forma parte de la gran D, de Defensa”.

Sin embargo, en Europa sigue faltando una visión estratégica. “Existe un debate, no de invertir más, sino mejor”, concluyó la experta en gobernanza, apostando por una determinación multifactorial que involucre a gobiernos, medios de comunicación y ciudadanía.

Infraestructura crítica: resiliencia como palabra clave

Por su parte, una vez llegado el turno del director general de TRC, Pedro Pablo Pérez, este puso el foco en un concepto que repitieron varios ponentes: resiliencia. “Cuando hablamos de seguridad, hablamos de resiliencia. No se trata de evitar todos los ataques, sino de detectarlos y responder con agilidad”. Pese a que España ha sido objeto de múltiples ciberataques —un 45% de las empresas españolas sufrieron alguno en 2024—, se destacó su buena posición relativa en ciberseguridad, incluso por encima de lo que le correspondería por su PIB.

Pérez, en una llamada a la precaución, lanzó una alerta sobre lo sencillo que es acceder a ciberarmas: “Es más fácil lograr una ciberarma que un arma de fuego. Y los efectos pueden ser masivos”. Una advertencia que también le sirvió para reclamar mayor soberanía tecnológica en España: “La propiedad intelectual debe ser nacional. La riqueza está en quien tiene los algoritmos y los softwares. Hay que apostar por una ‘denominación de origen española’”.

La industria nacional, el rol del INCIBE y los nuevos enemigos

Entrando en el terreno de los actores públicos, el representante del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), Miguel Ángel Cañada, subrayó la necesidad de generar una cultura ciudadana en ciberseguridad. “Somos la entidad de referencia para el sector privado y la ciudadanía. Trabajamos con empresas porque las cadenas de suministro se han vuelto el nuevo punto débil”. Una tendida de mano, que le sirvió a Cañada para hablar de un asunto muchas veces obviado: la ciberdiplomacia. “La ciberdiplomacia es muy difícil de aplicar. El espacio de consenso entre Estados es mínimo, y siempre hay un perímetro de inmunidad para los ciberdelincuentes”, concluyó al respecto. No obstante, el responsable del Centro de Coordinación Nacional de España, INCIBE, avanzó que se está forjando acuerdos regionales para crear “perímetros de ciberseguridad” en Latinoamérica, norte de África y Oriente Medio.

La ciberseguridad y la soberanía a debate

Uno de los bloques más intensos del III Foro Retina de Ciberseguridad estuvo protagonizado por representantes clave del sector privado. El National Technology Officer de Google Cloud España, Héctor Sánchez, el CEO de SIA, empresa del grupo INDRA, Roberto Espina y el CISO de Santander España, Jesús García del Valle, compartieron un diagnóstico claro: la amenaza cibernética es creciente, sofisticada y transversal. Y el sector privado, lejos de ser un actor secundario, se ha convertido en la primera línea de defensa.

Héctor Sánchez ofreció una panorámica cruda del estado actual del conflicto cibernético: “El nivel de amenaza es brutal. Hay 724 actores de amenaza muy importantes, de los cuales más de 200 fueron nuevos este año”. A su juicio, el verdadero desafío no es solo identificar los ataques, sino acortar al máximo el tiempo entre la detección y la respuesta. “Hay dos tipos de empresas: las que han sido atacadas y las que aún no lo saben”, sentenció. “Y la media entre detección y solución es de 11 días. Eso no es una buena noticia”. Sánchez diferenció las tácticas de las grandes potencias: “Rusia va al ataque de inteligencia militar y China al robo de datos”. Y reivindicó el modelo de Estonia: “Estonia no se atrinchera en su Estado, sino que externaliza sus valores. Es un país espejo de lo que entendemos por soberanía digital”.

Por su parte, Roberto Espina, desde el sector financiero, recordó el papel crítico de los bancos: “Somos infraestructura crítica nacional en pagos, lo que nos hace tener un valor importante”. Pero también fue autocrítico: “No tenemos aún una cultura fuerte de ciberseguridad. Hay que conseguir que, como con la seguridad vial, el universo ciber forme parte del conocimiento cotidiano”. Espina advirtió sobre la creciente sofisticación de los ataques: “La IA ha ampliado enormemente la capacidad de ataque de los phishers. Es un juego del gato y el ratón. O avanzas, o te sobrepasan”.

Jesús García del Valle cerró el bloque con una mirada estructural. “Cada vez más, los ataques no son corporativos, sino operativos. Fábricas, generadores de energía, criptografía… La amenaza cuántica es real”, advirtió. Su enfoque pasa por una protección integral que combine inversión en IA con talento humano. “La soberanía la entendemos como el desarrollo de tecnología propia, el desarrollo de talento nacional, la colaboración empresarial y la autonomía normativa”, concluyó. A modo de resumen, el III Foro Retina de Ciberseguridad desveló cómo en esta nueva guerra fría digital, el campo de batalla ya no está en las fronteras físicas, sino en servidores, redes y algoritmos. Y tanto desde los gobiernos como desde las empresas, quedó claro que el tiempo de la reacción a este hecho ha pasado. Lo que urge ahora es anticiparse. Saber prever lo inhóspito y hostil del ecosistema digital, y protegerse lo mejor posible.

Sobre la firma

Galo Abrain

Periodista y escritor. Ha firmado columnas, artículos y reportajes para ‘The Objective’, ‘El Confidencial’, ‘Cultura Inquieta’, ‘El Periódico de Aragón’ y otros medios. Provocador desde la no ficción. Irreverente cuándo es necesario.

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