Ciudades del futuro: tejiendo sostenibilidad con hilos de inteligencia artificial

La inteligencia artificial se perfila como una herramienta clave para enfrentar los desafíos de las ciudades del futuro. El podcast InteligencIAs, patrocinado por Google, abordó en su capítulo Inteligencia Climática las formas en las que la IA puede ayudar.

En 1972 se publicó la obra Las ciudades invisibles, de Italo Calvino. En ella, el viajero Marco Polo describe al rey de los tártaros, Kublai Kan, los distintos tipos de ciudades que ha visto. Están las ciudades continuas, las sutiles, las de los muertos o las de los ojos. Una de las ciudades que Marco Polo visita es la de Maurilia. Un antiguo bastión campesino, ahora reconstruido y convertido en una próspera metrópolis. La Maurilia campesina en nada se asemeja a la Maurilia moderna, salvo en el nombre impreso en las postales y en el hecho de que donde ahora se erige una antes estuvo la otra.

En 2050, se calcula que un 70% de la población mundial habitará en las ciudades. La inteligencia artificial abre un abanico de posibilidades con las que los errores cometidos en nuestro pasado industrial podrán subsanarse, asegurando no sólo nuestra continuidad en el planeta, sino una mejora de la calidad de vida y nuestro futuro.

Para comenzar a abordar los beneficios potenciales de esta prometedora herramienta, Pilar Manchón, licenciada en filología inglesa, doctora en lingüística computacional y directora de estrategia de investigación de Google Research, acudió al podcast. Afirmó que «la inteligencia artificial tiene el potencial de ayudar a mitigar entre el 5 y el 10 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero para el 2030, que es el equivalente a las emisiones anuales de toda la Unión Europea».

Manchón recalcó que empresas como Google tienen una tarea compartida con la ciudadanía y los gobiernos. La colaboración entre las esferas pública y privada es imprescindible. Un ejemplo interesante es el explorador de datos medioambientales, que ayuda a las ciudades a reducir sus emisiones con datos precisos sobre calidad del aire, el potencial solar de los tejados, el dosel arbóreo o el transporte. Esta herramienta ya se utiliza en ciudades como Barcelona, Calviá, Murcia, Vitoria-Gasteiz, Madrid y otras.

Entre los proyectos destacados está GreenLight, que optimiza los semáforos y puede reducir hasta un 30% las paradas de vehículos y hasta un 10% las emisiones en los cruces. También se menciona el programa Contrails, centrado en las estelas de condensación de los aviones. En colaboración con American Airlines y Eurocontrol, se logró reducir hasta un 54% la generación de estelas de condensación en vuelos de prueba, utilizando sólo un 2% más de combustible.

Otra iniciativa destacada en el podcast fue la de Humara, una empresa que busca digitalizar la industria del reciclaje y del tratamiento de residuos mediante software. Laura Rodríguez, cofundadora y CEO, explicó cómo su software Humara Design transforma los tiempos de diseño de plantas de tratamiento, pasando de semanas a horas o minutos. Gracias a módulos como Autolayout, se pueden evaluar más de 22.500 simulaciones y encontrar el diseño óptimo. La herramienta ofrece análisis en tiempo real, balances de masas y ajustes de parámetros, lo que garantiza decisiones basadas en datos precisos.

Pilar Manchón también explicó que, si bien toda tecnología tiene cierto impacto, «el impacto positivo de la inteligencia artificial supera con creces cualquier impacto negativo», ya que permite optimizar tecnologías para reducir el consumo de agua, energía y otros recursos. Un ejemplo cotidiano para los ciudadanos es el uso de Google Maps, que permite elegir rutas optimizadas y así reducir el consumo de combustible, ahorrar dinero y disminuir las emisiones.

En cuanto a la reforestación, Santiago Martínez, responsable de tecnología de LandLife, explicó cómo utilizan inteligencia artificial y drones para analizar ortofotografías de alta resolución. Esto permite identificar elementos como rocas, vegetación, ríos o tendidos eléctricos, lo cual es esencial para planificar y hacer seguimiento de los proyectos. Fundada en 2012, LandLife es una empresa de reforestación de precisión dedicada a restaurar 2.000 millones de hectáreas de tierras degradadas en el mundo.

La IA también les permite monitorear la salud vegetal, detectar estrés hídrico o enfermedades, y calcular la biomasa de los bosques, algo crucial para entender la capacidad de captura de carbono de sus proyectos y su impacto en la biodiversidad.

A modo de conclusión, en el podcast se recalcó el valor de la inteligencia artificial como una herramienta que nos brinda una oportunidad excepcional para diseñar el mundo en el que queremos vivir. Las ciudades del futuro, quizás como dijo Calvino, tengan pasados invisibles, pero debemos esforzarnos por hacer que tengan horizontes prometedores.

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